A diferencia del Náhuatl hablado por los Mexicas en la Gran Tenochtitlan antes de la llegada de los españoles y posterior a ese periodo, los habitantes de la metrópoli pipil de Cuzcatlán hablaban el náhuat, una degradación lingüística de la lengua madre de los mexicas.
Según unos de los grandes estudiosos de esta lengua ancestral, don Pedro Geoffroy Rivas apunta: “El Náhuat es una lengua aglutinante, los nahuas (pipiles) eran sumamente descriptivos en la nominación de lugares”.
La expansión del náhuat comienza en el S. V y VI A.C. En Mesoamérica, en el área central de México los precursores de esta lengua franca fueron los Toltecas y Tepanecas. Se extendió por todos los territorios conquistados por el imperio mexica, hasta los pueblos dominados y tributarios más al sur, entre ellos los de América Central.
La gran diferencia del Náhuatl del centro de México con los del señorío de Cuzcatlan es que omitían la "Tl", es decir que al pronunciar Cuzcatlan los pipiles decían Cushcatan. Sin embargo, a pesar de esas diferencias que dejaban al Náhuatl como una lengua madre incorruptible los pueblos nahuas migraron del Anáhuac hacia Centroamérica a la patria Prometida de Quetzalcoatl a la tierra de collares preciosos Cuzcatlán, hablaban esa misma lengua pero más distorsionada, no podemos afirmar si evolucionada ni tampoco sostener que fue una involución, lo que si puede decir Geoffroy Rivas es que es compleja y su estructura gramatical muy tediosa para los que trataban de comprender e interpretar.
Durante el periodo de Conquista hace casi 500 años, a los que fue sometido este territorio después de que los españoles cruzaran con su armada el Río Paz, traían consigo indios conquistadores o auxiliares, los cuales se unieron al proceso de conquista de España en represalia por la opresión de los mexicas, entre ellos el pueblo de Tlaxcala o tlaxcaltecas.
Los conquistadores y cronistas españoles desde el S. XVI reconocían al náhuatl como el idioma mejicano. En muchos textos se dice que los habitantes de Cuzcatlan y otros pueblos hablaban mejicano. Era vital para los españoles conocer la lengua de los habitantes del Nuevo Mundo, uno de los primeros casos de europeos en aprender la lengua de los habitantes de estas tierras descubiertas fue el de Gerónimo de Aguilar, el cual fue capturado y hecho prisionero por los mayas en Yucatán en 1511 y terminó aprendiendo el idioma; posteriormente fue salvado por Hernán Cortes y terminó siendo su intérprete para el proceso de conquista. También el caso de la famosa Malinche, Malintzin (Hierba), que era parte de las 19 mujeres esclavas dadas a Cortes como tributo a los españoles por los caciques indígenas de Tabasco, la Malinche tenía la peculiaridad de saber hablar maya y náhuatl, era una mujer inteligente, posteriormente aprendió castellano.
A estos procesos del aprendizaje del Náhuatl que lo comenzaron a estudiar durante la conquista y colonia podemos mencionar a Fray Pedro de Gante, filólogo de las lenguas mesoamericanas, evangelizador franciscano y gran defensor de los pueblos originarios. También a Fray Bernardino de Sahagún, franciscano, que escribió obras en náhuatl, rescató mucha tradición oral de los pueblos de México y pudo escribir magistralmente la historia antigua de México, es considerado el máximo exponente del estudio de esta lengua franca.
Otro de los grandes acuciosos y predominantes estudiosos del náhuatl y la cultura, no solo de México (la Nueva España) fue fray Toribio de Benavente o Motolinía (Como le conocían los indios),, amado por los pueblos originarios, fue evangelizador, como misionero itinerante, estuvo en Cuzcatlán, se dice en la Ciudad Vieja, también llegando hasta Nicaragua.
En el S. XVIII otro magnifico clérigo pasó por estas tierras y tuvo uno de los máximos registros estadísticos –sociales del Reino de Guatemala, Monseñor Pedro Cortes y Larraz, que también se refiere a los nahua-hablantes como indios que hablan mexicano, pero un dato interesante de los apuntes del prelado español es que dice que quienes mantenían vivo el idioma mejicano en las comunidades de la provincia de San Salvador eran las mujeres, con mayor fuerza podemos decir que el náhuat es una lengua maternal.
El pasado 21 de febrero se celebró el Día Nacional de la Lengua Náhuat en nuestro país, que coincide con el día internacional de la Lengua Materna. Ni durante la Conquista, ni durante la Colonia, se llegó a exterminar de una manera espantosa y abominable, la cultura y la lengua antigua de los pipiles como en la tercera década del siglo XX. A fuerza de bala, las sombrías dictaduras trataron de borrar la tradición del señorío pipil y su historia. Siglos después , esta lengua se está tratando de regenerar y de revivir, y cuenta con el entusiasmo de las nuevas generaciones en aprenderla y conocerla, en mi caso personal he querido aportar en dos publicaciones tomando de referencia a Geoffroy Rivas, Larde y Larín, entre otros, Una se llama Náhuat Ilustrado y Botánica Pipil, que se pueden encontrar en edición digital en la web. ¡Larga vida al náhuatl!
En x @Chmendia