Por “Educación es la solución”, decía una frase que, durante uno de los buenos gobiernos anteriores, se leía en vallas y cintillos propagandísticos, a fin de que la población comprendiéramos que, si queríamos llegar a desarrollarnos como nación, primero que nada, debíamos educarnos y dedicar a ese rubro todos los esfuerzos humanos y económicos que se necesitaran.
Desafortunadamente, cada vez nos alejamos más del soñado desarrollo, imbuidos en una vorágine permanente de espectáculos, luces, propaganda y campaña de odio contra todo aquel o aquello que mengüe el brillo de la imagen presidencial. Sin embargo, es indispensable insistir en el tema incansablemente, porque es la realidad: la educación es una necesidad primordial, vital, impostergable y urgente en El Salvador.
Base para la educación es la lectura. Y para promoverla, se ha instituido mundialmente el Día del Libro, que se celebra anualmente el 23 de abril. Sería del caso que los educadores se propusieran celebrarlo en sus respectivos centros escolares y los periódicos en sus ediciones de esa fecha. Ni se me ocurre que se haga a nivel gubernamental, donde se ha inaugurado una biblioteca nacional sin libros y cuya mayoría de funcionarios exhiben, sin pudor alguno, la más crasa falta de cultura.
El 23 de abril fue la fecha escogida para honrar la memoria de dos gigantes de la literatura universal: Miguel de Cervantes, que murió el 22/04/1616 y William Shakespeare, fallecido el 23/04/1617. Esta tradición inició en España, mediante decreto del rey Alfonso XIII (1926). A partir de 1995, esa iniciativa fue adoptada por la UNESCO, por un afán de promover la lectura a nivel universal.
Además, el 23 de abril es la fiesta de San Jorge, soldado romano, nacido dentro de una familia cristiana en 280 en Capadocia (hoy Turquía), mártir en 303 durante la persecución de los cristianos realizada por Diocleciano. San Jorge, después de sufrir horribles torturas, fue decapitado en Lidda, antigua capital de Palestina, ahora una ciudad cercana a Tel Aviv, donde está sepultado.
La escena de su lucha contra el dragón, por la que se le reconoce en cuadros y efigies, es el símbolo de su enfrentamiento permanente con el Mal. Sin embargo, persiste el cuento medioeval de que se enfrentó al dragón para salvar a la princesa Cleolinda. Estando ella herida, de su sangre brotó un rosal de rosas rojas. Por eso, el Día de San Jordi, especialmente en Barcelona, a los hombres se les regalan libros y a las mujeres rosas rojas. Linda tradición que deberíamos copiar y mejorar, regalando a las de mi sexo no solamente la rosa, sino también el libro. Eso, en vez de andar emulando Halloweens o Catrinas u otras tradiciones extrañas que absorbimos por bayuncos y poco creativos.
San Jorge es venerado, principalmente, en Inglaterra, pero su culto se extiende no sólo a los cristianos (católicos, ortodoxos y luteranos); también es venerado por los musulmanes, que le llaman “profeta”. Es el patrono de los caballeros, los soldados, los scouts, los luchadores de esgrima y los arqueros.
Que el 23 de abril, Día de San Jorge, Día del Libro, promueva en nuestro país el amor a la lectura, base indispensable para todo aprendizaje, mediante la cual se va adquiriendo amor al conocimiento, al análisis, a la toma de decisiones y al trabajo bien hecho. ¡Cuánto falta nos hace todo eso!
Empresaria.