Una noche para lo mejor del deporte salvadoreño. Esa se vivió, este jueves, con el Homenaje a las Estrellas en el que lo más esencial fue su gente. Ese amor a la disciplina y al profesionalismo de cada deporte no solo de los atletas, también de sus familias.
Y es que todo fue así, una velada muy humana. Tan cálida para todos los presentes, que cada detalle de los atletas quedará grabado en el recuerdo colectivo. Instantes de alegría y de unidad, no importando el deporte, todos bromeaban, se reían, compartían, fue la esencia de la noche.
Incluso cuando se tomaba la foto oficial de las Estrellas, y en la que solo faltaba el parapesista Herbert Aceituno. Todos listos, pero solo el medallista Parapanamericano llegó de último. Todos lo tomaron con humor, hasta el paratleta.
Pero el punto que tomó vida fue la llegada de "Mágico" González. Con su traje y sus rizos blancos. Fue el punto que generó el aplauso y la magia. Una leyenda que engalanó la Espiga Dorada.
"Disfrutar de esta gala. Estar cerca de los futuros valores que ya son", manifesto el "Mago", un ejemplo del deporte "para la juvetud", como dijo el ídolo de Cádiz, sobre que los sueños se pueden cumplir.
Y así, la noche fue un círculo de entusiasmo y satisfacción. De trabajo real, reflejado en premios, en cada medalla, en cada Espiga. En un día para el recuerdo del deporte.