“El día de la marmota” (también conocida como ‘Hechizo del tiempo’) es una vieja película de Hollywood donde el protagonista -Bill Murray- repite el mismo día una y otra vez. La Liga de la marmota podría llamarse a la Primera División del fútbol nacional donde torneo tras torneo se repite una y otra vez uno de los grandes flagelos que tienen los equipos del fútbol salvadoreño: las deudas a sus jugadores.
Esta vez Jocoro es el máximo representativo de una triste realidad que ha tocado prácticamente a todos. La situación ha llegado a un límite angustiante para los jugadores y sus familias.
OPINIÓN: Eric Acuña subió la vara
La denuncia pública hecha en redes sociales habla que “desde los últimos días de diciembre” no han recibido pago alguno de sus salarios y que les deben el 50% del premio prometido por haber llegado a la final pasada.
También hablan de jugadores desalojados de sus viviendas por falta del pago del alquiler y que han tenido que pagar de su bolsillo para ser atendidos por sus lesiones. Pidieron apoyo a la Fesfut, que recogió el guante y, a la vez, le pide a los jugadores a hacer la denuncia en la Fesfut, y no en redes sociales.
Es inverosímil e inconcebible que el finalista de los dos últimos torneos -que terminaron- en El Salvador esté pasando por una situación tan precaria y delicada en apenas un par de meses.
Temporada tras temporada, torneo tras torneo, dirigentes que no dirigen en un fútbol “de la época de las cavernas”, parafraseando a Dowson Prado. El DT de 11 Deportivo lo dijo por los aspersores, pero aplica perfectamente y como anillo al dedo para la “Liga de la marmota”.