El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, defendió este miércoles el proyecto de ley de amnistía que debe beneficiar a los separatistas catalanes procesados por la justicia, destacando que el “diálogo” y el “perdón” son necesarios para cerrar las heridas tras el intento de secesión de 2017.
“Garantizaremos la unidad de España por la vía del diálogo y del perdón”, aseguró ante los diputados el líder socialista, quien accedió a impulsar esta amnistía exigida por los partidos catalanes, a cambio de su apoyo indispensable para lograr una nueva investidura en la votación prevista el jueves.
“Las circunstancias son las que son y toca hacer de la necesidad virtud”, reconoció Sánchez, quien hasta la víspera de las elecciones legislativas del 23 de julio se oponía a esta medida que genera una fuerte división en la sociedad española.
Pero “la amnistía nos puede ayudar a superar la fractura que se abrió en Cataluña” con la tentativa separatista de hace seis años, “la mayor crisis institucional” vivida en España desde el final de la dictadura franquista en 1975, según describió Sánchez.
Durante su discurso, que duró una hora y 45 minutos, el socialista defendió la constitucionalidad de esta medida y pidió a la oposición de derecha, que el domingo congregó a centenares de miles de personas en las calles contra esta medida, que demuestre “responsabilidad”.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha recordado que Hitler llegó al poder en Alemania con unas elecciones y ha acusado a Pedro Sánchez de estar dando un golpe de Estado y de subvertir el orden constitucional aunque sea mediante la “dictadura de los votos”.
Varios cientos de personas se manifestaron este miércoles en los alrededores del Congreso de los Diputados contra la investidura de Pedro Sánchez.
Dos concentraciones a ambos extremos de la Carrera de San Jerónimo han reunido a 500 y 120 personas, según datos de la Delegación del Gobierno, aunque algunos han abandonado el lugar a última hora de la mañana.
Con banderas de España y algunas pancartas contra Sánchez, unos 120 manifestantes han abucheado a diputados, prensa y trabajadores del Congreso cuando entraban y salían del edificio en la esquina con la calle Cedaceros, entre fuertes medidas de seguridad.