¿Quién habrá podido olvidar las terribles imágenes del incendio que destruyó, el 19 de abril de 2019, una gran parte de la catedral de Notre Dame de París? El edificio, construido entre 1163 y 1345, vio su marco de madera de más de 700 años, su protección de plomo, desaparecer entre las llamas provocadas a raíz de una obra de restauración. Se habían podido salvar las santas reliquias de la crucifixión de Cristo: la corona de espinas, un pedazo de la cruz y un clavo. El rey Luis IX, conocido como San Luis (1214-1270) después de haber sido canonizado en 1297, las había traído de vuelta desde Constantinopla, la capital del entonces Imperio Romano de Oriente (330-1453), tras ser compradas por el rey francés al emperador Baudoin II de Bizancio en 1238.
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Dedicada a la Virgen María, la catedral de París se ha vuelto uno de los símbolos más importantes no solamente de la cristiandad sino también de una universalidad de la devoción, del perdón, del amor y de la esperanza. Al paso de los decenios, fue el receptáculo de eventos que impactaron a Francia con símbolos al mundo: recibió por la Santa Corona en 1239. Napoleón I fue coronado en la catedral, en 1804. Cuando París fue liberada de los nazis en agosto de 1944, el General de Gaulle mandó celebrar una misa de acción de gracias, simbolizando la dimensión sagrada de la liberación de París.
Fue celebrada en la literatura, por ejemplo con Víctor Hugo en 1831. Sobrevivió a cambios de regímenes, entre ellos la Revolución Francesa de 1789 y la inestabilidad que siguió durante un decenio. Durante este periodo, las esculturas representando santos y reyes fueron dañadas, unas decapitadas. El edificio había sido abandonado.
Es la razón por la cual la catedral tuvo que ser restaurada, una primera vez, entre 1845 y 1860. El arquitecto Eugène Viollet Le Duc le agregó la flecha que desapareció en el incendio de 2019. El Rey Luis Felipe reinaba desde 1830 y tuvo que irse del poder en 1948 cuando fue instaurada la II República, hasta 1852, que fue proclamado el Segundo Imperio con Napoleón III. Abdicará en 1870 a raíz de una derrota militar contra Prusia. La III República será instaurada hasta 1940.
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Fue todo este patrimonio, esta densidad espiritual, religiosa pero también humana e histórica que corrió el riesgo de desaparecer para siempre en 2019. De inmediato después del drama, Francia proclamó como un deber nacional salvar a la catedral: garantizar la solidez de la estructura ha sido la primera etapa de un proceso de restauración. Se llamó a centenas de empresas especializadas en carpintería, ya que había desaparecido la del periodo de la Media Edad (entre 500 y 1400). Especialistas de vidrieras, piedras, pero también de los sistemas eléctricos, del agua, del sector de la construcción fueron movilizados. Se tuvo que buscar los mejores árboles, particularmente robles.
Fueron 1000 los que han sido escogidos desde 2019 en diferentes regiones de Francia, para ilustrar, a través de la obra de carpintería, la unidad nacional. Una institución pública encargada de la conservación y restauración del edificio fue constituida. De 2019 hasta el 18 de agosto de 2023, día de su muerte accidental en montaña, fue el General Jean-Louis Georgelin quien lo presidió. Patrocinadores privados crearon un fondo que recauda más de 1000 millones de euros, permitiendo una rapidez en la estrategia y realización de las obras.
LA REAPERTURA
En este abril de 2024, a 8 meses de la reapertura de la catedral, el 8 de diciembre de este año y en la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, se puede medir la calidad de las obras de reconstrucción, la excelencia de las 250 empresas. La obra del techo de madera, la reconstrucción de la flecha que contiene reliquias tales como un fragmento de la corona del Cristo, ya están instaladas al idéntico.
“Restauramos por lo menos 860 años, retomando las técnicas medievales y los materiales de origen”, afirmó Philippe Jost, quien asume la misión de la dirección de las obras. Al final de esta etapa de los cinco años, habrá todavía que restaurar parte de la sacristía tanto como el exterior de la catedral, evaluando a 150 millones el costo. Se sumarán a 552 millones de euros, los que fueron reservados a la restauración además de los 150 millones fueron reservados a la secularización del edificio.
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La restitución de la catedral es un logro de la voluntad de una nación, de sus empresas, artesanos y científicos. Era muy importante que en 2024, se cumpliera lo que todavía aparecía como un sueño en 2019: restituir al mundo, la catedral de París que recibía a 13 millones de visitantes antes de su incendio. Se podrá mirar la calidad de las obras durante los Juegos Olímpicos de verano que tendrán lugar en Francia, del 26 de julio al 11 de agosto de 2024, tanto como durante los juegos para-olímpicos del 28 de agosto hasta el 8 de septiembre.
El 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, esta joya del arte gótico será oficialmente abierta, anunciando oficialmente su renacimiento, y tal como el fénix de las esculturas en sus alturas llamadas, las “gargouilles”, las gárgolas, su resurrección.