Si bien el gobierno salvadoreño pagó este año una millonaria suma en bonos y maniobró para postergar el pago de la elevada deuda de pensiones que tiene con los trabajadores, a nivel internacional se mantiene la preocupación de que el país sigue con unas finanzas apretadas y que no le prestan dinero para salir de los aprietos.
En un reciente informe de la agencia inglesa Emerging Finance (EMFI) sobre el panorama económico de El Salvador para 2024 señala que se necesitará de más de $1,900 millones en financiamiento para cumplir con sus compromisos.
“Aunque el gobierno no enfrentará ninguna amortización de bonos en 2024, el próximo vencimiento es en enero de 2025, sumando $348 millones a las necesidades de financiamiento de casi $1,600 millones que estimamos para 2024”, dice en el documento.
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Según detalla la financiera, al sumar $891 millones en amortizaciones de deuda, las necesidades brutas de financiamiento llegarán a $1,560 millones, pero si a eso se suman los $348 millones correspondientes a la amortización del eurobono 2025, lo que en realidad requerirá de financiamiento sube a $1,908 millones, es decir el 5.3% del Producto Interno Bruto (PIB).
Pero las estimaciones del gobierno son otras, pues en el presupuesto de 2024 proyecta necesidades de financiamiento de $1,448 millones, de los cuales $1,150 millones se recaudarían a través de préstamos externos, principalmente de organizaciones multilaterales, y otros $338 millones serían de la emisión de bonos externos, cita EMFI.
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Sin embargo, considera que con los rendimientos actuales de los bonos salvadoreños “sería irresponsable que el gobierno salvadoreño accediera a los mercados de capital internacionales”.
En ese sentido, y dado que acceder a créditos es difícil, el análisis de la financiera advierte nuevamente que el gobierno podría volver a utilizar las reservas internacionales en concepto de Derechos Especiales de Giro (DEG) para cubrir parte de sus necesidades de financiamiento, como lo hizo en 2022 para recomprar una parte de los bonos 2023.
“Incluso utilizando DEG, si el gobierno no logra recurrir al mercado de bonos, el déficit de financiación alcanzará los 541 millones de dólares (en 2024)”, dice la agencia.
Y agrega que en ese escenario, los incentivos del gobierno para firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían aumentar; es más, estima que con la cuota actual de DEG de 287 millones que se tiene en el Fondo, El Salvador podría obtener financiamiento por $1,400 millones en 3 años.
Gobierno tendría que ceder ante el FMI, dice la financiera
De hecho, la agencia destaca que, en vista de que el gobierno salvadoreño “aún enfrenta importantes limitaciones de financiamiento”, es que ha cambiado de opinión respecto al FMI y ha tenido que reanudar nuevamente las conversaciones con el organismo.
“Después de años de complejas negociaciones, creemos que (Nayib) Bukele tendrá que ofrecer importantes concesiones para conseguir un acuerdo de financiación, y no estamos convencidos de que finalmente decida hacerlas”, apunta el informe.
La financiera considera que si Bukele quiere recurrir al FMI, 2024 es el año ideal para hacerlo “sin sufrir mayores consecuencias políticas”, debido a que después de los comicios de febrero del otro año las próximas elecciones serán hasta las municipales y legislativas de 2027.
“Lo que significa que el gobierno tendrá todas las herramientas a su disposición durante tres años para implementar un impopular programa de austeridad. Sin embargo, el enfoque autoritario y populista del presidente Bukele nos hace cuestionar si estará dispuesto a cumplir con las condiciones del Fondo”, dice en el análisis.
De acuerdo a EMFI, un programa del Fondo Monetario y que el país recupere el acceso al mercado pueden dar un impulso al crédito.
“Existe la posibilidad de que un posible programa del FMI mejore las expectativas en un grado suficiente o que el entorno de riesgo global mejore significativamente, en cuyo caso el mercado podría reabrirse para El Salvador”, plantea.
Sin embargo, la agencia también afirma que “no creemos que El Salvador pueda emitir eurobonos el próximo año, ya que ningún soberano (gobierno) ha emitido con un rendimiento superior al 9% en los últimos 6 meses y sólo Colombia (8.95%) y Uzbekistán (8.125%) han estado cerca, aunque con calificaciones crediticias mucho más sólidas”.
En el caso de El Salvador, aunque recientemente la calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) mejoró la nota del país al pasarla de CCC+ a B-, mantiene una calidad crediticia pobre y su capacidad de pago a largo plazo es baja.