La compañía salvadoreña PRODUCTOS DE CAFÉ, S.A. fue la pionera de la producción de café soluble con el exitoso y recordado “CAFÉ LISTO”.
En la actualidad, el negocio del café en El Salvador se encuentra en una triste etapa de decadencia. Digo triste, pues, si vemos de que en la década de los años 50 el país era el PRODUCTOR MUNDIAL DE CAFÉ #3, solo nos ganaba Brasil y Colombia, y ya no digamos, ¡en Centro America éramos el #1!. Para muestra, en Noviembre de 1944, la prestigiosa revista National Geographic escribió un largo artículo sobre el país, titulado “COFFEE IS KING IN EL SALVADOR” (El café es Rey en El Salvador).
Aunque el lector no lo crea, venimos de las flamantes cosechas de los años Cincuentas, de unos 3-4 millones de quintales, a una pírrica cosecha de apenas 500.000 quintales del año pasado (2022-2023). En la actualidad, cuando se habla de países productores de café, al país ni siquiera se le menciona, ¡y en Centro América somos los últimos!
Hace 44 años, en septiembre de 1978, se llevó a cabo el “III COFFEE INTERNATIONAL SYMPOSIUM & TRADEFAIR” en Montreux, Suiza, y mi padre, Alfonso Álvarez Lemus fue invitado a dar una charla sobre la experiencia del café instantáneo en El Salvador.
Se preguntarán, ¿por qué hablar de café instantáneo? Nos lo explicamos al leer partes de un comentario que pusieron junto al currículo de mi padre: “Como lo predijo Dan Bloch en el Primer Simposio de hace 3 años en Monte Carlo, la tendencia actual es hacia la producción de cafés solubles en los países de origen, y hay una opinión favorable al respecto… La compañía debe de estar constantemente alerta a los cambios de la tecnología y de los gustos del público”.
Aunque es un poco largo, creo que vale la pena leerlo por el contenido histórico, no solo del café instantáneo, sino que mi padre hace un buen recuento de cómo estabael país en ese entonces.
La charla fue en inglés por lo que he tratado de traducirlo lo más fielmente posible.
Damas y Caballeros:
Deseo expresar mi gratitud a los organizadores del TERCER SIMPOSIO INTERNACIONAL DEL CAFÉ, y especialmente, a mis queridos amigos June y Richard Clark, por honrarme con la oportunidad de presentarles la historia de la planta de café soluble que nació en El Salvador hace un cuarto de siglo.
La persona que debería de estar ahora en mi lugar, dirigiéndose a ustedes, nos dejó el pasado abril, en el viaje sin regreso; me refiero con profunda simpatía a mi querido y buen amigo Victor DeSola, a quien muchos de ustedes conocieron. El, quien fue uno de las personas más entusiastas en esta aventura, la dirigió con gran éxito, con su habilidad y dedicación, desde su fundación en 1954 hasta los últimos días de su vida. Estoy seguro que desde las Alturas está escuchando, en espíritu, la experiencia que les contaré sobre la industrialización del café soluble en El Salvador, a la que contribuyó enteramente.
Pero antes de informarles sobre el planeamiento y operación de nuestra planta, creo sería de gran ayuda si les doy una breve información sobre mi país, El Salvador. Esto, creo, ayudará a los que nunca han visitado nuestro país, a entender cómo y porqué tomamos algunas decisiones claves, y que juzguen a la vez, las consideraciones filosóficas y comerciales que nos motivaron.
El Salvador es el país más pequeño del Continente Americano, con una extensión de tierra de 21.000 kilómetros cuadrados, y con aproximadamente 5 millones de habitantes, dando una densidad poblacional de unos 250 habitantes por kilómetro cuadrado. El promedio anual de crecimiento poblacional es 3.25%. Hay predicciones que dentro de unos años – al final del siglo – la población subirá a unos 8.5-9 millones de habitantes. De continuar así las cosas, decía un amigo, la única manera de acomodar a tanta gente, sería de construirle un segundo piso al país.
