Reynaldo Osmaro Menjívar, de 32 años, era un gran amante de la agricultura y la ganadería, recuerda su hermana menor. Fue detenido en el caserío El Mora, Cantón Metalío, Sonsonate, donde vivió toda su vida junto a su madre y hermano, Raúl Menjívar, quien actualmente se encuentra detenido en el penal de Izalco.
Según relatan varios de sus parientes, Reynaldo Menjívar se estaba alistando para salir a comprar medicinas de su madre, ya que ella es diabética, cuando llegaron varios agentes de la Policía Nacional Civil acusándolo de tener armas y droga escondida en el lugar.
“Destrozaron todo”, relató su madre. “Mamá, ellos quieren que les entregue unas armas. Yo no uso esas cosas”, recuerda la señora que repetía su hijo mientras lo llevaban capturado el 8 de diciembre del 2022. Después de esa fecha nunca volvió a verlo.
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La madre de Reynaldo y Raúl Menjívar se acercaban al penal de Quezaltepeque y al de Izalco para entregar paquetes de alimentación, limpieza y medicinas cada mes. Ella comenta que en cada ocasión que iba preguntaba si le podían decir algo sobre sus hijos; si se encontraban bien o si les estaban entregando los paquetes; los custodios la trataban mal. También intento por medio de la Procuraduría General de la República, pero tampoco logró que los abogados a cargo del caso de sus hijos le dieran mayor información.
El 14 de enero del 2024 la madre recibió una llamada de Centros Penales para informarle que su hijo Reynaldo había fallecido durante la mañana de ese día en el Hospital San Rafael, en Santa Tecla y que podía pasar al Instituto de Medicina Legal (IML) en San Salvador para recoger el cuerpo. “No se me vaya a poner mal, pero su hijo falleció” recuerda que le dijeron por llamada.
Según el documento entregado por el IML, Reynaldo falleció por la misma causa que se ha alegado en la mayoría de los 220 casos de fallecidos que ha logrado registrar el Socorro Jurídico Humanitario durante el régimen de excepción: por “edema pulmonar”.
Vela y entierro
“Nosotros tenemos temor de que algo más haya pasado. La funeraria no nos dejó ver la preparación del cuerpo de mi hermano. Tiene unas marcas moradas en el rostro, pero no sabemos si es de la autopsia o si son golpes”, comentó la hermana de Reynaldo.
El cuerpo de Reynaldo fue llevado el 15 de enero a la casa donde vivía con su mamá, para ser velado. Al día siguiente un sacerdote católico ofició una misa de cuerpo presente en el patio de la casa.
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“Todos sabemos que se han violado derechos humanos. Está bien que la policía detenga a alguien que es culpable, pero no a una persona trabajadora como el hermano Reynaldo”, lamentó el sacerdote durante la homilía. “Son muchísimos los que están muriendo en la cárcel. Hay que pedir a Dios para que haya justicia en el país”, agregó.
Luego de la misa a la que llegaron vecinos, familiares y otros agricultores con quienes trabajaba Reynaldo, se hizo una caravana hasta el cementerio municipal de Metalío, que queda a 1.2 km de distancia desde la casa donde vivía el fallecido. Una vez en el lugar, los agricultores con quienes había trabajado Reynaldo se ofrecieron para llevar el ataúd hasta donde sería enterrado.
Los agricultores comentaban entre sí que en el caserío hay alrededor de 10 personas más que se encuentran encarceladas, que eran también sus compañeros y amigos. “Hace 40 días enterramos a Edgardo, otro agricultor, a unos pocos metros de mi primo”, reveló un familiar de Reynaldo.
Él y los otros agricultores dijeron que anteriormente el caserío El Mora ha sido un sitio sin presencia de pandillas y sin ningún tipo de problemas de delincuencia, pero que el régimen de excepción ha venido generar desconfianza, ya que los agentes de la PNC que rondan la zona se comportan abusivos con los campesinos y los amenazan de llevarlos detenidos si no acatan sus indicaciones, a veces órdenes que no tienen sentido.
La familia de Reynaldo sigue preocupada porque su hermano mayor Raúl Antonio Menjívar Méndez, de 30 años, tiene 19 meses detenido y no saben casi nada de él, por lo que piden a las autoridades que por favor les brinden información o que le den la libertad, porque según familiares, vecinos y otros conocidos, él no tenía vínculos con pandillas ni es un delincuente.