Una semana después, otro partido decisivo en los octavos de final de la Copa del Rey reencuentra al Atlético y el Real Madrid en un derbi vibrante, entre el desquite y la presión para el conjunto rojiblanco, imponente en el Metropolitano, y el aspecto incontestable del equipo blanco, a prueba en el lugar de su única derrota del curso y sin pasillo antes del inicio de un duelo total.
Invicto en sus últimos 21 partidos, de los que ganó 18, desde su único desliz, el 3-1 en el campo del Atlético el pasado 24 de septiembre; campeón de la Supercopa de España el domingo; ganador 5-3 en la prórroga de la semifinal frente al grupo de Diego Simeone; y en la segunda posición en LaLiga EA Sports, diez puntos por encima suyo y del Barcelona, el Real Madrid quiere más y más, lanzado por Vinícius, Jude Bellingham, Rodrygo Goes...
A tanta distancia en el campeonato del liderato, sin consuelo en la Supercopa de España, por más que su competitividad fue indudable, con tan solo dos victorias en sus últimos seis partidos oficiales, como un equipo ofensivamente expresivo y convincente, pero defensivamente desconocido e irreconocible, el Atlético necesita más y más a estas alturas de la campaña, pese a los 34 goles entre Antoine Griezmann y Álvaro Morata, 17 cada uno.
A la vez, el Metropolitano es una fortaleza inabordable en el último año. Nadie ha ganado allí al Atlético desde el pasado 8 de enero, cuando el Barcelona se impuso por 0-1. Ya son 24 partidos invicto seguidos ante su apasionada afición, con 22 victorias y tan solo dos empates (los dos contra el Getafe). Uno de esos triunfos fue ante el Real Madrid, con dos derrotas en sus últimas tres visitas al vecino en la capital de España, aunque es el dominador del derbi.
Lo es en la historia (116 victorias, 60 empates y 58 derrotas contra el Atlético) sea cual sea el terreno; también en los desplazamientos a los campos rojiblancos (44 triunfos por 38 de su adversario, con 30 empates); e igualmente a lo largo de la era Simeone, por más que se haya estrechado tanto la diferencia: 16 los ha ganado el conjunto blanco, 11 los ha vencido el Atlético (sólo dos de los 12 últimos) y 14 han acabado en empate en competición oficial.
Son los parámetros de otro derbi definitivo. Más descansado (no juega desde hace una semana, mientras que el Real Madrid lo hizo este domingo), el Atlético es el equipo que más lo ha llevado al límite esta temporada. En este ejercicio, nadie lo ha ganado ni nadie lo ha marcado tres goles salvo él. Tres fueron en LaLiga y tres en la Supercopa de España, aunque la respuesta madridista en esta última (cinco goles, dos en la prórroga, y la capacidad para remontar primero un 1-0 e igualar después un 2-3) no tuvo nada que ver con la anterior.
Una advertencia para los dos, pero aún más para el Atlético. Nunca había encajado cinco tantos en un encuentro bajo la dirección de Simeone, que ha removido su once durante los últimos días en la búsqueda de la idea, del equipo, del colectivo y de las individualidades que más le acerquen al partido imaginado, al encuentro que más le convenga, sobre el que prepare el camino hacia el triunfo contra el Real Madrid. Es un desafío total.
Alertado en su defensa, con diez goles en contra en sus últimos tres compromisos, con su peor promedio en ese sentido en una temporada de toda la era Simeone (35 goles recibidos en 27 encuentros, por los 62 que ha marcado, sus mejores números ofensivos con el técnico argentino), hay dos incógnitas en el once que apuntan a la defensa: a uno de los centrales, entre José María Giménez o Stefan Savic, y al carril derecho, entre Marcos Llorente y Nahuel Molina.
El resto del equipo inicial parece definido: Jan Oblak, en la portería; Axel Witsel y Mario Hermoso, en el centro de la defensa al lado de Giménez o Savic; Samuel Lino, en el carril izquierdo; Rodrigo de Paul, Koke Resurrección y Saúl Ñíguez, con la alternativa de Pablo Barrios, ya restablecido de una indisposición, en el medio campo; y Álvaro Morata y Antoine Griezmann, en la delantera, en la que Memphis Depay está ya listo de una contractura.
Es la primera comparecencia de Griezmann ante su afición tras rebasar el pasado miércoles a Luis Aragonés como el máximo goleador de todos los tiempos de la historia del club rojiblanco, con 174 tantos, en un derbi sin términos medios.
Reforzado con la primera conquista del 2024 un proyecto que ya encontró el respaldo de la cúpula directiva madridista, cambiando su forma de actuar sin esperar a fin de curso para valorar títulos y la renovación de Carlo Ancelotti, la manera de alcanzar la Supercopa de España por parte del Real Madrid, superando a sus dos grandes enemigos, es el impulso que deja en el olvido los últimos eneros malditos.
Ancelotti, segundo entrenador más laureado de la historia madridista tras dar caza a la leyenda de Zinedine Zidane, debe decidir ahora la importancia que le otorga a la Copa del Rey. Una competición que asocia a momentos de felicidad con aquella conquista ante el Barcelona en Mestalla o la última edición, que le permitió seguir en el cargo en un curso sin Liga ni 'Champions'.
Con lo justo en la plantilla en el centro de la zaga y en la delantera, teniendo en cuenta que el Real Madrid no tira competiciones, tendrá que decidir entre repetir su once ideal en las actuales circunstancias, el que pasó por encima del Barcelona en Riad, o realizar rotaciones dando prioridad a la firmeza en LaLiga con menor desgaste físico para la Liga de Campeones. Siempre el gran anhelo.
El camino intermedio sería introducir retoques en la medular, donde Eduardo Camavinga y Luka Modric cuentan con firmes opciones de titularidad, más un cambio forzado en ataque por el cansancio acumulado por Rodrygo. No se entrenó en la víspera y, si es reservado para salir durante el partido, la idea táctica de 'Carletto' puede ser revisada con la entrada de un '9' puro como Joselu Mato.
Espera a un Atlético de Madrid herido, con ganas de revancha ante su afición, que vaya arriba a la presión. Un duelo de mayor intensidad. Y esa opción de correr, de explotar una de las mejores armas madridistas como mostró ante el Barcelona, el contragolpe, presentan a Brahim Díaz como el mejor candidato por Rodrygo.
El clásico devolvió galones a Vinícius. Su triplete de la primera parte le situó en el escalón que se ha ganado en el pasado, a la altura de Jude Bellingham como gran referente. Sin estar aún al cien por cien pero retomando las sensaciones previas a su lesión muscular. Recuperado antes de tiempo para ayudar al Real Madrid en un inicio de año importante. El foco se dirige al brasileño en su vuelta al Metropolitano, donde no juega desde el 18 de septiembre 2022.
Una gastroenteritis impidió su presencia en el derbi madrileño de esta temporada. El único partido en el que el Real Madrid no sólo perdió, también se desfiguró añorando a Vinícius. En un partido especial para el brasileño tras los capítulos vividos. En una oportunidad de demostrar que en la parte que le toca, después de reconocer públicamente que debe corregir comportamientos, cambia y se centra únicamente en el fútbol para ser decisivo.
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