Los problemas se le acumulan al deporte rey en el país. Tras la mala organización de calendarios por empezar tarde el torneo de Primera, le ha llovido sobre mojado a los jugadores en varios clubes a donde ha habido retraso en los pagos de salarios.
Pero no es un caso aislado, y mucho menos algo que ocurra hace poco. Es un problema estructural que se viene denunciando torneo tras torneo, año tras año, década tras década sin que nadie pueda ordenar las cosas y elevar la administración deportiva.
La Comisión de Regularización de la Federación Salvadoreña de Fútbol, encabezada por Humberto Sáenz Marinero, brindó licencias transitorias para los equipos para que pudieran disputar los torneos, al no tener estos resueltos todos los puntos que demanda FIFA para el fútbol profesional. Debían irlos cumpliendo y serían examinados al azar cada tanto. Además, si reciben demandas al respecto, como por impagos de salarios, y si esto no lo resolvían, los equipos descenderían.
Las "amenazas", o más bien, el llamado a cumplir lo establecido con orden y seriedad no ha bastado en el fútbol nacinoal para que las directivas se pongan serias.
En Santa Tecla, por ejemplo, se conoció en los últimos días que han abandonado al jugador Steven Eduardo Paniagua Guardado, un juvenil promovido al primer equipo que fue lesionado en una entrada de Juan Carlos Portillo, de Alianza, de la rodilla derecha.
Ya va para tres meses la situación, pues ocurrió el 27 de agosto por la cuarta fecha del torneo. Sin embargo, la directiva, según denuncias, ni siquiera le contesta ya las llamadas al chico, que necesita cirugía.
Tecleños de Corazón, una barra organizada, hizo un préstamo bancario para que lo operaran ($3,500 fue el costo) y está juntando para ir pagando las cuotas.
En FAS, acaban de denunciar impagos de salarios del mes de octubre, falta de insumos para el cuerpo médico, irregulariades en cumplimientos de contratos para los jugadores que no viven en Santa Ana.
En varios equipos de Primera, además, ya hubo denuncias de este tipo semanas atrás. Y la situación es peor ne la medida en que se desciende hacia la Segunda División o Tercera.
En Segunda, el Topiltzín está bajo la amenaza de desaparecer debido a la falta de pagos, y El Roble acaba de ser demandado también por el imcumplimiento de salarios.
Cabe recordar que AD Chalatenango, en la temporada pasada, perdió la categoría de Segunda División (descendió de Primera en lo deportivo) por los impagos salariales.
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