Obviamente, es razonable que tanta explosión demográfica en un país con pocos recursos naturales como el nuestro, debe crear una serie de tensiones, así como problemas económicos y sociales de diferentes tipos, agravados por una migración de personas de zonas rurales a centros urbanos, causando situaciones agudas, como: desempleo, de vivienda, alimentación y vestido, asi como también educacionales y de salud.
Examinándolo superficialmente, éste prospecto no se ve que sea prometedor, pero son precisamente las situaciones más difíciles que fuerzan al hombre, con mayor energía, hacia la acción y la iniciativa.
Nosotros los salvadoreños no nos hemos rendido a pesar de las vejaciones que implica el problema “Tierra-Población”.
En éste pequeño gran país, Suiza, donde se lleva a cabo este evento, creo sería innecesario elaborar en este tema frente a tan selecta audiencia.
En las últimas décadas hemos aprendido a entender que no podemos depender exclusivamente de nuestra agricultura como lo hicimos antes. Nos unimos para hacer cumplir las actividades de fabricación con una industrialización más diversificada y dinámica, más técnica y con un crecimiento más acelerado. Peleamos con decisión, para sobreponernos a todas nuestras desventajas y para mantener nuestra estabilidad social, convencidos de que una economía firme debe de ser apoyada por una situación social sólida y estable.
Este escenario ha cambiado durante los últimos 25 años. El desarrollo industrial, ante la demanda por nuevos y mejores servicios, ha contribuido a este cambio.
La energía eléctrica es relativamente barata, ya que casi toda es generada por plantas hidroeléctricas y geotérmicas. Deseo mencionar que también fue Víctor DeSola quien durante 28 años presidió la Comisión Eléctrica Nacional (CEL) que planificó, empujó y dirigió el desarrollo de producción de energía en el país. Actualmente se generan 120 mega watts y con la nueva planta en construcción, tendremos 625 mega watts que harán al país auto suficiente en energía eléctrica en los próximos 7 años.
Esta audiencia entenderá la peligrosa situación que un país en desarrollo puede vivir si depende enteramente en petróleo como fuente de energía, cuando les digo que en 1973, cuando el precio del petróleo subió súbita y arbitrariamente de la noche a la mañana, ese aumento de precio por si solo igualó al 18% de nuestro Presupuesto Nacional.
Nuestro sistema de comunicaciones ha mejorado mucho y tenemos servicio de marcación directa por satélite con casi todos los países de América y también con casi todos los países del mundo.
El transporte terrestre, aéreo y marítimo es adecuado. El país tiene uno de los mejores puertos de mar abierto del Pacífico, desde California hasta Chile: el Puerto de Acajutla.
La educación ha aumentado a todos los niveles. Aproximadamente el 25% de nuestro Presupuesto Nacional de 1,250,365,000 es para educación. Si embargo, no son suficientes los colegios vocacionales y técnicos, por lo que todavía hay escasez de trabajadores entrenados.
Pero regresemos a las consideraciones que nos motivaron. Como todos recordarán, le helada que tuvo Brasil en Julio de 1953, disparó los precios del café a niveles nunca alcanzados antes en la larga historia de la industria. Estos altos precios, no solo trajo protestas de los consumidores de café legítimo, pero también se intensificó el mercado de sustitutos y algunos científicos comenzaron a trabajar en la investigación de café sintético, lo que naturalmente constituyó una verdadera amenaza al café puro y natural.
En ese tiempo, El Salvador estaba en el segundo o tercer puesto de importadores de café soluble de los Estados Unidos. Consideramos irrazonable e ilógico que el café – nuestra principal materia prima – debiera continuar exportándose como tal. Deseábamos contribuir para que nuestra economía pudiera tomar ventaja del valor adicional al exportar nuestra materia prima como café soluble. Estos, además de la amenaza que mencioné antes, fueron los factores importantes que nos incitaron en nuestra decisión de promover la fabricación de este producto e instalar nuestra propia planta de café. Deseábamos conseguir algo que fuera bueno para la Compañía, y para el país y su gente. Quisimos crear nuevas oportunidades y promover trabajo continuo con tecnología avanzada. La introducción de nuevas tecnologías es tan importante que transciende en el campo social sus efectos inmediatos en mejorar las técnicas de producción o aumentando la productividad; constituye un factor de mucha ayuda en nuestro progreso social ya que provee más autonomía y mayor autodeterminación, y abre amplios y prometedores horizontes.
