En El Salvador, el 62.8 % de los estudiantes de 15 y 16 años no alcanzan los niveles básicos de conocimientos en matemáticas, ciencias y lectura. Así lo reveló el informe para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) 2022, el cual ubica al país en la posición 143 de 147 regiones evaluadas en estas tres asignaturas.
El estudio, desarrollado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD), revela que en matemáticas el tema principal de PISA 2022, los estudiantes salvadoreños obtuvieron 343 puntos en comparación al promedio de 472 puntos de los países de la OECD.
Asimismo señala que, el 11% de los estudiantes alcanzaron al menos el nivel 2 de competencia en matemáticas. “Significativamente menos que el promedio de los países de la OCDE” que corresponde al 69%.
“Como mínimo estos estudiantes pueden interpretar y reconocer, sin instrucciones directas, cómo se puede representar matemáticamente una situación simple”, dice el estudio.
PISA califica el nivel 2 como “el nivel básico de competencias que los estudiantes necesitan para participar plenamente en la sociedad”.
El puntaje promedio para El Salvador en matemáticas es 343, con el que se ubica en el lugar 144, en ciencias es 373, colocándose en el lugar 137; mientras que para lectura obtuvo 365 puntos colocándose en el lugar 131.
De acuerdo con el informe los estudiantes salvadoreños no alcanzan el nivel 2 en las tres asignaturas.
Asimismo, manifiesta que el 90.6 % de los evaluados muestra ese mismo desempeño en al menos una de las materias, mientras que solo el 0.2 % logra un rendimiento sobresaliente.
Para el doctor Oscar Picardo Joao, que El Salvador se ubique en los últimos lugares de los países evaluados no es una sorpresa, pues estudios anteriores como la prueba estandarizada internacional ERCE, del año 2019, ya ubicaban a El Salvador con muy bajos resultados.
En la prueba PISA “El Salvador logró puntajes muy bajos en todos los niveles: prácticamente estamos en el sótano de la calidad con Paraguay, con Camboya, República Dominicana, que son los países de más bajo desempeño de calidad”, explicó.
Estudiantes mal alimentados
Para el académico, estos resultados reflejan una condición compleja y multifactorial que conlleva aspectos que están intrínseca y extrínsecamente relacionados a las escuelas. “La prueba dice que el 18% de los estudiantes que participaron no habían comido, no habían hecho un tiempo de comida y eso revela una situación bastante crítica, pero también hay factores internos pedagógicos. Creo que hay factores endógenos de la escuela, de cómo enseñamos matemáticas, de cómo es importante la comprensión lectora, y de qué tanto hacemos experimentaciones en ciencias”, añade.
Picardo considera que estos resultados deben servir para diseñar programas y políticas que permitan resolver estos problemas en términos muy específicos. A su juicio un problema que no ha sido tratado por años en materia educativa tiene que ver con la pedagogía, la didáctica y la formación de los docentes en el país. “Hay muchos docentes desactualizados y esto tiene que ver con la dignificación de los maestros, con atraer y retener al mejor talento, cosa que no sucede actualmente y que no se ha hecho en 30 años, ni en el pasado ni en el presente”, añade.
Por su parte, Jorge Villega, secretario general de Bases Magisteriales, comparte la opinión de Picardo, al señalar que “El Salvador se disputa el sótano” en la prueba PISA.
Para Villega, estos resultados solo reafirman lo que el magisterio ha venido señalando.
“Lo hemos venido diciendo por años, y se ha comprobado una vez más la deficiente calidad de los aprendizajes de los estudiantes”, opina.
Para el profesor, el principal problema que tiene el sistema educativo en el país es el método de evaluación. Los estudiantes, añade son promovidos sin que se tenga una prueba confiable de su nivel de aprendizaje, valora.
Toma de decisiones con base en resultados
Mauricio Trejo, máster en Ciencia, educador y Director de Gestión Curricular de la UCA, por su parte opina que los resultados, de una prueba que brinda información científicamente validada, debería permitir tomar decisiones para el sistema en todos los niveles.
A nivel macro currículo, señala, sobre cuál es el propósito que debería tener el sistema educativo; a nivel de meso currículo para definir planes de estudio que sean más adecuados a las necesidades que se plantean en las culturas emergentes y a nivel micro currículo puede permitir que los procesos en el aula sean desarrollados con la más alta calidad.
“Hay muchas tareas por hacer en el ministerio de Educación”, resalta Picardo, al señalar que resultados como los del informe PISA se venían dando en el país incluso con la PAES.
Trejo, por su parte, se refiere además a los principales factores que afecta el sistema educativo. A su juicio durante años los gobiernos han venido tomando “decisiones de gobierno” y no “decisiones de Estado”.
“Cada uno ha tratado de dejar puesta su impronta considerando que todo lo que han hecho los anteriores no funciona. Así es como se ha ido diseñando nuestro sistema educativo, como que fuera una casa a la que le vamos añadiendo cuartos pero estos no tienen conexión entre sí”, ejemplifica.
El profesional lamenta además que en esta construcción del diseño educativo no se haya considerado al magisterio como parte fundamental en la toma de decisiones. “No hemos sabido qué hacer con la educación en el país”, puntualiza.
El experto pone como ejemplo las reformas educativas como el Plan Decenal de Reforma Educativa implementada en los años 90 y la más reciente, la implementada por el gobierno en turno “Mi nueva escuela”, de la que se conoce muy poco “y no sabemos cuándo se va a implementar”.
“No tenemos una idea clara de para dónde vamos, qué es lo que necesita el país y por consecuencia construir un sistema educativo adecuado para ello”, advirtió.
Ante este escenario, el especialista considera necesario construir una amplia discusión sobre el rumbo del país, en donde la democracia no solo sea considerada representativa si no también participativa, y en la que quiénes son elegidos para tomar decisiones integren a todos los sectores.
Dentro de este compendio, valora, deben ser escuchadas las voces de todos los sectores: educativos, productivos, sociales, económicos y de salud, entre otros.