Este no es un conteo de votos controlado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). El que se realiza en el Gimnasio Nacional José Adolfo Pineda, tiene como su máxima autoridad a Nuevas Ideas, según lo documentado.
Son las 12 del mediodía y son pocas las mesas que todavía siguen con el conteo de la elección legislativa de San Vicente. Es un monopolio del cyan: hasta tres vigilantes, que portan el chaleco del color oficialista, siguen atentos las manos de aquellos que, para el TSE, realizan el conteo e introducen los datos en una computadora. No hay representantes de ningún otro partido a la vista. Quizá, allá lejos, alguien que lleva el naranja o el amarillo.
Pero Nuevas Ideas no cuenta solo con estos vigilantes: hay varios simpatizantes que se mueven de mesa en mesa, no solo para ver cómo se desarrolla el conteo, sino para dar indicaciones a quienes están digitando los resultados.
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Uno de ellos, de barba, baja estatura y camisa cuadriculada, muestra su pertenencia al partido a través de una poca sutil pulsera cyan en la mano izquierda. Cuando llega a la mesa 220, se acerca al hombre y la mujer que, para el TSE, están introduciendo datos en la computadora. Y les da indicaciones.
“Sume a los 345 los 6 nulos”, le dice a la mujer, que lo escucha atentamente. Esto sigue por un rato y uno de los recién llegados vigilantes del PCN (por el bajo número del contingente, debe encargarse de dos mesas), le pregunta a qué institución pertenece.
El hombre se da la vuelta y muestra su gafete. “Para el TSE”, dice, pero no responde por qué porta su distintivo cyan. Esta interferencia de una persona ajena a la mesa ocurre bajo la mirada de la fiscal electoral asignada. Dice que no ve ninguna anomalía en las acciones del hombre, cuyas palabras e imagen se grabaron en un video, que se muestra a personal del TSE para corroborar si es parte de su equipo.
Una empleada del tribunal responde que no, por lo que, dice, lo notificará a su jefa. En espera de ello, se le consulta a otro fiscal electoral por esta acción y sobre qué tipo de medidas se pueden tomar. Contesta que están impedidos de actuar y que eso es solo “jurisdicción del TSE”.
Liderados por el diputado Reynaldo Cardoza, llegan más vigilantes con el chaleco azul del PCN. Corean el nombre del funcionario que los ha llevado hasta allí y cuyos intereses defenderán en un momento, cuando se comiencen a contar las papeletas de Chalatenango, el departamento de Cardoza.
Los cientos de militantes de Nuevas Ideas les responden, a gritos, con el nombre de su líder, quien de forma inconstitucional se conduce a un segundo mandato en la presidencia: “¡Nayib, Nayib!”.
Si bien es inquietante la ausencia de vigilantes de los otros partidos políticos, también lo es la de los observadores nacionales e internacionales, que no han estado presentes para atestiguar, por ejemplo, la anomalía del hombre que da indicaciones a una mesa de conteo. Al menos desde el mediodía, han faltado esos ojos apolíticos.
Los observadores llegan más tarde, cuando se entregan las cajas con los votos de Chalatenango, un poco después de las 2 de la tarde. Uno de ellos es el embajador de Reino Unido en El Salvador, David Lelliott, que se pasea entre las mesas. No pudo estar presente en la mañana para atender otros compromisos. Más tarde dirá que vio más irregularidades que “en 2021”.
Algunos candidatos y representantes de la oposición llegan al pabellón del Gimnasio donde se cuentan los votos. Uno de ellos es César Reyes, de ARENA, acompañado de Claudia Ortiz, de Vamos, y Andy Fayler, presidente de Nuestro Tiempo.
“Vemos que el Tribunal Supremo Electoral está inclinando la balanza en favor del partido oficialista. Existe una negativa de querer contar y recalificar nuevamente los votos nulos y los votos impugnados… ya vimos pruebas de que votos válidos están en los paquetes de votos nulos ”, dice Reyes.
Esta es una visita relámpago, pues los tres representantes de oposición pasan pocos minutos en el recinto. Se retiran después de dar algunas declaraciones.
Una mujer, a la que se le nota la prisa, se acerca a personal del TSE y de la FGR para indicarles que, contrario a lo que el Tribunal indicó, algunas mesas están comparando el número de papeletas con la cifra recogida en el padrón de firmas (el documento donde cada ciudadano firma al momento de emitir su voto) y con el número de esquinas.
Los representantes de ambas instituciones van presurosos a remediarlo. La mujer explica que esa medida se tomó porque el padrón de firmas y las esquinas de las papeletas “son irrelevantes”. Más tarde, Ruth López, jefa Jurídica de la Unidad Anticorrupción de Cristosal, disentirá con estas palabras.
“Es otra irregularidad… El TSE está impidiendo que se ejecuten mecanismos de comprobación que permitan verificar la cantidad de electores que acudieron ese día, porque, al eliminar esos dos mecanismos de comprobación, casi que solo se puede guiar por la fe. Y ya vimos que este tribunal no merece nuestra confianza”, dirá López.
Esto, que no se esté echando mano de estos mecanismos de control, hacen todavía más llamativas aquellas imágenes que han circulado en redes sociales, con papeletas recién planchadas, en las que no se detecta el más mínimo doblez. Estas denuncias no solo han venido de ciudadanos, sino también de observadores, como Leslie Schuld, directora ejecutiva del Centro de Intercambio y Solidaridad.
“Contando papeletas no dobladas”, escribió en su cuenta de X.
Otro candidato del PCN que ronda las mesas, cuando las 4 de la tarde están a la vuelta de la esquina, es Raúl Beltrhan Bonilla. Con su estilo campechano, cuenta que el proceso ha tenido algunos contratiempos, como que se declaran inválidos algunos votos a favor de su partido. Afortunadamente, dice, desde el TSE decidieron revisarlos para darles su “justa calificación”.
Casi cuatro horas ha estado un periodista de El Diario de Hoy en el área del conteo de votos, lo que le ha permitido comprobar que aquel hombre que daba instrucciones en una mesa con distintivo cyan continúa dentro.
Y sigue haciendo lo mismo: mirando de cerca y diciendo a quienes introducen datos en la computadora cómo deben hacerlo.
El TSE, parece, no ha tomado ninguna medida contra él. Sin embargo, una mujer que pertenece a esa institución sí se acerca al periodista, que ya lleva muchas horas documentando el proceso, para indicarle que debe retirarse al área de prensa, colocada en lo alto y muy lejos de donde suceden las cosas.
“Hoy sí ya lo vieron y me mandaron a sacarlo”, dice la mujer. El periodista le hace ver lo absurdo de que a él le pidan que se vaya y permitan que un hombre que claramente está cometiendo anomalías siga en el recinto.
“Sí, yo le entiendo, pero ni modo”, dice la empleada del TSE, quien invita a salir del área del conteo a un periodista para que ya no tenga nada que vigilar.