De la misma manera que hay dichos y refranes que utilizamos sin saber que se originan en la Biblia, también sucede que hay frases que la generalidad de personas piensan que se encuentran en las Escrituras, pero no es así. Un ejemplo de eso es la frase «Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado». Aunque las personas la usan con una autoridad muy bíblica, lo cierto es que tal dicho no aparece en ningún lugar de la Biblia. Algunos atribuyen la frase a Agustín de Hipona, un influyente teólogo y filósofo cristiano de los siglos IV y V. No obstante, es importante aclarar que las atribuciones exactas de dichos pueden ser difíciles de verificar con certeza en la historia. Lo que sí se puede verificar con relativa facilidad es que la frase en mención no es parte de la Biblia.
Otro dicho que tampoco se encuentra en la Biblia es el que dice: «Ni una hoja se mueve sin la voluntad de Dios». Puede presentar variantes como: «No cae la hoja de un árbol si no es la voluntad de Dios». Aunque la frase es una afirmación de la providencia soberana de Dios, no hay ningún lugar de la Biblia donde diga tal cosa. Algunos la atribuyen a Miguel de Cervantes, pero como ya se dijo, no hay manera de verificarlo con certeza. Lo más cercano en la Biblia serían las palabras de Jesús cuando afirmó: «¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre» (Mateo 10:29).
Otra frase muy usada en esta época del año es la que dice: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». Se trata de una inversión semántica del coro de ángeles que anunció el nacimiento de Jesús. La Biblia lo que dice es: «¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lucas 2:14). Aunque parece que se trata solo de un cambio en el orden de las palabras, las implicaciones teológicas son grandes. Es muy diferente afirmar que hay hombres de buena voluntad a afirmar que Dios muestra su buena voluntad hacia los hombres. En el dicho popular la buena voluntad reside en los hombres, en la Biblia la buena voluntad está en Dios, quien la manifiesta a los hombres.
A propósito de esta época, muchas personas también piensan que la Biblia menciona a los llamados «Tres reyes magos». Pero la Biblia no dice en ningún lugar que hayan sido tres, ni que hayan sido reyes, ni que hayan sido magos. Es verdad que hay traducciones al español donde aparece la palabra «magos», pero es solo una transliteración del griego «magoi», que en la Septuaginta se usa para referirse a los consejeros reales persas y babilonios. Mateo, que es el único evangelio que los menciona, usa la palabra en su mejor acepción para designar hombres honorables de religión oriental. Por esa razón otras versiones de la Biblia en español la traducen como «sabios», que sería lo más cercano a la idea que el evangelista deseaba transmitir. De manera que se trató de sabios que llegaron del Oriente, pero no eran magos, como lo entendemos hoy. Sus nombres surgen de tradiciones posteriores que aparecieron hasta el siglo VI. Posteriormente se agregaron detalles como sus colores de piel, hasta llegar a convertirse en la actual festividad de la Epifanía que se observa en algunas tradiciones cristianas.
Otros ejemplos de frases o ideas que las personas piensan que se encuentran en la Biblia son: «Venid a mí como estáis», lo que Jesús en verdad dijo fue: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28). Se habla de «la manzana del pecado original», la Biblia no dice que haya sido una manzana. «Elías ascendió en un carro de fuego», la Biblia dice que ascendió en un torbellino. «Saulo fue derribado de su caballo», la Biblia no dice que haya ido en caballo en su viaje a Damasco.
Que estas curiosidades despierten nuestro interés por conocer más detenidamente el tesoro que es la Biblia.
Pastor General de la Misión Cristiana Elim.