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El suicidio en los jóvenes

El suicidio no respeta clase social, golpea a diferentes grupos etarios y lo que debe sacudirnos es que perder a un joven, es el país el que pierde lo mejor que tiene, como es el futuro. Cuando muere un joven, muere el país, muere su familia, muere la sociedad, muere el futuro.

Por Ricardo Lara
Médico

“Una joven de 17 años de edad se quitó la vida en la zona del bulevar Luis Poma, en Santa Elena, Antiguo Cuscatlán. La escena fue procesada por oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC) y Medicina Legal...”, informaron varios medios la semana anterior.
Los suicidios siempre han azotado a la sociedad salvadoreña; sin embargo, ahora niños menores de doce años y adolescentes toman tan dura decisión. Es para preguntarnos ¿qué está pasando en la sociedad salvadoreña? ¿Qué hace que un niño o adolescente se sienta acorralado para tomar tan difícil decisión?

Debemos revisar un poco la historia. El Salvador antecede a Uruguay y Cuba en suicidios y lamentablemente localidades como el cantón Las Pilas  en el departamento de Chalatenango, han ocupado el primer lugar. Fue en el año 2011 cuando más de veinte jóvenes y adultos tomaron la decisión de quitarse la vida. Muchas personas que apenas conocen el lugar se preguntan ¿cómo teniendo un clima maravilloso se suicidan? ¡Si allí es un paraíso!

Lamentablemente no conocemos la realidad de esas familias, sea la pérdida de una cosecha, un clima que cuando están las bajas temperaturas tiende a deprimir al afectado y otras causas. “Una menor de 16 años fue encontrada sin vida la tarde del martes en el interior de su casa de habitación, ubicada en ciudad de Santiago de María, Usulután...”, dice otra información periodística de los últimos días.

Hay tantos agravantes para estos casos como hogares donde la madre soltera debe luchar con denuedo para poder apenas sacar adelante a sus hijos, la presión del consumismo, la pobreza, la falta de oportunidades y quizá la causa más importante que seduce muchas veces a un joven: las redes sociales.

Difícilmente antes del internet se sabía que un niño de nueve años atentara contra su vida; sin embargo, en menos de cuatro meses han ocurrido casi igual número de suicidios y es aquí donde los padres debemos estar cerca de nuestros hijos, vigilar sus amistades y sobre todo, dejar la comodidad de “dejar que haga lo que él quiere” y vigilar lo que ve en las redes sociales; revisar que es lo que ve en internet para ser realmente padres cercanos a ellos.

Hoy resulta que niños de tres años ya están con el táctil en sus manos, poco importa al padre el contenido al mismo, la pornografía está tan cerca como un “clic” y tristemente hay un mensaje tras esos suicidios: somos una sociedad enferma desde las raíces hasta las altas ramas donde poco importa el suicidio de un joven.

Hemos perdido la empatía hacia nuestro prójimo, basta ver la andanada de comentarios ofensivos ante tan devastador acto, lo que demuestra que como sociedad somos cómplices silentes del suicidio y tristemente nada nos conmueve.

 El suicidio no respeta clase social, golpea a diferentes grupos etarios y lo que debe sacudirnos es que perder a un joven, es el país el que pierde lo mejor que tiene, como es el futuro. Cuando muere un joven, muere el país, muere su familia, muere la sociedad, muere el futuro.

Lamentablemente parece que ni nos damos cuenta ni lo entendemos.

Debemos los padres vigilar el contenido que nuestros hijos ven en la. Quizá en tal medida podamos cerciorarnos de que nuestros hijos son nuestros hijos, que conocemos a nuestros hijos y así evitar que un momento de confusión, depresión u otros, lo lleve a tomar una decisión que afectará a esa familia por siempre.

Finalmente, hay que recordar que no todos los suicidios lo son. Muchas veces son asesinatos que se montan para hacerlos parecer como suicidios. Por eso me extrañan los casos de jóvenes que han aparecido sin vida en la vía pública y se les califica como “suicidios”. Esos hechos deben pasar a una investigación criminal más profunda para que no haya crímenes que queden en la impunidad haciéndolos aparecer como “suicidios”.

                                                                              Médico.

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Opinión Suicidio

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