Hay principios “fundamentales”, que por ser “fundamentales”, deben ser reconocidos y asumidos como “fundamentales”, y estar consciente, que cuando se irrespetan, al final siempre se vuelven contra quien los irrespetó y las consecuencias nos incumben a todos.
Empezando por el irrespeto a los parámetros fundamentales de la tierra como nuestro hogar. En el siguiente link de la revista “BioScience”: https://academic.oup.com/bioscience/advance-article/doi/10.1093/biosci/biad080/7319571 explican que la comunidad de 15.000 científicos avisan que la tierra ha entrado en un territorio inexplorado. Concluyen que 20 de los 35 “signos vitales” de la vida en el planeta se encuentran en niveles nunca vistos en la historia de la humanidad. Exponen que la temperatura media global del pasado mes de julio fue, posiblemente, la más alta de los últimos 100.000 años. En 2023 hubo calor extremo, grandes incendios forestales e inundaciones catastróficas. Tanto es así, que los científicos han actualizado la “Advertencia sobre una emergencia climática”. Analizan las constantes vitales del planeta, en parámetros como la población mundial, el aumento del nivel del mar, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera y la tasa de deforestación de la Amazonia, que tuvieron niveles inéditos, y la temperatura global, en los 38 días de calor, superó en un grado y medio el calentamiento sobre los niveles preindustriales, que en términos climáticos es una cifra extrema. La gran preocupación, es que en lugar de un cambio lineal y gradual, hubo un cambio abrupto en muchas variables simultáneamente. Las consecuencias, serán más graves de las que conocemos…
Otro principio fundamental de la vida de los seres vivos que poblamos la Tierra por millones de años, es que los géneros, en los humanos y los animales, son solo dos, el masculino y el femenino. Un ser humano, o es varón o es hembra. Y tanto cuando viene al mundo, como cuando se va, fue varón o fue hembra.
Y con las leyes fundamentales, las constituciones políticas de los países, que regulan la convivencia en paz entre los ciudadanos, la separación de poderes, la soberanía nacional, otorgan y garantizan la nacionalidad, los derechos y deberes de sus ciudadanos, cómo se debe administrar por lo gobernantes electos y asignados en los períodos previstos, las funciones de cada uno de los poderes y los límites del territorio, también por ser leyes fundamentales y haberlas jurado frente a sí mismo, jurado frente a Dios, con la mano sobre la Biblia, adquiriendo el compromiso frente al pueblo y la patria de respetarlas y defenderlas, es recomendable respetarle.
Actuar contra la vida de otras personas también es irrespetar lo fundamental en todas las leyes del mundo, ninguna permite y perdona matar. Por eso, las leyes juzgan y condenan a los que matan a otros. Y lo confirma la Biblia que enseña y advierte con las palabras de Jesucristo, que “Los que a hierro matan a hierro mueren”.
Actuar en contra de lo fundamental de las leyes y las fuerzas naturales termina siempre en desgracia. Cuando alguien cruza una corriente caudalosa obviando su fuerza de arrastre, la corriente lo arrastra y sufre las consecuencias.
Y por último, actuar contra lo fundamental de las leyes de la física, también termina mal. Si alguien con su vehículo, toma una curva a mayor velocidad, de la que permite la relación, masa, velocidad y radio de la curva, incrementa la fuerza centrífuga que lo expulsa de la carretera y tiene un accidente.
Así funcionan las leyes fundamentales. Actuar contra lo fundamental, con la Tierra, la naturaleza humana, la constitución, la vida, las fuerzas de la naturaleza y la física, nunca termina bien.
Lo fundamental siempre fue, es y será fundamental.