La Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa avaló la creación de la Superintendencia de Regulación Sanitaria, institución que estaría encargada de regular los productos alimenticios, los productos médicos y los del agro, así como también los cosméticos. La nueva superintendencia asumirá funciones de algunos organismos gubernamentales activos, como la Dirección Nacional de Medicamentos (DNM).
La institución será la responsable de regular el registro sanitario y autorizar la comercialización de los productos bajo su vigilancia; así como otorgar el reconocimiento del registro, permiso de importación y exportación.
“Estamos viendo cómo se está fortaleciendo la capacidad de vigilancia y modernización de la unidad a la que le compete autorizar establecimientos y registros de bebidas en nuestro país", aseguró el diputado José Urbina.
La nueva superintendencia asumiría las funciones y atribuciones que por ley tienen el Consejo Superior de Salud Pública, la Dirección Nacional de Medicamentos (DNM), también algunas funciones del ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), así como algunas funciones de la Dirección de Salud Ambiental (Disam) del ministerio de Salud.
El estudio para el aval de la nueva institución contó con la discusión del representante de la DNM, Noe García; con representación del ministerio de Agricultura y Ganadería; y este lunes con la de la Dirección de Salud Ambiental con el representante Fredy Funes.
LEA: Gobierno se encamina a superar la docena de instituciones disueltas
García aseguró a la Asamblea Legislativa que aprobaba la propuesta en tanto a que era “interesante”.
“No afecta a los empresarios, sino que, centraliza las funciones ya establecidas”, aseguró García la semana anterior.
Por su parte, este lunes el representante de la Disam, Fredy Funes, aseguró que desde su instancia se avala la medida en tanto a que no se trata de romper vínculos con las instituciones que tienen competencia en este tema, si no que se está buscando “unir fuerzas para mantener la vigilancia en el mercado”.
Para la Disam, concentrar las funciones en una sola institución ayudará a mantener una vigilancia sanitaria “permanente”.
Esta última institución, aseguró Funes, no desaparecería con la creación de la Superintendencia de Regulación Sanitaria, en tanto que se mantendrían trabajando en otras áreas, siempre enfocados en la prevención de enfermedades.
Un elemento común en estos cambios de instituciones impulsados por el actual Gobierno es el traslado de los recursos a las nuevas entidades, ya sean estos bienes muebles, inmuebles o activos.
“El Ministerio de Agricultura y Ganadería, la Dirección Nacional de Medicamentos y el Ministerio de Salud deberán realizar la transferencia de los activos, consistentes en bienes muebles e inmuebles a favor de la Superintendencia relacionados al cumplimiento de esta ley, incluidos los laboratorios para realizar los análisis a los productos regulados”, señala el artículo 39 del proyecto de la Superintendencia.
También, es común que los consejos directivos de las nuevas entidades estén solo bajo control gubernamental.
Esta nueva Superintendencia tendrá 11 delegados dentro de su consejo, tres más de los que tiene la DNM.
El consejo estará conformado por el superintendente, por un designado de los ministerios de Salud, Economía, Hacienda, Agricultura y Ganadería, un representante del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, uno del Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral, uno de la Administración Nacional de acueductos y Alcantarillados, uno de Defensoría del Consumidor, uno de la Dirección General de Aduanas, y uno de la Universidad de El Salvador.
La medida daría un plazo de 18 meses, tras aprobada la Superintendencia, para la transición e instalación de la misma.