Desarrollando la creatividad

En mis artículos anteriores he reflexionado sobre cómo la creatividad será una de las cualidades esenciales para poder sobrevivir en un mundo donde la I.A. se integre en todas las actividades humanas. Es muy probable que muchas de las actividades rutinarias que hacemos pasen a ser optimizadas o sustituidas por la I.A. y lo que se demande de las personas sea su ingenio y pensamiento crítico, fundamentos de la creatividad.

Para algunas personas, esto se vuelve reconfortante dado que llevan años creando y diferenciándose, haciendo de la innovación un pilar de su trabajo. Sin embargo, muchos otros, se ven ajenos a la creatividad, como algo innato y que no se puede desarrollar, la ven como una cualidad casi mística, deseada por muchos, pero dominada por unos pocos.

Pero ¿es realmente un don exclusivo o algo que todos podemos desarrollar?

Edward de Bono, describe la creatividad como la habilidad para romper patrones y aquello que es establecido, para encontrar nuevas perspectivas, ideas o productos. Ser creativo es “salir del camino preestablecido” para descubrir nuevas fronteras y ángulos ante un problema. Usualmente, los ejemplos más paradigmáticos de creatividad lo vemos en el arte, donde una persona es capaz de moldear una materia inerte a una obra con un nuevo significado y forma, como el escultor que hace que una piedra se vuelva una obra asombrosa. Sin embargo, la creatividad no se limita a los campos artísticos, sino que puede estar presente en todos los ámbitos de nuestra vida, desde la invención de un nuevo producto, hasta simplemente descubrir una nueva forma de abordar un problema en el trabajo.

Muchos conocemos a personas que son “creativas por naturaleza”, tienen un don especial para ser ingeniosos, y logran inventar siempre algo nuevo que hacer o decir, y darle un giro a todo lo que hace. Y si bien, existen personas que nacen con esa habilidad innata, la mayoría de creativos lo son a base de disciplina y esfuerzo. Las ideas más ingeniosas han nacido por la perseverancia, por la diligencia de retar a la mente humano todos los días por pensar de una manera diferente.

De hecho, uno de los mitos más grandes de la creatividad es el de la inspiración. Ese que dice que los genios lo son porque han tenido un rayo de luz o un momento de éxtasis que los han hecho destacar, como ese momento “eureka” donde han dado al clavo y descubierto la solución a los problemas. “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando” decía Picasso,haciendo alusión a que la creatividad no es algo que llega no por momentos extraordinarios y únicos, sino por la disciplina del trabajo, de la práctica y del hábito. Así como el que mete más goles no solo es el que nació más habilidoso, sino el que más entreno y dedicación pone, el más ingenioso es aquel que hace su tarea y piensa, estudia, escribe y trabaja.

¿Pero cómo se trabaja la creatividad? Hay varios puntos claves para hacerlo. Trataré de resumir algunos y buscaré expandir algunas ideas en futuros artículos:

Exploración constante
Así como solo el que escucha mucha música es capaz de innovar, combinar géneros o reinventar lo que se ha hecho en una nueva canción, solo aquel que tiene los ojos abiertos y explora siempre su entorno es capaz de ser creativo. La creatividad se alimenta de nuevas experiencias y conocimientos. Dedicar tiempo a explorar áreas fuera de tu especialidad o interés habitual puede abrir la mente a nuevas ideas y perspectivas. El acto de explorar implica salir de las zonas de confort habituales y aventurarse en lo desconocido, y esto puede ser simplemente, leer cosas distintas, ver nuevas temáticas, estudiar nuevos campos del conocimiento o salir de viaje en busca de lo desconocido. La clave es mantener una curiosidad constante y actitud abierta.

Un espacio para la creatividad
Uno de los elementos más relevantes para poder ser creativo es tener un espacio propicio para poder pensar y reflexionar. Muchos creativos tienen un diario donde van anotando ideas o puntos que suscitaron su interés a lo largo del día, otros tienen sesiones de enfoque intenso, sin distracciones que hace aparecer las mejores ideas. Empresas como Netflix, tienen culturas totalmente enfocadas en creer un ambiente que equivocarse e innovar.

Rodéate de otros creativos
Las mejores ideas surgen en conjunto. Cuando vemos gente que logró innovar y cambiar las cosas, pocas veces vemos que todo surgió en un contexto de equipo. Si quieres mejorar en algo, júntate con personas que sean especialmente buenos en ese tema. Empresas como Pixar saben esto, y valoran la participación de todos los miembros, incluyendo muchas perspectivas y disciplinas. Periódicamente, en sus sesiones de Braintrust, ejercitan la innovación grupal y el pensamiento colectivo, permitiéndose innovar y buscar la mejora continua como un equipo.