¿Cuáles eran nuestros recursos básicos?
En primer lugar, la gente. Teníamos a mano una buena fuerza laboral, que sabíamos era fácil entrenar para operar efectivamente esta nueva y compleja industria.
Entonces no teníamos escuelas técnicas, sin embargo, talleres de diferentes oficios y artesanías contribuyeron en la formación de trabajadores, mecánicos, electricistas, artesanos medio entrenados que luego recibieron entrenamiento de nuestro grupo de ingenieros. De esta manera logramos formar a un grupo de trabajadores calificados que comenzarían a realizar las tareas requeridas para el buen funcionamiento de la planta. El trabajador salvadoreño tiene la habilidad de aprender cualquier oficio relativamente rápido si se le dan las instrucciones con metodología, respeto y paciencia.
En segundo lugar, teníamos el café. No nos jactamos de producir el mejor café del mundo, pero nos consideramos de ser unos de los mejores, y eficientes, productores. El café se introdujo en El Salvador hace más de un siglo, por lo que el productor, por tradición y experiencia, lo cultiva con dedicación y cuidado. Tenemos un promedio nacional de producción de no menos de 1,44 kilos por hectárea y el café que producimos es uno de los mejores. En El Salvador el café crece bajo arboles de sombra; esto es un factor importante para la conservación del suelo ya que contribuye a prevenir una acelerada erosión a que se exponen las plantaciones que se plantan en laderas muy inclinadas. Para ilustrarlos, durante un período de 5-6 meses, la acumulación anual de lluvia ronda los 2,500 milímetros y no es raro ver lluvias de más de 100 milímetros en 24 horas.
Ya que traje a cuenta un aspecto del cultivo del café en relación a la conservación de recursos naturales, es interesante informarles de que también hacemos buen uso de los desperdicios: la pulpa y el agua usada en la transformación son usados como fertilizantes y conservadores de suelo, reincorporándolos a la tierra que provee trabajo y soporte social.
El café es rey en El Salvador, es la sangre y nervio de su economía, y la fuente principal de divisas.
Regresando al tema, y considerando nuestros potenciales de experiencia con café, y teniendo una buena y confiable fuerza laboral, lógicamente nos orientamos a la producción de café instantáneo.
Un representante de una compañía de construcción norteamericana (que participó
en la reconstrucción de la Catedral de San salvador destruida por un incendio en 1951) nos dijo podría darnos el contacto de una compañía de Chicago especializada en construir fábricas de café soluble.
A principios de 1953, al Sr. Francisco DeSola y a mi nos comisionaron a visitar esa compañía e investigar a otras más; el primer contacto fracasó por la falta de tecnología y poder económico, de esa compañía.
Durante nuestra visita en Chicago, el señor George McLaughlin, presidente de la tostadora de café McLaughlin Inc., nos hizo el contacto con TENCO INC. de Linden, New Jersey, ya que su compañía era socia de ellos. Nos enteramos de que en ese momento TENCO, junto a otro grupo (International Basic Economy Corporation-IBEC), estaban considerando poner una planta de café soluble en Brasil; nos entrevistamos con esas dos compañías y los invitamos a visitar El Salvador para que evaluaran las ventajas que les ofrecía el país, y para conocer a nuestro grupo. IBEC y TENCO aceptaron nuestra invitación y vinieron a ver las posibilidades de instalarse aquí. Consideramos que esta sería la mejor manera de industrializar nuestro principal producto agrícola – y nuestros amigos estuvieron de acuerdo.
