El costo de la vida es el cálculo del coste que para una familia promedio tiene la adquisición de los productos y servicios necesarios para una vida digna. Cada nación tiene su particular manera para establecerlo. En El Salvador, el Estado lo hace, simplemente, multiplicando el valor de la canasta básica por dos. Con ese parámetro, para octubre de 2023 el costo de la vida sería de $515.62.
Sin embargo, lo cierto es que una familia no solamente come ciertos alimentos, sino que consume variados servicios básicos (agua, luz, teléfono) y paga transporte para desplazarse, así como productos no alimenticios. También debe destinar fondos para vivienda.
Por ello, el no gubernamental Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) ha establecido su propia metodología para calcular el costo de la vida, en el que ha incluido a la canasta básica 9 alimentos extra, como la crema y el queso duro; así como 12 artículos de uso diario, entre los que se cuentan la pasta dental, el papel higiénico y los detergentes para lavar. La entidad hizo un apartado, también, para el vestuario y para el gasto de alquiler.
Con estos agregados, estableció, en 2019, que el costo de la vida real para una familia en El Salvador era de $706. Aplicando los mismos criterios, el CDC reveló que esta cifra, para octubre de 2023 (fecha tomada para hacer el estudio) se colocaba en $920, $214 más que cuatro años antes, un 23% extra.
La organización hizo públicos estos hallazgos en un informe presentado ayer miércoles, en el que además propusieron un aumento al salario mínimo.
“Debemos pensar que para llevar una vida digna, no es solo necesario que una persona tenga garantizado su derecho a la alimentación. La base debería contener todos esos elementos que un salvadoreño usa en su día a día”, comentó Danilo Pérez, director ejecutivo del Centro para la Defensa del Consumidor.
Por tanto, ni el salario mínimo urbano ni el rural son capaces de cubrir estas necesidades en la actualidad. Ya con descuentos, en la ciudad este es de unos $328 mensuales. En el campo, la cifra llega a apenas $218.52.
El CDC incluyó en su informe varios datos que indican que los salvadoreños no la están pasando bien en su economía. Por ejemplo, el 45.8% han comprado menos alimentos y un 14.2 % ha sustituido los productos de su dieta alimentaria por otros de menor valor, según una encuesta de FUNDAUNGO de 2023.
Otro estudio, este realizado por la Universidad Francisco Gavidia, indica que el consumo de proteínas se ha visto sensiblemente afectado, dado que el 75.3 % de los salvadoreños ha reducido su consumo de carne de res; 40.3%, el de pollo; 32.2%, el de huevo; y el 23.5% ha disminuido la ingesta de queso a causa de los altos precios.
De allí que los índices de pobreza hayan aumentado tanto desde 2019. Según datos oficiales, al cierre de 2022, 1.69 personas en El Salvador estaban en situación de pobreza, lo que se traduce en un incremento del 10.12% respecto a 2019.
En el apartado de la pobreza extrema, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), desde 2019, el número de personas que ha caído en esta condición ha subido en 200,000 en el país. La tasa pasó de 5.6% en 2019 a 8.7%. Se trata de quienes ya no son capaces de cubrir el valor de una sola canasta básica.
La necesidad de incrementar el salario mínimo
Teniendo en mente el dato de que la pobreza y la pobreza extrema han aumentado en números importantes, es necesario encontrar salidas. Una de ellas, según el Centro para la Defensa del Consumidor, es el de aumentar el salario mínimo a una escala que se pueda acercar a su cálculo más integral del costo de la vida, es decir, $920.
“Obviamente, se trata de un valor muy alto para la actual capacidad productiva de la economía nacional”, matiza la institución en el informe publicado ayer. Por ello, plantean un aumento del 25% para todos los salarios mínimos, que en El Salvador son 11.
Por ejemplo, para el de Comercio y Servicios (que es el mismo en la Industria), que actualmente es de $364.80, se propone un incremento de $91.20, por lo que quedaría en $456. El mismo, como lo notará el lector, no llega al 50% del cálculo integral del costo de la vida de la misma institución que lo plantea (de $920), pero se acerca mucho más que el actual, apenas del 40%.
VER: La canasta básica bajó en noviembre, pero sigue siendo la tercera más cara en el 2023
Los salarios mínimos más bajos en este país corresponden al área rural (recolección de café y de algodón) y son de $243.46. Con la propuesta del CDC, aumentarían en $60.86, por lo que llegarían a los $304.32.
Según cálculos de la institución, con la medida, 732,000 personas mejorarían sus salarios, por lo que se estaría alcanzando al 26% de toda la población ocupada.
Sin embargo, los datos más importantes tienen que ver con el impacto en la pobreza: en el caso de la relativa, bajaría en 4.4 puntos porcentuales; en la extrema, la disminución sería del 3%, con lo que el porcentaje total bajaría hasta el 5.7%, casi al nivel de 2019.
“Mejoraría el consumo privado, cuya principal variable es el salario. Para las empresas, eso significaría un aumento de sus ventas, sus ganancias y sus inversiones”, concluye en su informe el CDC.