Entremos a una máquina del tiempo. Ajustemos la fecha y retrocedamos a inicios de 1980. San Marcos, al sur de la capital San Salvador, todavía no es el caos urbano de hoy. Y muy cerca de la carretera a Comalapa, baja caudaloso el río Cuapa. Marlene Vázquez, quien hoy es directiva de la Colonia Los Ángeles, recuerda que “visitar el río era un paseo, había incluso peces, cangrejos, camarones”.
Pero son los 80s, San Marcos recibe cada vez más habitantes, más casas y, ante la falta de controles por parte de las instituciones de Gobierno y alcaldía, se normaliza que las aguas grises (jabonosas, de uso doméstico) e incluso las aguas negras (carga de heces y orinas) vayan a dar directamente al Río Cuapa.
La herida contaminante del Cuapa se profundiza cuando, debido al terremoto de octubre de 1986, el Gobierno del presidente Napoleón Duarte permitió que las aguas negras de la Colonia 10 de Octubre, que inició en San Marcos como un área de refugio para las personas damnificadas por el sismo, se conectara con el Río Cuapa.
Desde entonces, poco a poco, el Cuapa enfermó hasta que la máquina del tiempo aterriza en el hoy: es una corriente de agua sucia y maloliente, alimentada por centenas de tuberías desde las viviendas de esta superpoblada zona de San Marcos; población que, además, lanza basura de distinto tipo y tamaño al antes río, hoy quebrada.
Ordenan suspender obras de construcción a orillas del lago de Coatepeque
Si bien la mayoría de viviendas tienen sus propias fosas sépticas y pozos resumideros para tratar las aguas negras, no todas cumplen ese requisito; muchas conectan la tubería que conduce excrementos directamente al Cuapa.
Además, Marlene explica que autoridades de Gobierno y alcaldía les han explicado que en la Colonia 10 de Octubre hay una planta que, en teoría, reduce el nivel de contaminación del agua que va a la quebrada Cuapa; pero señala que “hay momentos que el agua baja amarilla, puras heces, (llegan) moscardones, gran gran mal olor. Aquí ahorita suerte tenemos agua negrada”.
Una fuente de la administración de ANDA confirmó que no hay una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, sino que su función es rebombeo. Es decir, las aguas negras de la 10 de Octubre no son tratadas sino solo conducidas hacia el moribundo Cuapa.
El Diario de Hoy visitó el punto exacto donde baja la toma de aguas desde la Colonia 10 de Octubre a la quebrada Cuapa: el lugar está plagado de excremento, agua aceitosa y jabonosa; y también hay gente que aprovecha este lugar para lanzar llantas usadas, sillones e inodoros viejos, piezas de refrigeradoras, pedazos de ropa y calzado...
La combinación de todo lo anterior forma una corriente tan sucia como peligrosa cuando llega el invierno. Marlene explica que la asociación vecinal logró que la alcaldía saliente, de Nuevas Ideas, construyera un puente de paso en la zona, ya que la creciente con las tormentas hace imposible cruzar con el puente pequeño de abajo; pero lamenta que el puente nuevo ya está rajado y les da miedo usarlo.
El temor que plantea está justificado: al menos dos viviendas fueron destruidas en esta Colonia Los Ángeles por la fuerza de las aguas cuando el país fue azotado por la tormenta Amanda, en mayo de 2020.
La vecindad ha formado una asociación, que logró -tras al menos 6 años de presionar a insistir- que la alcaldía de San Marcos reparara la zona con una calle y bordos; sin embargo, consideran que la municipalidad nueva de San Salvador Sur o el mismo Gobierno deberían construir una bóveda, para que las aguas sucias del moribundo Cuapa pasen por tubería... aunque igualmente sus aguas irán a sumarse a la contaminación del Lago de Ilopango.
A unas cuadras de la Colonia Los Ángeles está la Santo Domingo. Ahí está el pasaje El Arenal, que se llamá así porque -máquina del tiempo activada- hace unos 40 a 30 años, en esta zona de San Marcos había prácticamente una pequeña playa, la cual poco a poco fue destruida por la extracción de arena en camiones y la construcción de casas y más casas.
Así como murió el río Cuapa, en la Santo Domingo pasan pequeñas quebradas que perdieron su vida por lo mismo: agua contaminada, basura y hasta restos de animales lanzados por la misma población.
Azucena Lenarduci, de 54 años y habitante del sector, explica que “aquí venían camioncitos a sacar arena, por eso se llama Pasaje el Arenal. Pero eso se lo fueron comiendo las casas, por ejemplo la 10 de Octubre, todo eso eran cerros y lomas”.
Juzgado ambiental advierte que construcción sobre quebrada El Chogual es ilegal
Explica doña Azucena que es necesario que, cuando entre el nuevo gobierno municipal de Mario Vázquez (Nuevas Ideas, quien estuvo a cargo de Ciudad Delgado), se retome lo que hacían alcaldías anteriores en San Marcos, que hacían limpiezas de quebradas con suficiente frecuencia, sobre todo antes de que entrara la época invernal.
“Deberían indicar por ejemplo un día para recibir desechos grandes, como colchones, ¡si hasta refrigeradoras avienta la gente!” a las quebradas, lamenta la sanmarquense.
María de la Cruz Váquiz, de 59 años, vive justo enfrente de una de las quebradas de la zona. Su testimonio: “Aquí no se aguanta el mal olor, el zancudero... y cuando baja la correntada, la suciedad es horrible. Aquí hay algunas casas que no tienen eso, y cuando está lloviendo o pasa bastante correntada, como que dejan ir eso (aguas negras), y una apestazón que se siente todo eso”.
Como las alcaldías no toman acciones concretas, explica María de la Cruz que la vecindad se organiza y contrata jóvenes para que entren a las quebradas y las limpien. Así hicieron el año pasado y sacaron colchones, botellas plásticas, ropa...
Doña María de la Cruz sabe que, además de las autoridades locales o de Gobierno, es la misma población la que alimenta la contaminación de la zona. “Somos bien inconscientes la verdad. La gente pasa y ¡pum!, la bolsa de basura (sobre la malla). Fuera bonito que cerraran, que hicieran una bóveda, hasta parquecito hicieran para los niños”, propone.
La época lluviosa en El Salvador está por iniciar, en mayo. Tanta basura en quebradas y ríos representa un riesgo para la vida de la población en San Salvador Sur, año tras año. La máquina del tiempo que usamos al inicio no existe; tampoco un plan efectivo de las autoridades, anteriores o actuales, para rescatar estos afluentes de la contaminación que los ahoga.
Silencio de autoridades
Para la elaboración de este reportaje, El Diario de Hoy se comunicó con la oficina de presidencia de ANDA, pero no hubo respuesta Así mismo, se pidió un espacio de entrevista con Mario Vázquez, actual alcalde de Ciudad Delgado por Nuevas Ideas y quien ganó las elecciones municipales, por lo que gobernará San Salvador Sur entre 2024 y 2027. Hasta el cierre de esta publicación, tampoco hubo respuesta.