Fue relativamente fácil llegar a un acuerdo, por la comprensión y entendimiento, y por la buena comunicación de todas las partes – también por el deseo de colaborar con el desarrollo industrial del país. IBEC ya tenía varios proyectos habitacionales, agricultura y comercio en Latinoamérica, y TENCO era uno de los más grandes productores de café soluble; además, TENCO estaba formado por 10 firmas de tostadores de café que tenían experiencia en técnicas de fabricación, empaque, transporte y comercialización del producto.
El Grupo Salvadoreño estaba formado por hombres de negocios: algunos agricultores, y otros beneficiadores y exportadores, pero todos unidos por una larga amistad, y conocedores del negocio internacional del café, asi como de banca internacional y seguros.
Unos años antes habíamos fundado el Banco de Comercio y la Compañía General de Seguros. Para embarcarnos en el área de industria, y con otros socios, decidimos formar una nueva compañía, Compañía de Inversiones, S.A. (CISA).
La compañía PRODUCTOS DE CAFÉ, S.A. se fundó en 1954 así: IBEC 30%, TENCO 20% y Compañía de Inversiones (CISA) 50%. La llamamos PRODUCTO DE CAFÉ pues también considerábamos investigar otros usos del café, además de su uso como bebida.
Aunque el Grupo Salvadoreño, Compañía de Inversiones, era el mayoritario, siempre se tomó en cuenta a los otros dos grupos para tomar decisiones fundamentales.
Cabe mencionar que esta fue la primera empresa con capital salvadoreño y estadunidense en el país y que la planta de café soluble fue la primera en Latinoamérica. El concepto y la aplicación también eran una novedad: el producir café instantáneo en el país de origen y no en el mercado final, asi como también el de embarcarlo a granel. En ese entonces no se consideraba aconsejable el mezclar cafés instantáneos físicamente ya que sus partículas son muy frágiles; contienen burbujas minúsculas de aire, lo que le da gran solubilidad – se pensaba que el proceso de mezclar rompían esas burbujas y degradaban el producto. Sin embargo, TENCO había desarrollado una tecnología, que asegurando la estructura de las partículas huecas, permitía la mezcla física.; de esta manera, TENCO superó un obstáculo en esta naciente industria.
Las relaciones entre los accionistas de Productos de Café siempre fueron cordiales aunque la estructura de la compañía tendía a crear conflictos de intereses: diferentes nacionalidades e idioma, empresas educadas en culturas diferentes, maneras diferentes de manejar los negocios, la necesidad de adaptarse a un sistema de mercadeo totalmente diferente y con un producto poco conocido, entre otros.
Aunque al inicio hubo momentos de tensión y falta de comprensión en ambas partes, la larga trayectoria de la compañía constituye una prueba elocuente de una convivencia fructífera y de satisfacción mutua. Tuvimos que sobreponernos a varias etapas: construcción, estructura financiera, apegarnos a sistemas legales y fiscales diferentes, y a la más importante: establecer una confianza mutua.
Después de varios años, TENCO le traspasó su parte a IBEC por otra participación en una planta similar en Guatemala; así quedó IBEC con el 50% de las acciones.
En 1977, y después de una larga y cordial negociación, y por mutua conveniencia, el Grupo Salvadoreño quedó de único dueño de Productos de Café, S.A.
Dentro del contexto de un tema ampliamente comentado en las Naciones Unidas, sobre el papel de la inversión extranjera en países en desarrollo, esta corta historia puede servir de un buen ejemplo.
Esta experiencia, durante la cual tuvimos la satisfacción y gozo de trabajar y participar en tomar decisiones con otros grupos, le dio a Compañía de Inversiones las bases, para poder, en los siguientes años, participar en otras industrias y así organizamos otras empresas como: molinos de harina de trigo, silos y bodegas en el Puerto de Acajutla, una compañía de fertilizantes químicos con plantas en Costa Rica y El Salvador, una camaronera, una planta empacadora de carne, hoteles, una cadena de supermercados, almacenes de depósitos y otras dos compañías de inversión.
