El primer viaje del ferry entre los dos países se realizó el 11 de agosto de 2023. La travesía del barco Blue Way Harmony entre el salvadoreño Puerto La Unión y el costarricense Puerto Caldera hace posible el intercambio entre ambas naciones sin tener que transitar por Nicaragua y Honduras.
Sin embargo, a tres meses de su inicio no termina de zarpar, pues ninguna de sus ocupaciones ha superado el 25 % de su capacidad, incluso, al principio de su lanzamiento hubo ocasiones en las que viajó vacío entre ambas terminales, según transportistas consultados.
Para finales de septiembre, el periódico costarricense La Nación escribió que, según el director ejecutivo de la empresa manejadora del barco, Michael Volks, para entonces la embarcación había movilizado entre un 10 % y un 15 % de su capacidad. Además, debido a la baja demanda tuvieron que reducir de dos a una la frecuencia semanal.
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Según dijo a El Diario de Hoy el presidente de la Asociación de Transporte Internacional de Cargas (ASTIC) de El Salvador, Raúl Alfaro, una de las razones es que el ferry “está mal conceptualizado”, pues opina que realiza un viaje “en paralelo” al que se hace en tierra por un costo mayor y sin un acortamiento del tiempo importante.
Alfaro afirma que el costo puede ser inasumible para algunas empresas productoras, pues deben pagar $900 para conducir las mercancías, por ejemplo, del centro de El Salvador hacia el puerto de La Unión y del de Calderas a San José, en Costa Rica. A eso hay que sumarle la tarifa del propio ferry, que va de $1,145 a $1,360, dependiendo del tipo de vehículo.
“Eso le sube los costos a más de $2,000, cuando el costo por tierra es de $600 menos”
Raúl Alfaro, presidente de la Asociación de Transporte Internacional de Cargas (ASTIC).
El ferry no está siendo usado como se esperaba en ninguno de los dos países, y eso que desde ambos gobiernos y el sector empresarial organizado se han hecho esfuerzos para que los empresarios lo empiecen a utilizar.
El ferry entre El Salvador y Costa Rica es una idea que había sido recurrente en la región, sobre todo en aquellas ocasiones en las que se cerraba el paso por Nicaragua.
El medio nicaragüense Confidencial hizo eco de algunas declaraciones de autoridades costarricenses. La Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR), por ejemplo, invita abiertamente a sus usuarios a que consideren la opción del ferry.
“Desde la cámara, nosotros hemos instado al comercio a que trate de utilizar el ferry porque no podemos estar sujetos a que eventualmente, por alguna razón, se cierre la frontera con Nicaragua y nos afecte a nosotros”, explicó Roxana Sosa Ortiz, directora de la Comisión de Aduanas y Logística de la CCCR.
“Instamos a que la gente trate de utilizar el ferry, porque hoy puede ser que Nicaragua esté muy cooperadora, pero eventualmente podemos tener una reacción por equis razón y nos quedaríamos aislados del norte de Centroamérica, si no pueden pasar los furgones para llevar los productos”, reiteró la funcionaria costarricense para Confidencial.
Invitaciones parecidas se han hecho desde la salvadoreña Corporación de Exportadores de El Salvador (COEXPORT). En su página web publicó que el recorrido de un furgón vía terrestre es en promedio 100 horas, mientras que con el ferry el trayecto es de 24 horas. “Coexport considera que para un empresario no hay nada peor que tener una mercancía rodando”, colgó la entidad.
Raúl Alfaro, de ASTIC, ha sido uno de los principales críticos del ferry, al que ve como una “competencia” de los transportistas. Cree que el único ganador de la apuesta es el gobierno de El Salvador, que le puede encontrar “algún tipo de uso al Puerto de La Unión”, ocioso durante años a falta de una empresa que asuma su manejo.
Sin embargo, la de Alfaro no es la opinión de todos los empresarios del rubro. El salvadoreño Sidex Payyss, quien está al frente de la empresa RGT, con presencia en los cinco países de la región y en México, considera que, a pesar de que el inicio de las operaciones del ferry ha sido lento, es cuestión de que los usuarios de ambos países se adapten a una nueva forma de transporte multimodal, ya que combina el transporte por tierra y mar.
“Es una cuestión cultural. Quien debe comenzar a aprovecharlo para su negocio es el transportista, como una herramienta más. El ferry no es el enemigo”,
Sidex Payyss, representante de la empresa de transportes RGT.
“Es una cuestión cultural. Quien debe comenzar a aprovecharlo para su negocio es el transportista, como una herramienta más. El ferry no es el enemigo”, comentó a El Diario de Hoy.
Para Payyss, esta opción “no es para todo el mundo”, sino solo para las empresas “más estructuradas”, con equipos bien coordinados. La empresa de Payyss es una usuaria habitual del barco y nada menos el jueves pasado mandó una decena de contenedores. El empresario afirma que la tarifas pueden ser menores si una empresa manda grandes volúmenes. “Todo es cuestión de oferta y demanda”, dijo.