El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, estuvo presente en la toma de posesión de Javier Milei, el nuevo Presidente de Argentina, el 10 de diciembre pasado. Su presencia ha sido un acto fuerte de posicionamiento internacional del Jefe de Estado entrante marcando una ruptura con su predecesor. Por cierto, Alberto Fernández había declarado el 3 de febrero de 2022, en Moscú, pocos días antes de la ofensiva rusa contra Ucrania del 24 de febrero, que Argentina tenía que mirar con atención “como ser la puerta de entrada de Rusia en América Latina”.
Desde entonces, el conflicto en Europa, sus consecuencias económicas y comerciales globales, volvieron imposible desarrollar este camino. Adoptando por la mayoría de ellos, una forma de “neutralidad parcial” sobre Rusia, los países latinoamericanos iniciaron un giro hacia el concepto del “Sur global”. Aparte de Costa Rica, Guatemala, Uruguay, Colombia (antes de la llegada en el poder de Gustavo Petro en agosto de 2022) y Paraguay, y el eje abiertamente pro ruso constitutido por Nicaragua, Venezuela y Cuba, el conflicto iniciado en 2022 fue encerrado en la imagen de un tema europeo, tocando a países del Occidente o a su margen. No se entendió que nutria una visión que lleva sobre la organización de las relaciones internacionales tal como fue establecido al salir de la Segunda Guerra Mundial. La guerra entre Israel y el Hamás en la franja de Gaza aceleró este proceso.
Visto desde Europa, aparece bastante claro que los dos frentes activos de confrontación van sobre una realidad que concierne la visión del mundo, su organización y sus valores. Sin duda desde Europa se está jugando un momento histórico de inflexión del mundo. “El Sur global”, juntando países tan diversos como Brasil, Irán, China, Rusia o África del Sur, llevan una tonalidad más o menos coordinada, haciendo prevalecer la “injusticia” de un sistema internacional que no tomaría en encuentra la nueva realidad del mundo: una población de más de 8 mil millones de personas, viviendo principalmente en los países “del Sur”.
Los Brics representarían el 45% del PIB mundial poniendo en tela de juicio el peso del G7. Muchos, como el presidente brasileño, llaman a un cambio de las instituciones internacionales tanto como financieras, que constituirán una forma de “opresión” sobre la mayoría del mundo. Es la razón por la cual la presencia de Volodímir Zelenski en Buenos aires ha sido tan simbólica e importante. Javier Milei se inscribe en un esquema de ruptura con el sistema kirchnerista de distribución a crédito que no impidió el 43 % de pobreza en una de las principales económicas latinoamericanas. Para él, los valores de su país están claramente en Occidente: incluso sobre la guerra entre Israel y Hamás, pensó durante la última campaña presidencial, convertirse al judaísmo. Nadie en Argentina olvidó los atentados de los años 90 contra los intereses israelíes y judíos, involucrando Irán.
De manera más geopolítica se puede tratar de un inicio de inflexión en materia de política exterior: afirmando una amistad con el presidente ucraniano, Javier Milei están organizando una forma de “toma al revés” de Brasil y de su líder, Inacio Lula da Silva. Sabiendo poder contar sobre Uruguay y Paraguay en esta visión, apuntando la firma de “neutralización” política de su vecino Gabriel Boric está ni más ni menos, poniendo en tela de juicio “la tentación del sur global” liderado desde varias semanas por el presente Lula, con la benevolencia entre otros, de Venezuela, Nicaragua y Colombia. Apuesta poder contar sobre el apoyo de los Estados Unidos para llevar a cabo esta estrategia inédita. Zelenski por su parte da más peso a las declaraciones de su canciller Dmytro Kuleba que había afirmado, el 4 de enero de 2023 que Ucrania “quería hacer de América latina, una prioridad”.
Tantas razones explicando el apoyo del presidente ucraniano que hablaba en sus mensajes en redes sociales, desde Buenos aires, de “un nuevo principio en Argentina”, esperando que “el presidente Milei y el conjunto del pueblo argentino, sorprenderán el mundo con su éxito”. Zelenski tiene interés en buscar nuevos aliados con Javier Milei: su contraofensiva iniciada en mayo pasado parece marcar el paso, Rusia despliega una política internacional hacia el Este, Asia y Medio Oriente, el Congreso norteamericano no aparece tan generoso como lo pudo ser desde el principio de la guerra y a 10 meses de las elecciones presidenciales. Consolidación de las alianzas con los países de Europa del norte y central, fronterizos de Rusia, apertura de horizontes nuevos como América Latina, tantos objetivos que lleva a cabo el líder ucraniano.
Después de las visitas en América Latina, de Serguei Lavrov, el canciller de Rusia tanto como del presidente iraní, Ibrahim Raïssi en junio de 2023, la presencia de Zelenski en Buenos aires, hace surgir la simbólica de unos frentes estratégicos en América Latina que entró, en el contexto de su diversidad, en una reflexión sobre posicionamiento internacional, la presencia reforzada de la República Popular China, los reajustes comerciales y financieros a consecuencias de la guerra en Ucrania tanto como en la franja de Gaza, han acelerado un movimiento sobre el cual invitando su homologo ucraniano a su toma de posesión, Javier Milei puso el dedo. Más que nunca, América Latina está firmando su regreso en el escenario internacional puesto desde varios años, bajo fuertes tensiones.
Politólogo francés y especialistas en temas internacionales.