La tendencia a procesar en el país de origen no es nueva. Nuestro buen amigo Dan Bloch habló al respecto en el PRIMER SIMPOSIO INTERNACIONAL DEL CAFÉ en Monte Carlo hace 2 años. Pero en general, la forma de penetrar en este mercado así ha sido, y así lo hicimos.
Años después tomamos un paso adelante e incluimos una planta de café liofilizado y otra de café descafeinado.
En ese entonces, toda la tecnología de procesar el café soluble, así como las estructuras de mercadeo y distribución, estaba en las manos de dos o tres fabricantes, y uno de ellos era TENCO.
El diseño y construcción de nuestra planta inicial fue de 18 meses y la producción comenzó en 1956, para suplir el mercado interno y para exportar. El diseño lo hizo TENCO pues tenían la tecnología requerida para diseñar e instalar un equipo y maquinaria muy compleja. Las tostadoras y otro equipo auxiliar eran estándar pero la maquinaria vital de esta industria fue diseñada y creada por TENCO.
Nuestra planta estaba a 11 kilómetros de la capital San Salvador, cerca del aeropuerto internacional, en un punto estratégico por su localización.
Estamos muy orgullosos de ser los pioneros de establecer la primera fábrica de este distrito industrial que con el tiempo se ha convertido en la más grande zona industrial del país. Ahora tenemos en la vecindad la importante Zona Libre Industrial, establecida hace 3 años por nuestro gobierno con el propósito de estimular ahí industrias de transformación que requieren gran contenido laboral y que son alentadas con incentivos fiscales especiales; actualmente hay varias industrias en la zona, gozando de privilegios e incentivos otorgados por una Ley de Desarrollo Industrial, proveyendo empleo a unas 75.000 personas. En este sentido, también fuimos los pioneros.
Comenzamos la producción cautelosamente, deseosos de asegurar un producto de la más alta calidad, la cual se ha mantenido todo el tiempo. Consideramos a este factor de gran importancia para garantizarle al consumidor un producto confiable al que se merece.
Más tarde tomamos otra gran decisión al comenzar la producción de café liofilizado, que es un proceso moderno y sofisticado recién desarrollado por la industria. El café liofilizado está considerado por muchos, como un mejor compromiso entre el café soluble y el tradicional. Es de gran satisfacción para nosotros el contarles que el diseño de esta planta fue hecho por nuestro grupo de ingenieros y ya está en operación. Al nomás ver el buen funcionamiento de esta nueva planta, iniciamos el planeamiento de una planta de café descafeinado.
Creemos que hay un buen potencial en cafés descafeinados que todavía no se a explotado. No deseo entrar en la inevitable discusión que si el café descafeinado es bueno o es malo para la industria, solo permítanme decir de que hay gente que prefiere este tipo de café y que hay una demanda por él, y nosotros sentimos que hay necesidad de proveerlo.
Todo esto sucedió en 1972 y la experiencia adquirida nos dio la confianza necesaria para lograr la tercera planta, y quizás fue la más desafiante de nuestro desarrollo, la de café descafeinado. A fines de 1974 firmamos un contrato con BUSS ENGINEERING de Basle, aquí en Suiza para suplirnos el equipo necesario para la planta que construyó HACO AG de Gumlingen, Suiza. A principios de 1977 nos convertimos en el primer país de Centro América de operar una planta de café descafeinado.
Y así nos ponemos al día.
Ahora producimos ambos, el café secado por aspersión y el liofilizado, y las tres variedades de café descafeinado, además de un poco de café tostado y molido. Para exportación a granel producimos 3 tipos de café secado por aspersión con diferentes características, para suplir las preferencias de cada cliente, ya sea en los Estados Unidos, Inglaterra, Japón, etc.
