El paso de la tormenta tropical Pilar afectó a los cultivos en El Salvador de manera importante: hasta un 13 % de todo el frijol proyectado para este año se perdió con las lluvias y el viento hasta este jueves 2 de noviembre. Según la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO), para 2023, la producción esperada para este grano era de 2.02 millones de quintales. El paso del fenómeno meteorológico acabó con 202,350 en apenas unos días de incidencia.
“Podrían registrarse aún más pérdidas, pues hay sectores en el país que continúan inundados, como en el sur de San Miguel, y el viento también afecta al frijol, que ya está maduro, por lo que el grano es bien vulnerable a caídas”, comentó Mateo Rendón, coordinador nacional de la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena. Otro porcentaje podría malograrse debido a hongos y enfermedades potenciados por la humedad.
Hasta un 75 % del frijol se siembra entre agosto y septiembre para cosechar entre noviembre y diciembre. Por ello, este grano no había sido tan afectado por la incidencia de El Niño, que dejó un periodo de sequía entre julio y agosto. En ese lapso, el porcentaje afectado había sido del 1 %, unos 38,000 quintales. Por lo tanto, la pérdida total en todo el año se puede colocar en el 14 %.
El martes, José Montano, agricultor de subsistencia del cantón La Quebrada, en Izalco, temía que sus cultivos de frijoles se perdieran a causa del viento. El recuento de los daños para este viernes es que, de cada 10 tareas sembradas, 6 fueron dañadas.
“La mayoría del frijol está botado. Nosotros podríamos ponerle un palito para enderezarlo, pero eso puede provocar que se seque, como ya se rompió la raíz. Esperamos poder rescatar algo de grano, aunque, si sigue lloviendo, será difícil”, comentó Montano.
Para el diputado de ARENA Mauricio Linares, fue un error no incluir al sector agropecuario en el decreto de Estado de Emergencia Nacional, pues desde el Ejecutivo no se previó que se pudieran producir estas afectaciones. Por ello, hace un llamado a las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para que apoyen a los agricultores de frijol con la entrega de fungicida, lo que puede contribuir a evitar que las plagas hagan más mella a la producción.
“Es llamativo cómo desde el MAG no se han pronunciado por esta situación. Lo esperable es que las autoridades brinden su apoyo para que el problema no se haga todavía más grande”, comentó, por su parte, Luis Treminio, presidente de CAMPO.
El posible aumento de precios del frijol
El frijol ya llegó a un alto precio en el mercado local. Según el último informe diario publicado por el MAG, correspondiente al 31 de octubre, el valor máximo de la libra del frijol de seda debería colocarse en $1.25. Sin embargo, ese precio ya se superó en la realidad, pudiendo llegar a $1.50. Para Treminio, las pérdidas registradas por Pilar no deberían impactar en lo que, actualmente, paga el consumidor, pues los efectos de estas pérdidas se sentirán, realmente, en abril o mayo del 2024.
“Todo aumento de precios actual es pura especulación”, comenta.
El Salvador vive ahora un momento delicado respecto al frijol, pues la mayor parte de este proviene de Nicaragua. Allí, su presidente, el dictador Daniel Ortega, anunció que no se han tenido buenas cosechas y que, por ello, exportarán menos que otros años: primero abastecerán a su reserva estratégica nacional y a su mercado local. Similares problemas ha tenido Honduras, el otro posible proveedor, que declaró una alerta nacional por los estragos de El Niño. Guatemala, el siguiente candidato, produce la variedad negra en un 90 %, que no es consumida tradicionalmente por los salvadoreños.
Una situación parecida se vivió en el país en el bienio de 2011-2012, cuando se produjo escasez del grano a escala regional. En esa ocasión, el país tuvo que recurrir, incluso, a exportaciones de países lejanos, como en el caso de Etiopía, lo que llevó los precios a registros récord para la época.
Las otras afectaciones
Los cultivos de la segunda siembra de maíz (20 % del total del año), plantados entre agosto y septiembre, también resultaron dañados por el paso de Pilar. Según los datos consolidados por CAMPO, fueron 272,850 quintales de maíz, el 2 % de toda la cosecha proyectada para 2023. Puede sonar a poco. Sin embargo, esto viene a sumarse a las pérdidas que ya se habían registrado en meses anteriores como consecuencia de los periodos de sequía, 1.19 millones de quintales, el 8 % del grano que se esperaba para este año.
En términos económicos, CAMPO y la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena calculan que, solo por el paso de la tormenta tropical Pilar, los productores agropecuarios perdieron $22 millones, $15 millones en frijol y $7 millones en maíz. Eso solo tomando en cuenta los costos y la mano de obra.
El café también podría ser uno de los afectados con el paso de Pilar. Si bien desde la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) sostienen que no hubo problemas de inundaciones, lo más probable es que la humedad disperse enfermedades sobre las plantas, como la temida roya, algo que, según Mateo Rendón, de la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena, es casi “incontrolable”.
Ya en octubre, Acafesal alertó de brotes de broca en fincas de Chalatenango, Santa Ana y Morazán, donde un 10 % de los productores se enfrentan a esta plaga.