En octubre del año pasado, la cocina en Panamá tuvo una gran conmoción: una olla de presión le estalló en las narices al cocinero, el presidente Laurentino Cortizo , una de sus peores crisis como jefe de Estado. Un pueblo que no quería perder sus maravillas ambientales en la costa del mar Caribe por la poca paga con costosa factura por parte de la minería canadiense. El pueblo panameño valeroso y justo puso un alto al avance de esta minería nociva y a la actitud permisiva del gobierno ante estos depredadores ambientales . En el Triángulo Norte, a pocos días de asumir como nuevo presidente Bernardo Arévalo, Guatemala cocinaba otra sorpresa en el temprano enero (aunque a la leña y de forma rustica), en donde el caldo político ya estaba rebalsando en el estira y encoge con preservar la democracia ante la zozobra regional de que si el nuevo presidente no podría asumir, la gresca, luchas encarnizadas de poder que muchas veces los políticos se acomodan tanto al modus vivendi de la política criolla donde chorrean mieles y otros néctares y es difícil soltar dicho poder. Pues a pocos días, el gobierno chapín por medio de su ministerio del Medio Ambiente y siempre en el temprano enero mandaba un comunicado que encendía las alarmas principalmente de los ambientalistas en El Salvador. Según el MARN de Guatemala, a partir del 23 de enero de 2024 se giraron instrucciones para realizar un análisis documental del proceso interno de evaluación y aprobación del expediente de la mina Cerro Blanco, una puerta abierta a la contaminación de afluentes tributarios, río Ostúa, Lago de Güija, Angue y posteriormente el río Lempa, donde se afectará la vida de tres millones de salvadoreños.
Varias universidades internacionales, sobre todo de Estados Unidos, una de ellas la Universidad de Utah y un científico, Steve Emerman, rindieron un informe a los ambientalistas que responsablemente lo trasladaron a los medios de comunicación, hablando en específico de los “Relaves mineros (desechos) que serán compactados en torres de 175 mts. En un método denominado aguas arriba y estos desechos podrán salir a la superficie si ocurre un terremoto” y de mi parte agregaría provocando una hemorragia tóxica peligrosa.
Según el ambientalista Pedro Cabezas ilustra bien la situación para que lo entendamos mejor: “El proyecto de la Mina Cerro Blanco en Jutiapa, minería a cielo abierto, se espera explotar y sacar tres millones de onzas de oro, para sacar esos tres millones de onzas oro, se esperan utilizar por lo menos 8 TONELADAS DE CIANURO AL DIA “. (De Centroamérica Frente a la Minería)
Como nota: el nuevo gobierno guatemalteco debe entender que le genera más divisas el turismo, que la minería, es más provechoso invertir al turismo para atraer a los salvadoreños y que gasten sus dólares en Guatemala, que la minería destructiva de los canadienses que dejaría inservible y sin atractivos turísticos al país.
PERO DEL LADO SALVADOREÑO, ¿COMO ESTÁN LLEVANDO EL TEMA LAS AUTORIDADES?
En primer lugar hay que definir a los actores que están viendo de cerca este tema , por parte del gobierno salvadoreño, el Dr. Félix Ulloa, Vicepresidente de la Republica y miembro de la Comisión Trasnacional de Plan Trifinio; la Ministra de Relaciones Exteriores, Alexandra Hill Tinoco, y el Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Por parte de las organizaciones ambientales está el Comité Ambiental de Cabañas (CAC) y el Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA).
El Vicepresidente Ulloa en 2022 ya había mostrado preocupación por el tema, y fue contundente: “Los países suscriptores al Tratado Trinacional están OBLIGADOS a proteger el ecosistema de la región, coadyuvar de forma recíproca a brindarse asistencia e información en lo referente a planes de desarrollo y protección de la Región”, según el portal de la Vice- presidencia de la República.
Por otra parte, la Canciller de la República, Alexandra Hill, también en una conversación con el Embajador de Guatemala en El Salvador solicitó crear una comisión técnica BINACIONAL y potenciar el dialogo BILATERAL. Mientras tanto el Ministro de Medio Ambiente Fernando López ha manifestado que: “El Salvador no ha solicitado a Guatemala que corte nexos con la empresa privada , sino conocer los planes de manejo de la mina y la zona donde se extraerán los metales” que, por cierto, no es una postura tan tajante o sólida frente a la amenaza, que pudiera dejar “la puerta medio cerrada” para que entre sigilosamente la amenaza ambiental. Consejo: Hay que ser tajantes. Sin embargo, para este tema hay que crear la estrategia en base a otras experiencias incluso en la región como los panameños, las cuales vamos a ahondar en nuestra segunda entrega.
En X @Chmendia