De Harry Truman, el de la bomba atómica en Japón y la destrucción de Alemania después que se había rendido, es la frase “si no les gusta el calor, que se salgan de la cocina”, muy relevante en estos momentos en que el régimen pretende, enjuiciando a Héctor Silva, criminalizar la libertad de expresión y la exigencia de alumbrar y transparentar los asuntos públicos.
Los funcionarios reciben sus salarios de los contribuyentes y, por lo mismo, tienen la obligación de responder por sus actos, más cuando es cuestionable, o violan la ley, al valerse de su influencia para obtener contratos o canonjías de la especie que sea.
Según se ha informado, Silva ha denunciado graves actos de corrupción en contratos de compras millonarias que involucran a gente del oficialismo cian.
Tomemos el caso de un encargado de compras de una empresa privada; su obligación ética es buscar las mejores condiciones, escoger a los proveedores que ofrecen lo mejor para el negocio. Pero si este encargado de compras toma dinero debajo de la mesa para preferir a unos sobre otros, está delinquiendo, es un ratero o ladronazo encubierto. Es raro el negocio que en algún momento no haya pasado por tal clase de desagradable experiencia.
Pero lo que hacen estos funcionarios, como en su momento los encargados de comprar granos a sobreprecio en Sinaloa (allí donde opera el cartel más poderoso de la droga de México) el beneficiar a sobrinas con becas estatales... eso, “guste o no guste”, es corrupción.
Es tan corrupción que Washington ha incluido a tales personajes en la lista Engel, así como a quienes ocultan esos desmanes vía bloqueos a la Ley de Acceso a la Información Pública, lo que en el futuro facilitará muchísimo al régimen para llenar su cárcel de corruptos; no se trata de exfuncionarios que recibieron en su momento un sobresueldo, lo cual es legítimo en la mayoría de casos, sino de individuos que se valieron de sus puestos para conseguir contrataciones que en otras circunstancias no habrían nunca logrado.
Sin libertad y lo peor sin alimentos; ese es el negro futuro del país...
Son innumerables las interrogantes que “flotan en el aire” sobre lo que hace o no hace el actual régimen, desde los motivos por los cuales la mitad de la población ha caído en la pobreza hasta el hecho, trágico para nuestros niños y jóvenes, de que El Salvador ocupe un lugar tan bajo en rendimiento educativo, encontrándonos literalmente en el sótano mundial al lado de Camboya, Paraguay y más de alguna pequeña nación africana...
Y a esto hay que agregar una realidad de espanto que debe y debe recordarse en todo momento: no se cuenta con los ocho millones de quintales de granos para dar de comer a la gente en nuestro suelo, lo que indica que nos exponemos a una hambruna como la de Biafra en su momento...
Ahogar y perseguir la libre expresión ha llevado a los presos políticos, a los detenidos arbitrariamente, al abuso de jóvenes por policías encubiertos luego por sus jefes, a que se encarcelara al padre de una periodista que por fortuna salió libre...