La percepción general respecto a la vivienda en El Salvador es que cada día está más cara. Se puede comprobar en los precios de los cientos de anuncios de viviendas que pululan por la internet. Por eso, una de las preguntas que le hicieron al ahora presidente en licencia y candidato a la Presidencia de la República en el Space de X que organizó el miércoles estuvo relacionada con la problemática.
Una salvadoreña residente en Estados Unidos le inquirió sobre si existe una propuesta para que el precio sea más accesible para los ciudadanos de este país. Bukele aseguró que una de ellas es fomentar la construcción de más viviendas y que no realizaría ninguna acción para controlar el valor. Una de las cosas más interesantes que dijo el mandatario es que una de las razones es aquella que se ha convertido en su principal bandera electoral: la baja en las estadísticas de criminalidad en El Salvador.
“El Salvador es cien por ciento seguro en cualquier lugar”, dijo el político, quien añadió que, debido a esto, ahora las viviendas se pueden vender más caras, lo que ha provocado una “burbuja inmobiliaria”. Para los expertos en la materia, Bukele tiene parte de razón, pero añaden otra arista que no fue mencionada por él.
LEA MÁS: Inversión Extranjera en periodo de Bukele se desplomó a sólo un 44 % de la de Sánchez Cerén
Para Héctor Del Cid, gerente de la empresa inmobiliaria RE/MAX Capital, algo en lo que coinciden muchos de sus colegas es que ha habido un aumento grande de precios desde hace, más o menos, un año y medio o dos años, justo después del final de la pandemia, cuando la economía comenzó a reabrirse.
Desde entonces, comenta, quienes más compran son los salvadoreños en el exterior, quienes rara vez regatean un precio. En esta opinión coinciden otros tres agentes inmobiliarios, quienes no quisieron ser citados para esta pieza por no estar autorizados para dar detalles de su trabajo.
Algunos son capaces de pagar al contado, aunque también hay quienes recurren a un crédito hipotecario. También han empezado a comprar en el país salvadoreños nacidos en Estados Unidos, quienes han visto en El Salvador una buena opción para invertir su dinero en bienes raíces.
Que quienes ganan dinero en economías más grandes que la local compren en El Salvador sin regatear tiene un efecto: y es que los precios del mercado comienzan a aumentar a un nivel que a los que trabajan en este país es inalcanzable. Es estar jugando en ligas diferentes.
¿Qué ha atraído a los salvadoreños en el exterior a invertir su dinero en bienes raíces? Para Del Cid, la experiencia le indica que, precisamente, lo mencionado por Bukele: la percepción de que ahora se vive en un país más seguro.
“Ahora pueden entrar a lugares que antes eran considerados peligrosos. Yo, hace poco, logré vender un terreno en Apopa, cuando yo nunca había hecho negocios con propiedades en esa zona. Publiqué la propiedad y al siguiente día un hermano lejano me contactó para decirme que me lo compraba. Al mes siguiente vino al país y lo compró, al precio que yo había publicado”, comenta Del Cid.
Ese salvadoreño proyecta construir un edificio de apartamentos que planea alquilar y vivir de ello, retirado, en El Salvador.
Del Cid afirma que no son ellos, los agentes inmobiliarios, quienes establecen los precios, sino que, de manera profesional, acuden a un perito, que debe ser autorizado por la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), quien establece el valor conforme al mercado.
Los locales, a su suerte
Quienes trabajan en este país y ganan los salarios que es capaz de pagar esta economía la tienen muy difícil para adquirir una propiedad.
A través de entidades gubernamentales como el Fondo Social para la Vivienda, los trabajadores pueden aplicar a viviendas nuevas desde los $22,000 en algunos municipios de San Salvador; sin embargo, estos créditos difícilmente son financiados por una sola persona debido a que las cuotas rondan los $110. El solicitante debe contar con un respaldo de $6,000 para complementar el trámite inicial.
LEA MÁS: El 75 % del maíz perdido en 2023 corresponde a la zona oriental, según CAMPO
Esto provoca una realidad complicada y a la que hay que poner atención: según los resultados de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2022, a nivel nacional, el 39% de los hogares salvadoreños viven en hacinamiento, una situación que prevalece principalmente en el área rural, donde el 52.5% viven en esas condiciones, y en el área urbana el 31%.
Bukele afirma, con razón, que no es conveniente controlar los precios. ¿Qué alternativa queda? Fomentar la construcción de viviendas de interés social, que puedan ser accesibles para los salarios percibidos en El Salvador. Desde la sociedad civil, desde hace años, se han presentado propuestas.
En 2019, por ejemplo, la Cámara Salvadoreña de la Industria de la Construcción (CASALCO), propuso una Ley de Inclusión Habitacional, que plantaba la aprobación de un subsidio a la tasa de interés que se calcularía con base en el número de salarios mínimos que cueste una casa. Por ejemplo, cuando el precio de la vivienda sea de 102 salarios mínimos, el subsidio a la tasa de interés será de un 5 % por un plazo de 10 años.
Para 2021, se supo que CASALCO insistía en su propuesta, aunque desde el Ejecutivo aseguraron que preparaban la suya por su lado. Hasta ahora, la legislación no ha sido aprobada. El problema empeora.