Van 23 y contando. Si anoche se prestaba para que la Selección renovara su propia fe y la de la afición en el inicio de las eliminatorias, también se prestaba para que los nervios se comieran al equipo nacional, y eso pasó, ante un rival que sorprendió en los primeros minutos, y que después fue más inteligente, al administrar los tiempos, desesperar al equipo de David Dóniga y asustar, en dos ocasiones en el complemento.
Con poco, casi hasta se lleva el triunfo Puerto Rico, fiel reflejo de la realidad que vive el equipo nacional.
Más dudas que aciertos, pocas ocasiones, más abucheos que aplausos se llevó la Selecta, y no por culpa nomás de lo mostrado, sino porque pesaban demasiado los 22 partidos previos, estaba ansiosa, careció de un conductor, de alguien que tuviera paciencia para hacer la diferencia.
Frustración y tristeza, manifestada en abucheos y silbidos, fue el sentir popular de la afición al finalizar un primer tiempo en el que, si bien la Selecta tuvo las ocasiones más claras (pocas), dejó mucho qué desear.
El primer asalto
La pesada mochila de 22 partidos sin ganar parecía que no se la quitaron antes del partido los jugadores, ante un Puerto Rico que salió con líneas adelantadas y sin complejos, y tomando este el papel protagonista con el balón.
Sorpresa, quizás, para el equipo de Dóniga, pero peor aún, que no encontraba las respuestas a ello, ni el balón.
Afortunadamente, si bien los isleños encontraban espacios en la retaguardia nacional, no terminaban de poner en peligro a Mario González, pero dejaban sensación que, con un poquito más, los agarraban mal parados.
Para colmo de males, la Selecta entró muy ansiosa, y hubo demasiados roces en los primeros 20 minutos, muchas faltas, sobre todo de la Azul y Blanco.
Era mejor Puerto Rico que, desde sus líneas adelantadas y equipo compacto, no dejaba que la Selecta tuviera mucho el balón, ni sufría atrás, y, de vez en cuando, asustaba, sobre todo por la derecha con De León.
Hasta que al 23’, la cosa cambió un poco. Tamacas no dejó que un balón abandonara, tiró un túnel después, luego centró retrasado, no llegó el remate de primera de Christian Martínez, le quedó el rebote a Chicho, recortó y sirvió para Cerén, quien la tiró desviada.
Cerca estuvo, y la jugada animó a la Selecta, que tres después, tuvo su primer disparo al arco, pero le negó el gol el travesaño. En una mala salida (de las pocas) de Puerto Rico, un centro cortado por el arquero le quedó de frente a Martínez a dos metros del área, pero no tuvo suerte.
Y al minuto, tras un error de Cruz atrás, se armó una salida apurada, pero con sentido que dejó a Ferman en mano a mano con Valentin, quien lo bajó antes de la entrada al área. Amarilla, y nada más, pues el tiro libre murió en la barrera.
Luego, tuvo una más Ferman, pero su tiro fue muy suave. Y fue todo de la Azul, Puerto Rico le bajó ritmo, perdió tiempo, y los puso más ansiosos, y hasta tuvo su primer disparo al arco, un remate al 45+1 de Díaz, de fuera de área, que casi complica a González, igual que un cabezazo de Antonetti, al 79’, que se fue apenas desviado.
¿Otra cara?
Para el complemento, sacó a Clímaco el DT Dóniga y mandó a Jairo como enganche, movió al lateral izquierdo a Cruz, bajó a Martínez de central y a Rudy Clavel lo puso como marcador derecho. Pero nada cambió, de hecho, Puerto Rico tuvo la primera clarita.
Tras un tiro de esquina, O’Neill entró casi a la cocina, a trompicones, pero entró, y su remate se fue apenas por la cara externa de la portería (55’).
Hasta el 65’, reaccionó la Selecta, un centro de Castillo lo prendió de volea y cayéndose Ferman, pero el meta Serrano salvó.
Cada minuto que pasaba, hervía más el agua en la olla de presión cuscatleca, y los jugadores, metiéndose en broncas y reclamando todo. Los nervios florecían más y más y Puerto Rico sacaba su resultado.
En el tramo final, y tras un pelotazo, Castillo se las ingenió para sacar un disparo que casi complica al meta rival, en la última con algo de peligro. Triste noche, que deja más dudas que nunca.