Suecia, Estado de primer mundo, nos da muchas lecciones de cómo se generan políticas públicas para la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Su gestión más llamativa a principios del 2023 fue que su Ministra de Educación, Lotta Edholm, detuvo su plan de digitalización de los centros escolares, pues más de 60 científicos, expertos en digitalización de las aulas, informaron que los estudiantes no se beneficiaban de la enseñanza basada en las pantallas.
No obstante, el objetivo de mi escrito en esta ocasión no es este tema, sino otro, donde siempre Suecia es la protagonista; esta vez en un tema de salud: los suecos lograron que la prevalencia de tabaquismo en su tierra disminuyera al 5.6%.
El contenido de los cigarrillos, donde algunos de ellos derivan del tabaco, tiene como efecto llevar a la muerte a la mitad de sus consumidores. Se estima que 1,300 millones de humanos siguen fumando porque quieren o no pueden dejarlo. Casi 8 millones de personas mueren cada año, en diferentes lugares del planeta, debido a factores relacionados con el tabaco.
En El Salvador, cada año fallecen 1,600 personas a causa de enfermedades que surgieron por fumar cigarrillos hechos con tabaco y otras 7,000 sustancias. En el 2022, el gasto en El Salvador, para consumo de cigarrillos se incrementó en un 32%.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) firmó hace 18 años el tratado del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco; observando, posteriormente, gracias a las campañas para liberar los espacios públicos de humo de cigarrillo, que la demanda de cigarrillos y otros productos similares disminuyó, aunque en países de tercer mundo, no hubo efectos considerables.
¿Qué fue lo que hizo Suecia?
El gobierno sueco puso, a la disposición de sus fumadores adultos, los productos alternativos bajos en nicotina y libres de humo. Esto en las ciencias médicas se reconoce como una combinación del control de tabaco y las estrategias de reducción de daños.
Las cifras de la OMS muestran con claridad que la incidencia de cáncer relacionado con fumar, es en Suecia, 41% menor a la del resto de otros países europeos. Además en este país, la tasa de mortalidad derivada de enfermedades relacionados con tabaco es 39,6% menor con la media de la Unión Europea.
La estrategia sueca consistió en crear una ley estricta contra el tabaco tradicional y fomentar formas de consumo de nicotina y tabaco sin combustión. Estas últimas fueron gravadas con menos impuestos. Los snus, el tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos han logrado reducir la tasa de fumadores tradicionales, según los reportes. Del 11% de suecos que fumaban, hoy solo hay 5.6% dentro de la población.
A los médicos en América Latina, que habitamos una tierra que siempre va a la cola en avances en Salud Pública y tecnología médica; lo que nos queda siempre, es observar y “aprender del pellejo ajeno”. Debemos revisar los informes suecos y de otros países para aprender de ellos y analizar que estrategias se pueden implementar en nuestro medio.
Esto mismo han hecho los colombianos: el pasado 6 de marzo la asamblea legislativa de ese hermoso país aprobó el proyecto de ley que regula el consumo de cigarrillos electrónicos y los vapeadores.
“Creer que todo tiene solución, no es optimismo, sino, talento” es una frase célebre que se aplica en este caso.
Médica, Nutrióloga y Abogada