Por “Comienza el año litúrgico y el introito de la misa nos propone una consideración íntimamente relacionada con el principio de nuestra vida cristiana: La vocación que hemos recibido. Señor, indícame tus caminos, enséñame tus sendas. Pedimos al señor que nos guie, que nos muestre sus pisadas, para que podamos dirigirnos a la plenitud de sus mandamientos, que es la caridad” (Tomado de homilías Es Cristo que pasa. De San Josemaría Escrivá de Balaguer).
El Adviento se celebra los cuatro domingos anteriores a la Navidad. Marca también el inicio del tiempo litúrgico.
Los cuatro domingos de Adviento que nos ofrece la Iglesia deben ser un espacio rico para la reflexión interior, para la oración en familia en torno a la Corona de Adviento, para el reconocimiento de nuestras faltas y la reconciliación con el Señor y para preparar el regalo que le haremos a Jesús (El verdadero centro de nuestra fiesta), que estos días tengamos la caridad para con el desconocido, desconsolado y necesitado.
Adviento significa “Venida”. Debe ser cada día de este tiempo un momento de profunda introspección para evaluar lo que hacemos bien o mal, pero sobre todo lo que es agradable a los ojos de Dios; esperar todo un año entre disparidades, para llegar a muchas reuniones, celebraciones sociales, encuentros, fiestas de trabajo y demás intercambio de regalos y claro que todo esto no está mal, pero no olvidemos la esencia de la época: la venida y nacimiento de Jesús.
Proponernos hacer un poco de caridad creo que eso nos ayudara a todos a un periodo de ser mejor sociedad, mejores familias y mejores personas con cosas tan sencillas como: Cortesía vial, ceder el asiento del autobús, el paso al caminante, ver y buscar ayudar para un desvalido ayudar a un enfermo detenernos y conversar con las personas que nos ayudan a llevar la vida más fácil trabajadores, empleados, vigilantes y conocer un poco sus necesidades, sus sueños, sus deseos de vida esto realmente nos invita el adviento a prepararnos para el gran acontecimiento el nacimiento de Jesús.
Proponernos ese equilibrio entre espiritualidad, descanso y celebración si somos fieles a lo que sabemos es el camino que debemos transitar pues cada año siento que el tiempo que vivimos más parece que hacemos de la Navidad la mayor fiesta pagana, como extraño aquellas clásicas tarjetas navideñas con estampas de la sagrada familia del nacimiento acompañado de puño y letra los mejores deseos de la época y un próspero año venidero. No dudo que nuestra sociedad fuera un mejor lugar si ese Adviento o “Venida” fuera recibida como años atrás más espiritualidad, unión familiar y menos época de comercio desbordado y recordar que la iglesia nos invita a buscar los tesoros de la gloria en las profundidades del corazón de Jesús; aún tenemos tiempo para reflexionar y comprender ¿Qué es el Adviento? Lamentablemente es la cercanía del último domingo de Adviento cuando menos personas asisten a misa y los centros comerciales topados a más no poder las iglesias lucen vacías.
Llama la atención que en esta época se nos invita a la oración, a las obras de caridad y a la austeridad, pero cada año es más celebración, comercio, fiestas y demás.
Estamos en el primer domingo de Adviento tenemos suficiente tiempo para reflexionar y actuar. Creo que el mundo atraviesa muchos cambios muchos problemas, nuevas cosas por descubrir y sobre todo muchas dificultades donde la muerte, las carencias, el hambre las guerras por doquier sin embargo la guerra que debemos ganar es aquella al enemigo, a nuestra indiferencia, al exceso, Que sea este adviento nos dé la pauta de un antes y un después para preparar nuestro corazón para la Navidad.
Médico.