Según los datos del Banco Central de Reserva (BCR) de El Salvador, España es el país de origen de inversión extranjera directa que ha tenido el desplome más importante desde el tercer trimestre de 2021, cuando la Asamblea Legislativa de mayoría oficialista destituyó, sin un debido proceso, a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al fiscal general de la República para colocar a funcionarios afines al presidente Bukele.
El flujo neto de la inversión extranjera directa desde España fue de -$220.85 millones a partir de entonces. Es decir que lo que ciudadanos salvadoreños llevaron a ese país o que los fondos provenientes de esa nación que salieron de El Salvador superaron en esa importante cifra a lo que invirtieron en nuestro territorio emprendedores y empresas ibéricas.
Para el economista Luis Membreño, podría tratarse de empresarios españoles que se han ido desprendiendo de su participación en compañías salvadoreñas. También, de ciudadanos salvadoreños que están llevando su capital hacia ese país.
Y desde el Gobierno de El Salvador y la Embajada de España buscan revertir esa tendencia con la realización de reuniones entre autoridades locales e inversores del país europeo. La más reciente ocurrió ayer, en dicha embajada. Estuvieron presentes el representante de esa nación en El Salvador, Carlos de la Morena, y el comisionado presidencial para Proyectos Estratégicos, Cristian Flores.
Asistieron los representantes de 10 empresas españolas, de diversos ámbitos, aunque tenían como punto común que la mayoría de ellas tienen ya varios años de operar en El Salvador, como CEMOSA o Civing. Llegaron para oír qué oportunidades hay en el horizonte para invertir en nuestro país.
Cristian Flores, el comisionado presidencial para Proyectos Estratégicos, hizo referencia, sobre todo, a dos planes. Uno de ellos es el enfocado en “fortalecer la infraestructura agropecuaria” de El Salvador. Este constará de la inversión “en zonas de agroproducción, centros postcosecha, centrales de abasto de primer nivel”, además del fortalecimiento de la logística de transporte y de mercados minoristas.
La medida es llamativa porque parece no coincidir con la realidad: lo cierto es que 2023 fue un año especialmente duro para los productores agropecuarios locales por los estragos del cambio climático. También por lo que líderes gremiales del sector de los agricultores y de los ganaderos consideran un abandono de parte del Estado: no llegó nada en apoyo a aquellos que perdieron. En 2023 se produjeron menos granos básicos que en los 10 años precedentes. Se vaticina todavía menos producción para 2024.
El segundo proyecto mencionado por Flores es el del establecimiento de un hub logístico en el puerto de La Unión, que ha significado un fracaso para varias administraciones presidenciales, que no han logrado volver operable una terminal que adolece por temas de poca profundidad. Una de las apuestas para darle algún uso fue el ferry entre El Salvador y Costa Rica, que resultó una apuesta fallida.
“La reelección del presidente Bukele con un apoyo abrumador confirma la confianza del pueblo en su liderazgo… contamos con gobernabilidad democrática… los invito a ser parte de esta transformación, en un entorno favorable para las inversiones”, dijo Flores.
La inseguridad jurídica
La relación de la huida de nuestro país de capitales españoles coincide con el ascenso de la Asamblea de mayoría oficialista, que analistas como el economista Rafael Lemus señalan como el punto en el que se perdió la seguridad jurídica en El Salvador.
Para el experto, un inversionista extranjero puede pensar que, si en este país es tan fácil el retiro ilegal de jueces, lo es más aún un cambio abrupto en las reglas del juego para los negocios.
En el caso de la inversión extranjera directa de España en nuestro país, fue la segunda mayor entre el tercer trimestre de 2019, cuando tomó su mandato constitucional Nayib Bukele, y el segundo trimestre de 2021, justo antes de que llegara la Asamblea bukelista. En esos dos años, la IED de la nación europea en la nuestra fue de $503 millones, teniendo su mejor registro justo en el inicio de la pandemia de Covid 19, en el segundo trimestre de 2020, con $306 millones.
Pero la tendencia se revirtió a partir del 1 de mayo de 2021: en los últimos dos trimestres de ese año, la IED española tuvo números negativos, -$14.77. Pareció recuperarse al inicio de 2023, con la inyección de $79 millones, pero al siguiente trimestres sobrevino la catástrofe y se tuvo el peor registro desde que hay datos: -$287 millones. No se tuvo un número positivo sino hasta el 2023.
Al embajador de España, Carlos de la Morena, se le compartieron los datos consolidados de IED de ese país en El Salvador y cómo pasó de ser el segundo mayor al de peor desempeño después del ascenso de la Asamblea de Nuevas Ideas. En concreto, se le cuestionó si no fue la inseguridad jurídica provocada por la remoción de los magistrados y el fiscal general la razón más importante para esta huida de capitales.
De la Morena achacó la bajada en las inversiones a la pandemia de Covid 19 y a sus efectos posteriores. Sin embargo, los datos indican que en 2020 y la primera mitad de 2021, las inversiones españolas en El Salvador gozaron de buena salud.
“Lo que más importa es qué es lo que estamos haciendo ahora, cómo estamos intentando que España esté presente en este país… no solo con esta reunión”, dijo.