Dos goles de diferencia le saca Jocoro, el subcampeón nacional, a Dragón, tras imponerse 1-3 en el Barraza en la ida de semifinales.
Puede ser una renta lo suficientemente grande para meterse a su segunda final en la historia de Primera División, y, seguramente, el gran objetivo es cuidar esa ventaja, pero sin dejar de atacar.
Con Agustín Castillo y Carlos Romero en el banquillo, el cuadro de Tierra de Fuego se ha caracterizado por tener mucho equilibrio, por generar llegadas incluso sin arriesgar demasiado, y, por cómo lo definió el DTde Dragón, Marvin Benítez, por su capacidad de pegar en momentos en los que crees que ya está liquidado.
Cierra, además, en su casa, que volvió a ser un fortín (8 victorias por 4 derrotas), y con su público alentándole, tiene todo el cartel de favorito para meterse a la final.
La única mala noticia es que Germán Águila estará en duda hasta último momento. Él ha dicho que se siente bien, ha llegado a los entrenos, pero no está al cien. El golpe que se llevó en la espalda en el juego pasado al chocar con el meta Felipe Amaya (de Dragón) podría obligarlo a estar en el banquillo.
Incluso teniendo el alta, el cuerpo técnico valorará decidir protegerle para una eventual final, a donde le necesitaría más tomando en cuenta que la presente serie ya la tiene bastante encaminada, o arriegarle.
Un gol los mete en la pelea
Aunque Jocoro tiene elementos para sustituir a su goleador, por ejemplo Juan Carlos Argueta, sin duda perdería a su referente en ataque si se confirma que lo cuidarán.
Eso abre cierta esperanza para Dragón, un equipo que durante toda la campaña dejó bastantes espacios atrás con su estilo vertical.
Genera muchas arriba, fue el más goleador de fase regular con 40 tantos, pero también de los peores en cuanto a goles permitidos en dicha fase (39), y, si bien ante FASno encajó en la vuelta en el Quiteño, volvió a mostrar esos yerros en la ida contra Jocoro.
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Esa situación le ha puesto en la desventaja que está, con el agravante que debe ir a por el partido y arriesgar en el fortín jocoreño.
Dos goles necesita para obligar a ir a los penales, pero, si es en el primer tiempo, sólo uno. Esto porque se meterá en la pelea al saber que está a un pasito de igualar la serie (no hay ventaja deportiva para los que acabaron más arriba en la tabla).
De conseguir un gol en el primer tiempo, la presión psicológica puede pasar al lado del Jocoro, pero ahí, su afición será clave para levantarle ánimos si se presenta esa situación.
De lo contrario, si van pasando los minutos, si llegan con esa ventaja de dos goles al segundo tiempo, la desesperación dragoniana puede elevar las posibilidades tempraneras para Jocoro de liquidar la serie.
Obviamente, ni Castillo ni Romero van a especular, y propondrán a sus jugadores un discurso de tener los pies sobre la tierra, de seguir haciendo lo que les ha llevado tan lejos, y de proponer arriba sin descuidar abajo. Ese equilibrio los tiene a un paso de la segunda final de Primera (en el Apertura’22 perdieron con FAS).
Ahora bien, si hay un cuadro que te rompe quinielas por sus cualidades ofensivas, ese es Dragón, capaz de dar la sorpresa de dejar fuera al campeón nacional, el equipo de San Miguel es totalmente impredecible, y te puede hacer no sólo dos goles, sino más y actuando de visitante. Lo demostró varias veces en el torneo. En unas, terminó con la victoria, en otras, luego desperdició lo que iba encaminado a goleada histórica.
Pero si proponen ese fútbol ofensivo con profundidad que han mostrado en largos tramos del campeonato, y si la puntería les acompaña en una buena tarde, la nota de este día puede ser sobre la épica remontada dragoniana.
Frases
“No queremos pensar mucho en la ventaja que logramos, a intentar cerrar de la mejor manera en casa para clasificar (a DC4)
Germán Águila, jugador de Jocoro
“De visita nos ha ido muy bien, ¿por qué no hacer la remontada en Jocoro? Mentalmente el equipo es fuerte y sabe lo que nos jugamos”
Marvin Benítez, técnico de Dragón:
Número
8 victorias lleva Jocoro en su casa en el torneo, su fortín, en 12 partidos disputados. Los otros fueron derrotas.