El 1 de marzo en El Salvador se celebró el Día Nacional de las Personas con Discapacidad Visual, una fecha que se conmemora año con año con la finalidad de visibilizar los obstáculos y desafíos que enfrenta esta población. En este marco, Marlon Alas, presidente de la Asociación de Ciegos de El Salvador (ASCES), señala que aunque se ha tenido avances significativos con la aprobación de la Ley Especial de Inclusión aún hay una deuda pendiente para que esta se cumpla.
Entre estos menciona la aplicación de un reglamento que al no existir le resta operatividad a la misma, opina. Asimismo señala la falta de la creación de un tribunal sancionador que la misma legislatura menciona y la actualización de un registro nacional de personas con discapacidad, entre otros.
Actualmente, en El Salvador no existe un censo actualizado de personas con esta discapacidad, no obstante, de acuerdo a datos de ASCES hasta 2017 se tenía un estimado de 60,000 a 70,000 personas con discapacidad visual. Por su parte, el Registro Nacional de Personas Naturales (RNPN) contabilizaba hasta 2019 un total de 118,525 personas con algún tipo de discapacidad visual en el país.
Jonathan Rivas, persona con discapacidas visual severa, por su parte señala que, aunque se hacen esfuerzos en términos de inclusión, aún hay un largo camino por recorrer para garantizar los derechos y generar las oportunidades, tanto a nivel estatal como de la empresa privada.
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Jonathan es un instructor de informática y además se ha especializado en masoterapia. Una de sus grandes pasiones, la cual retomó con mayor énfasis a partir de la pérdida total de la visión es el ajedrez, una afición que comparte con Roberto Vaquero, reconocido pintor salvadoreño con baja visión y con diagnostico de parálisis cerebral infantil; y Carlos Funes, secretario de la Junta Directiva de ACCES.
Los entrevistados coinciden en que entre las principales barreras que enfrentan están las sociales, de educación, culturales y laborales así como barreras en el entorno.
La falta de calles adecuadas, señalización adaptada para personas con ceguera, medios de transporte que cubran sus necesidades, la apertura para el empleo, maestros capacitados en el tema de la inclusión, entre otros, forman parte de la lista de desafíos que deben enfrentar en el día a día.
“Hacen falta más oportunidades, pero no solo institucionales, sino también en la misma empresa privada, eso significa una mayor conciencia, una mayor sensibilización de las personas que toman decisiones “, añade Rivas.
Carlos Funes, por su parte, habla sobre los esfuerzos que desde la asociación se desarrollan para capacitar a las personas con ceguera o de baja visión, así como para dar apoyo para que el tema de la inclusión sea tomado con mayor fuerza en los centros educativos con sistema regular.
“La discapacidad no solo es la parte física si no es el hecho se eliminar la barrera, la barrera se mantiene, pero ¿Cómo se superan? estas se adaptan para que la persona pueda desarrollarse de la mejor forma”, expone Funes.
En el campo laboral señala, el mayor prejuicio que existe es el de la inversión. “El empresario cree que tiene que gastar millones de dólares en adaptar un puesto, cuando los ajustes pueden ser económicamente viables”, opina.
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Capacitación para generar mejores oportunidades
ACCES tiene un promedio de trabajadores propios de 20 personas que poseen discapacidad.
“El trabajo más fuerte que estamos realizando es en alianza con el Ministerio de Educación, en el cual se le da apoyo a estudiantes con discapacidad visual inscritos en las escuelas regulares”, expone.
Dentro de este programa, vigente desde hace casi 4 años, se ha colocado a seis personas que visitan los centros escolares para dar apoyo en aspectos educativo y en el área psicopedagógica.
Cada uno de estos maestros visitan un promedio de 15 instituciones educativas para conocer el avance de los estudiantes y dar soporte para que los programas de estudio y el entorno escolar se desarrollen en función de sus necesidades.
Otro de los proyectos que se desarrollan para garantizar la estabilidad laboral son dos clínicas de masajes, un proyecto que buscan expandir a fin de ofrecer más oportunidades de empleo.
Asimismo se ha trabajado en proyectos de incidencia política como la aprobación Tratado de Marrakech, el cual facilita al acceso a la lectura a las personas con discapacidad visual a nivel mundial; asimismo tiene participación en las mesas de participación ciudadana en diferentes municipios a nivel nacional. Otra de las áreas se da acompañamiento en es capacitaciones técnicas en áreas de informática, elaboración de manualidades, elaboración de bastones y otros artículos que permiten a las personas desarrollar sus propios emprendimientos.
“Para que una persona con discapacidad visual tenga más oportunidades pasa por el tema de tener mayor formación, cuanto mejor capacitado estés posiblemente mayores serán las oportunidades que se van a presentar”, opina Rivas.
Por su parte, Funes explica que una de las principales limitantes que enfrenta la Asociación es la escasez de recursos, pues, salvo el proyecto en conjunto con el MINED todos sus programas se desarrollan con autogestión y los ingresos que general dos clínicas de masajes ubicadas en San Salvador y Santa Tecla; ingresos que se ven limitados con los costos de operación”
Entre las necesidades que manifiestan están la de transporte pues no cuentan con vehículos para movilizarse y dar cobertura a otras zonas del país. Pese a las limitantes, ACCES proyecta expandirse con filiales departamentales lo cual permitiría a las personas con discapacidad visual del interior del país empoderarse más de sus derechos además de tener los beneficios de pertenecer a una institución.