Por Sucedió en 1871, que el Doctor David Livinston, un médico y explorador inglés, realizaba viajes a África Central y volvía con relatos maravillosos sobre los pueblos y su cultura, las montañas, ríos, lagos, cascadas y especies de animales desconocidas que descubría. Como de su último viaje no volvía después del tiempo previsto, el director del periódico New York Herarl, James Gordon, le encargó a Stanley encontrar al Dr. Livinston. Stanley aceptó la misión y no preguntó ¿Cómo hago y dónde estará el Dr. Livinston? Se introdujo en la selva africana con sus portadores y después de enfrentar muchos peligros y casi morir de malaria, continuo hasta encontrar en el centro de África al Dr. Livinston, a quien saludó con la famosa frase: ¿El Dr. Livinston supongo?
En 1899 durante la guerra hispanoamericana contra los españoles, el presidente de EEUU, Mac-Kinley necesitaba contactar a García, el comandante de los insurgentes cubanos, que nadie sabía en qué lugar de las selvas de Cuba se encontraba y no había correo ni telégrafo para enviarle un mensaje. Alguien dijo al presidente, hay un hombre llamado Rowan, que puede encontrar a García, si es que se le puede encontrar. Llamaron a Rowan, a quien el presidente le entregó una carta para que la llevara a García. Rowan colocó la carta en una cartera de hule, la ató a su pecho y no preguntó: ¿Dónde está García? Emprendió la misión solventando muchos riesgos, solo desembarcó en un bote en Cuba y después de tres semanas volvió con la “misión cumplida”.
En 1943, los enemigos de Benito Mussolini, un aliado de Hitler, lo secuestraron y lo llevaron a un lugar desconocido. Hitler, que estaba en su cuartel en los Alpes, conocido como la Guarida del lobo, llamó al Coronel Skorzeny y le dijo: Le encargo la misión de rescatar a Mussolini. Skorzeny, recibió la orden y no preguntó: ¿Cómo hago para rescatar a Mussolini? Se retiró, organizó la operación de rescate y cuando lo rescató informó al Führer: “Misión cumplida“.
En 1981, pocos días después de participar en un seminario de Dale Carnegie para directivos en Valencia, en el que el instructor, Armando Criado nos describió en detalle y enfáticamente el carácter y la firmeza de estos tres personajes y sus hazañas, me llamó el CEO de la planta de Ford Valencia, Sr. Klaus Siegle, y me asignó el proyecto de implantar un programa de “Círculos de Calidad”, que los directores de Ford Europa, en un viaje técnico a Japón, habían descubierto, como una de las ventajas competitivas de las empresas del automóvil japonesas, y con la lección aprendida en el seminario sobre los tres personajes, cuyas hazañas comenté antes, al recibir la misión, no me atreví a preguntar: ¿Qué son los círculos de calidad? En menos de cinco minutos que duró la reunión, asumí la misión. Antes de salir de su oficina, me dijo, el proyecto se refiere a las cinco plantas de Ford, unos ocho mil empleados y debe estar implantado en seis meses. Y en el plazo previsto con el equipo de colaboradores que creamos, implantamos el proyecto y conseguimos los resultados previstos.
Para mí, invertir en formación siempre fue muy rentable y me sirvió, además de para aprender, progresar dentro de la organización. Poco después de implantar el programa de círculos de calidad, el Sr. Siegle me llamó nuevamente, para ascenderme a un puesto superior como manager de control de calidad de dos plantas la de estampación y carrocerías.
Todos, usted también, podemos realizar hazañas que ni nos imaginamos, si nos lo proponemos y aprendemos cómo hacerlo. La clave, continuar formándose y aprendiendo a organizar y realizar misiones especiales.
Ingeniero / pedroroque.net.
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