La persona es libre únicamente en una sociedad capitalista, dijo Margareth Thatcher en un discurso ante la nación. Lo esencial de las democracias es dejar a cada quien buscar su beneficio y labrar su futuro, un principio que consigna la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
El capitalismo —y partiendo de la enseñanza cristiana— establece principios esenciales de conducta, los Diez Mandamientos. La persona, las familias, las comunidades y las naciones quedan libres para llevar sus vidas con independencia, pero siempre respetando normas y regulaciones tomadas voluntariamente, como son las que establecen las reglas del tráfico, lo que define los campos del ejercicio profesional desde médicos hasta funcionarios, pasando por inspectores, autoridades policiales...
Rusia, enfatizó la exprimera ministra británica, es la nación más rica del mundo en recursos naturales pues, al lado de inmensas tierras de labranza, tiene minas de toda clase de minerales, diamantes y piedras preciosas, es el hábitat de toda clase de especies animales y vegetales. Pero al ser una sociedad autocrática, con frecuencia sometida a terribles dictaduras como fue durante el estalinismo, en Rusia se dieron hambrunas como las hay en la actualidad en otro país con inmensos recursos de toda naturaleza: Venezuela.
Y en ruta hacia una hambruna corremos riesgo en El Salvador, como acaba de advertir Celia Medrano, candidata a vicepresidenta por el partido Nuestro Tiempo.
No cuenta el país con los recursos para comprar las más de ochenta millones de toneladas de granos que necesitamos para alimentarnos.
Como lo venimos señalando, el descuido de la agricultura, las compras amañadas de granos a mercaderes de Sinaloa —lugar donde se asienta el mayor cartel de la droga en México— amenazan seriamente la autosuficiencia, tener cómo comer; el riesgo de caer en una horrorosa calamidad, similar a la de Biafra hace unos años, la que el mundo vio en fotos de niños y adultos esqueléticos, es grande, ya que vía “préstamos” al régimen, “transferencias” como la realizada con fondos de Educación que manoseó Hacienda, el ministerio manipulador... la ruta al desastre.
Más y más salvadoreños votan con sus pies al ir hacia EE.UU.
Un país no puede marchar cuando no se rige por normas racionales de buen gobierno, de lo que indica el sentido común, sino a base de ocurrencias, de lo que quien está al frente del timonel del Estado no sigue lo que las brújulas e indicadores de navegación indican, sino que todo se decide en el momento por una ocurrencia, “corazonada” o siguiendo lo que es “la gana”: tengo ganas de esto, me “parece” que ese es el camino, “lo que más conviene a mi grupo y familia” es irme por ese sendero...
De ocurrencia en ocurrencia nadie, ni los mismos allegados, los “íntimos del hombre y de la familia”, sabe dónde iremos a parar como país, pero las cosas no son muy prometedoras ni para aquellos que piensan las cosas ni para el resto que por ahora se deja mover como “Vicente, que va donde va la gente” aunque sea al despeñadero.
El éxodo de tantos hacia Estados Unidos llevando consigo a sus familias y sus niños es la señal de que más y más “votan con sus pies”, escapan físicamente de donde las cosas van mal, de donde no hay futuro...