El Humanismo -en la creación de un nuevo orden de paz, progreso y supervivencia de la especie humana- Naciones Unidas deberá renacer como un real gobierno universal de imperios y Estados soberanos asociados, de voto democrático y no autocrático como lo es hoy, donde la voluntad de un solo votante -o de naciones cómplices- es la suprema ley. Hasta hoy la soberanía mundial ha sido raptada por poderes fácticos, corrupción, endemia social, comercio de guerra, geopolítica y subdesarrollo. El ideal de un mundo feliz es posible y no sólo en un campo de diversiones. La riqueza mundial existente es capaz de crear ese mundo de luz. (Con sólo el presupuesto anual de defensa y de guerra de las naciones, se ha dicho, acabaría la miseria en la Tierra). Pero el nuevo dios del poder y la impiedad, impide la evolución del Homo Sapiens al Hombre Estelar que lucha por nacer. La depredación natural, la industria de las armas, así como los gases contaminantes, se vuelven la mayor amenaza hacia nuestra especie. Una destruye vidas y ciudades, entre glorias perdidas y masacres raciales. La otra envenena el aire, el planeta, los mares, las fuentes de agua y la vida natural. Naciones Unidas debe, por tanto, refundarse como un gobierno mundial de etnias y países asociados, al que se le confiera el poder de reorientar la civilización hacia un nuevo orden planetario que salve a la Humanidad en la Historia Natural. El tiempo se agota. Un posible Armagedón o un nuevo amanecer del Humanismo están más cerca de lo que creemos.
ONU debe ser gobierno universal de estados e imperios asociados
.