Empoderando a los niños y ancianos de las comunidades más vulnerables a través de un modelo de voluntariado versátil e innovador, la organización argentina Huellas ha expandido su misión hasta El Salvador.
La organización no gubernamental, nacida en La Plata, se concentra en conectar a jóvenes voluntarios con hogares de niños y ancianos para compartir juegos, música y otros proyectos solidarios, que les permitan a los beneficiarios sentirse empoderados.
Huellas no solo busca jóvenes para hacer voluntariado, sino que involucra a las personas beneficiarias para hacerlas sentir útiles en cada proyecto, organizando grupos de niños para escribir cartas a los ancianos de asilos o involucrando a los ancianos para organizar un evento de niños.
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Ezequiel Rodríguez, director y fundador de Huellas, explicó que “nos acercamos a personas en situación vulnerable, algo que necesitan mucho es el acompañamiento, como gran distintivo los invitamos a ellos a hacer algo por otras personas desde su propio lugar”.
Tras su llegada a San Salvador, Rodríguez asegura que la ONG tiene un modelo de trabajo que arranca en solo ocho semanas, en las cuales hay interacción con voluntarios argentinos y, posterior a este tiempo, la nueva sede puede seguir trabajando completamente sola.
Para vivir la experiencia de ser voluntario por un día, o de forma indefinida, las personas interesadas en la experiencia deben ingresar al sitio web de Huellas, en el que encontrarán un apartado para inscribirse seleccionando la fecha en la que quisieran participar. Las inscripciones están abiertas todas las semanas.
Aunque Rodríguez sostiene que muchos llegan por curiosidad, varios crean importantes lazos con los menores o ancianos y se quedan trabajando de forma continua.
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La ONG no tiene ninguna sede física, no realiza reuniones presenciales y no recibe donaciones materiales, debido a que su trabajo consiste la mayor parte del tiempo en brindar acompañamiento a las personas cuidando de su salud mental.
José Romero, voluntario salvadoreño de Huellas, conoció la fundación mientras estaba en Argentina atravesando un proceso emocional fuerte. “Me sirvió mucho para poder sobrellevar la pérdida de un ser querido, el vacío que pude sentir en esos momentos, al asistir a Huellas sentí felicidad de poder compartir con personas que tiene muchas historias por contar, experiencias de la vida y aventuras a lo largo de sus años”, y aseguró que esto le permitió “una nueva perspectiva de la vida y a querer seguir sembrando una sonrisa que llenaba corazones y que llenaba el mío”.
Si usted desea ser parte de este movimiento y vivir la experiencia de ser voluntario puede visitar el sitio web de la organización: https://huellas.social/