El señor Alejandro Gutman, titular de la Dirección de Integración, presentó un “nuevo modelo” de desarrollo social en un acto que tuvo lugar en la nueva Biblioteca Nacional.
El nuevo modelo, dijo el señor Gutman —quien tiene décadas de estar al frente de proyectos sociales bajo la Fundación Forever y cuyas buenas intenciones nadie discute— tiene asignado un presupuesto de veinte millones de dólares, agregando que “es la primera vez que un gobierno está decidido a trabajar de forma articulada en un proceso de integración”.
Veinte millones, es obvio, es una cifra menor que el préstamo de $1,500 millones que acaba de aprobar la nueva Asamblea —nueva pero prácticamente con los mismos de la anterior que aprueban sin leer lo que llega de CAPRES—, una cifra que también es una fracción de los fondos FODES que el régimen quitó a las municipalidades del país, por lo que devolver ese dinero, sacarlo del agujero negro, sería muchísimo más efectivo que lo planteado por la Dirección de Integración, cuya existencia ha sido un misterio hasta ahora seguramente para la mayoría de salvadoreños.
El proyecto fue presentado nada menos que frente al vicepresidente Ulloa, el mismo que ha ido encontrando las fórmulas para dar al traste con todas las cláusulas pétreas de la Constitución.
Según se explicó, el nuevo modelo de desarrollo social se implementará en las comunidades más empobrecidas del país con el fin de reducir la pobreza.
La propuesta, dijo Gutman, comprende ocho proyectos, pero algunos ya se están desarrollando en Soyapango, Chalatenango, Panchimalco, San Miguel y Sonsonate.
Gutman explicó que la comunidad “tiene acceso a servicios médicos, psicológicos, trabajo social, arte y refuerzos escolares “que no habían tenido en el pasado y que también sirve para que jóvenes profesionales puedan tener una posibilidad de trabajo”.
Se decía hace años —y no vamos a contar quién fue el personaje— de un negociante que primero empobreció a la gente para más tarde crear los centros para aliviar la pobreza, lo que encaja con una triste realidad: las imparables ocurrencias del régimen han empujado a la mitad de la población a la pobreza, por lo que ahora se saca pinches veinte milloncitos “para combatir la pobreza”.
No hay que mencionar soga en las muchas casas de ahorcados
Veinte milloncitos es mucho menos que los sesenta millones que el régimen quitó al presupuesto de Educación y es un tercio de lo que fue sustraído de las reservas ahorradas del Insaforp y menos de la mitad del presupuesto anual operativo de esta institución.
Los artífices del proyecto pintan las maravillas que van a lograrse con los veinte milloncitos, o más bien, según sus palabras, que son ya una realidad...
Nada se dijo de las 5,150 escuelas que el 7 de septiembre de 2022 el propio presidente prometió reconstruir a razón de mil por año y de las cuales nadie ha visto avances.
Pero ante la pregunta de cómo responde la Dirección de Integración a problemas que genera el régimen de excepción como la captura de inocentes, Gutman se limitó a decir que ese “era un tema ligado directamente a la seguridad” y, aunque tuvo la intención de seguir respondiendo, fue retirado por el personal de comunicaciones, pues tales atropellos son tema tabú, equivalente a “mencionar soga en casa de ahorcado” .
Es más que seguro que mucha pobre gente va a tragarse el cuento de que con la muy, muy, muy generosa donación de veinte millones en este saqueado suelo viviremos en Jauja...