La Oficina Nacional de Bitcoin (ONBTC) anunció a través de su cuenta en X que El Salvador ahora cuenta con un espacio en Mempool para que “cualquiera pueda verificar” las tenencias de Bitcoin del país. Eligió hacerlo en inglés.
Ese sitio se encuentra en la dirección bitcoin.gob.sv/es/, la primera manejada por la entidad, que cuenta como sus cabezas con los estadounidenses Max Keiser y Stacy Herbert. Desde varios medios especializados en criptomonedas, como Beincrypto y Criptonoticias, se publicaron sendas notas, en las que se aseguró que la publicación de esta plataforma era un “paso adelante” en la transparencia.
“El Gobierno de El Salvador hace publica su tenencia en #BTC para que cualquier persona en el mundo a cualquier hora pueda AUDITAR en tiempo real sus reservas en bitcoin”, señaló, por su parte, Criptolawyer. Pero, ¿son ciertas estas sentencias tan entusiastas?
A la administración de Nayib Bukele se le ha criticado su reticencia a publicar cualquier detalle sobre su proyecto Bitcoin. El mandatario ni siquiera había compartido una dirección Bitcoin relacionada con el presunto tesoro de El Salvador hasta que decidió hacerlo a mediados de marzo de 2024, dos años y medio después de la entrada en vigencia de la ley que convierte al activo en una moneda de curso legal.
El presidente fue aún más reticente en revelar información relacionada con cuestiones más profundas, como los procesos de contratación involucrados, la asistencia técnica, la construcción de las cabinas, la compra de los cajeros, el uso de fondos públicos para la compra de Bitcoin, el funcionamiento del Fidebitcoin y un largo etcétera.
¿El mempool publicado por la Oficina Nacional de Bitcoin salda estas deudas de información? No, pues este tipo de plataformas son “una herramienta que te permite ver información histórica y en tiempo real sobre el mempool de un nodo, visualizar sus transacciones, y buscar y ver esas transacciones”. En pocas palabras, hace lo mismo que otros sitios de consulta de la blockchain de Bitcoin, que son de acceso público.
Pero en el sitio no está colgado ni un solo recibo de las compras realizadas por el gobierno de El Salvador o la partida de la que han salido dichos fondos. Ni siquiera quién es el proveedor. En El Diario de Hoy se ha revelado previamente que más del 80 % del Bitcoin en la dirección publicada por Bukele proviene de una que es propiedad de la empresa Bitfinex, aunque nada asegura que se trate de compras.
“No se rinden cuentas a la ciudadanía sobre el bitcoin y esta es una política institucional generalizada, advirtiéndose que esta opacidad extendida abre las puertas a la corrupción, máxime con la volatilidad y el anonimato que caracteriza a las criptomonedas”, escribió la ONG Cristosal en un informe publicado en 2023 sobre la opacidad del proyecto. La organización envió a diferentes entidades públicas varias decenas de solicitudes de información. Nunca recibió ni un solo dato al respecto.
“Se necesita saber cómo se registran las ganancias, cómo son los manejos de los contratos de estas carteras… un portal con seguimiento de compras no transparenta el uso de los fondos públicos”, dice la economista Tatiana Marroquín.
“Esa información que está allí es mucha más propaganda que cualquier cosa, pues no ayuda a disipar ninguna de las dudas que tenemos sobre el proyecto”, opina, por su parte, el economista Alfonso Goitia.