En el marco del Día Internacional de la Libertad de Prensa, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), publicó el informe anual, denominado “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024: el periodismo bajo las presiones políticas”, en el que ubica a El Salvador en la posición 133, de 180 países evaluados. Esa posición revela una caída de 18 puestos, con relación al 2023, cuando era clasificado en la posición 115.
En El Salvador “Los medios son víctimas de la violencia generalizada que reina en El Salvador. Desde que accedió a la presidencia, en junio de 2019, el presidente Nayib Bukele ataca y amenaza a los periodistas no afines a su gobierno. El ejercicio periodístico está marcado por el acoso a medios críticos y la criminalización de la cobertura sobre seguridad pública y pandillas. El uso de trolls refuerza la narrativa oficial y la información sobre asuntos públicos es confidencial desde la pandemia”, asegura RSF.
De acuerdo con el informe, el actual gobierno del presidente Nayib Bukele, acusa a la prensa de estar al servicio de la oposición, cuando investiga y revela corrupción en el manejo y administración del Estado; Ese ardid lo utiliza para desacreditar las publicaciones periodísticas y las voces críticas a su gobierno, indica.
“... El presidente Nayib Bukele hostiga a los periodistas con la peligrosa táctica de presentar a los medios como enemigos del pueblo. Un reportaje de Reuters reveló, en noviembre de 2022, que existe una “granja de trolls” al servicio del presidente. También existen pruebas de acciones para amedrentar a la prensa, como visitas de agentes policiales a oficinas de medios independientes con un objetivo meramente intimidatorio”, afirma Reporteros Sin Fronteras.
Desde que inició su gestión, Bukele ha usado un discurso de odio contra los medios de comunicación y sus periodistas que, a pesar del ocultamiento de información de manera sistemática, se esfuerzan por revelar indicios de corrupción en la administración pública. Muchos funcionarios y las granjas de troles hacen eco del mismo discurso de odio, etiquetando a periodistas con diversos calificativos.
”El discurso dominante contrario a la prensa hace que los periodistas se enfrenten a ataques constantes en las redes sociales y, en algunos casos, a amenazas contra su integridad física y su equipo de trabajo. Funcionarios de alto nivel se han sumado a las agresiones y descalificaciones. La mayoría de los periodistas víctimas de agresiones han sido mujeres”, asegura el informe.
Para limitar cada vez más la libertad de prensa, Bukele también ha ocultado sistemáticamente la información que debería ser pública, declarándola confidencial o bajo reserva. De esa manera evita que muchos actos de corrupción sean revelados por el periodismo independiente.
RSF resume lo anterior así: “En El Salvador, la libertad de expresión está amparada por la Constitución, lo cual no ha impedido al presidente declarar confidencial toda información sobre gasto público desde la pandemia”.
Y no es para menos. Desde que asumió el poder, Bukele comenzó a desmantelar el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), lo cual se aceleró desde el 1 de mayo de 2021, cuando Nuevas Ideas se convirtió en la bancada mayoritaria en la Asamblea Legislativa y también hicieron reformas a la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP) y a la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (Lacap), entre otras, con el fin de blindarse de la fiscalización periodística.
En cuanto a la seguridad con que los periodistas ejercen su labor, Reporteros Sin Fronteras afirma: “Ningún periodista ha sido asesinado en El Salvador, pero la policía ha perpetrado agresiones a profesionales de la información durante sus coberturas sin ninguna justificación legal y, peor, sin ninguna sanción. Tampoco hay avances en la investigación de la denuncia de The Citizen Lab sobre escuchas telefónicas a periodistas y miembros de organizaciones de la sociedad civil, mediante el software de espionaje Pegasus, ocurridas entre 2020 y 2021. En 2022, diez periodistas (siete hombres y tres mujeres) se exiliaron”.
“Proteger la verdad”
Por su parte, en un mensaje difundido este 3 de mayo en redes sociales por la Embajada de Estados Unidos en El Salvador, el embajador William H. Duncan destacó la importancia de la libertad de prensa, afirmando que la misma es fundamental en la vida de todos los salvadoreños.
Duncan afirmó que la libertad de prensa protege la verdad, promueve la transparencia y empodera a las personas ya que les provee la información que necesitan para tomar decisiones informadas.
Por su parte, Angélica Cárcamo, presidenta de la Asociación de Periodista de El Salvador (APES), expresó en su cuenta de X: “El Salvador cae 18 posiciones en el índice global de libertad de prensa de @RSF_esp, quedando en el puesto 133 de 180 países. Estamos entre los 49 países en donde ejercer la profesión es difícil. El gobierno de Bukele tiene las posiciones más bajas comparado a sus antecesores”.
El informe indica que a nivel de Centroamérica, la situación de la libertad de prensa en El Salvador es preocupante: “En Centroamérica, la actitud abiertamente hostil del presidente Nayib Bukele hacia el periodismo de investigación explica el importante declive que registra El Salvador (133º) desde 2019”.
Mientras que a nivel global, las primeras cinco posiciones son para Noruega, Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Finlandia, es decir, en estos países, es donde existe más respeto hacia la libertad de prensa, mientras que Irán, Corea del Norte, Afganistán, Siria y Eritrea están en los últimos puestos.