Creo propicio de añadir, que en mi opinión, cada esfuerzo hacia la industrialización es completamente diferente, no solo por la naturaleza del producto final, pero también por las muchas diferencias que tienen las relaciones humanas. Específicamente, en nuestro caso, creo poder asegurarles, sin lugar a dudas, de que nuestro éxito se debió a que nuestros directores, locales y extranjeros, compartimos los mismos propósitos y a que a los grupos se les dio la libertad de acción en su colaboración, cada uno caracterizados por sus propias costumbres.
Es importante reconocer cuan fácilmente se pueden deteriorar las relaciones humanas cuando tratamos de imponer métodos y sistemas que han sido trasplantados – de ahí nuestro éxito en alcanzar las metas que nos impusimos. CADA QUIEN CONTRIBUYO, SIN INTERFERENCIA, EN SU PROPIO TERRITORIO.
Si me he extendido es porque creo que es esencial que nosotros, en la industria del café, debemos, cuando sea posible, tratar de compartir información y alentar al intercambio mutuo de ideas para darle vigor y bienestar a la industria mundial del café, asi como a alentar un mayor grado de entendimiento entre los varios sectores. El Dr. Benjamin Belinky a hablado amplia, y elocuentemente, de la situación mundial en lo que concierne al café soluble.
Creo que talvez, ahora que el consumo de café autentico a disminuido, y que los sustitutos están poniendo una fuerte competencia, sería la oportunidad, para los que colaboramos, en recuperar esa parte del mercado que hemos perdido. Los cafés descafeinados pueden ser un arma efectiva para lograrlo, ya que hay ciertas religiones y prácticas médicas que rehúsan el uso de café al considerarlo una droga. Se podrían conseguir varios millones de consumidores en potencia si tan solo pudiéramos probar, y convencerlos, de que el café nos es dañino para la salud.
Yo siempre he mantenido de que los productores de café, prácticamente de todo el mundo, han sido negligentes, ya que hemos fracasado en promover, y darle la propaganda necesaria, para el consumo de buen café puro, y no han luchado por todos los medios posibles, para contrarrestar la USURPACION de la palabra genérica CAFÉ como se usa ahora, con mayor intensidad, por los sustitutos. En conexión con este problema, un buen salvadoreño, y gran defensor de la caficultura, el Dr. Ricardo Jiménez Castillo, se ha embarcado en una cruzada que tiene por objetivo el promover un Acuerdo Internacional para que la palabra CAFÉ sea usada nomás para referirse al CAFÉ; que la palabra CAFÉ nunca sea usada en bebidas que tengan menos del 100% de café puro y auténtico, ni siquiera para describir que contiene algo de café o que no lo contiene.
No hemos luchado suficientemente para convencer a los países industrializados, de una vez por todas, de que el café es de dos vías: el ingreso generado por la exportación del café permite a los países productores a importar más productos y produciendo más empleo; al desarrollarse nuevos proyectos mejora las condiciones de vida de nuestra gente y crea más poder adquisitivo, resultando en una mayor exportación de los mercados de países desarrollados.
Los países desarrollados tienen la esperanza de que las buenas intenciones de ayudarnos, discutido por los líderes de siete naciones en la Reunión Cumbre recientemente dada en Bonn, Alemania, se traduzcan en acciones positivas y no en una simple retórica.
Espero haberles comunicado algunos de los deseos e inquietudes del desarrollo de nuestra industria, Estamos orgullosos de que en un cuarto de siglo, Productos de Café, con la guía de los directores y sus colaboradores, ambos, locales y extranjeros, a contribuido a: 1) una importante diversificación de la economía nacional, de este modo disminuyendo nuestra dependencia de la exportación de productos agrícolas tradicionales, 2) crear nuevos empleos, 3) la introducción de tecnologías nuevas, 4) el estímulo de nuevos sistemas que alientan a actividades industriales con alta necesidad de empleos, y finalmente, 5) la armonía de un proyecto conjunto y el buen entendimiento entre grupos y hombres de negocios de diferentes latitudes, teniendo en común ideales y objetivos.
Muchas gracias por su atención.
Alfonso Álvarez Lemus