Raúl Claros no es un salvadoreño común y corriente. De hecho, no nació en El Salvador, sino en Los Ángeles, California, de padre salvadoreño y madre costarricense.
Actualmente es Comisionado de la Ciudad de Los Ángeles y presidente de la fundación Reimaginar Los Ángeles y su similar Reimaginar El Salvador. Su fundación patrocina eventos y operación del Corredor Salvadoreño en Los Ángeles, que pretende ser una conexión con su comunidad y productos nostálgicos, comercial y cultural.
Lo que lo destaca es el hecho de que, a pesar de no haber nacido en la tierra de su padre y resultarle indiferente, se siente salvadoreño como el que más y buscan favorecer a los jóvenes salvadoreños.
Su cargo en la comuna lo convierte en un puente entre 1.2 millones de salvadoreños en Los Ángeles y el gobierno local.
Sus padres son Grace Espinoza, costarricense, y Raúl Claros Mejía, de Usulután, El Salvador.
Su padre estaba estudiando medicina y llegó en 1979 a Los Ángeles empujado por la guerra en El Salvador y en principio se dedicó a vender casetes frente a un restaurante, del cual posteriormente lo contrataron como mesero y posteriormente llegó a ser el gerente.
Sus padres se conocieron en Los Ángeles, se casaron y tuvieron dos hijos, pero se divorciaron posteriormente. Sin embargo, siempre les proveyeron a él y a su hermana sus tradiciones y amor por la raíces centroamericanos.
De adolescente, Raúl recibió una beca y pudo graduarse como maestro de educación física.
Posteriormente, pasó al servicio público, destacando y creando programas como organizador comunitario para los jóvenes latinos y afroamericanos.
Un asambleaísta estadounidense lo contactó, Mike Davis, para seguir fomentando los programas y se reconectó con las raíces salvadoreñas por medio del Corredor Salvadoreño, fundado por Oscar Leví Domínguez.
Posteriormente, lo llamaron para promover la alianza entre latinos y coreanos.
Durante cuatro sirvió como Director Ejecutivo de la Cruz Roja local.
¿“Por qué “Reimaginar”?
“Reimaginar” es “recrear” o “recrear” a El Salvador, a su gente. Por eso le llamaron así a la fundación.
Con la pandemia, en 2020, vieron la necesidad que había apoyo para la comunidad salvadoreña, sobre todo para servicios de salud. Y así surge la idea de crear esta entidad para apoyar a los salvadoreños angelinos y posteriormente a los que viven en esta tierra.
En El Salvador están trabajando en la promoción de becas con el Centro Cultural Salvadoreño Americano, FESA, Centro Cultural Tesak y Museo Tin Marín.
De esa manera han lanzado sendos programas de becas en la enseñanza del idioma inglés para jóvenes de San Salvador y el interior del país.
Su hija nació en Estados Unidos y Claros no duda en querer incorporarla a programas de intercambio cultural y educativo.
Los niños que aprendan inglés pueden tener una oportunidad para educarse y trabajar, incluso en los Estados Unidos.
Los salvadoreños que se fueron desarrollaron su juventud en otros países y están regresando, pero pueden invertir y “reimaginar” o invertir para las nuevas generaciones, considera el connacional.
Raúl Claros agradece a Dios la posición que tiene en el gobierno local de Los Ángeles, no por los privilegios que pudiera tener sino por la oportunidad que tiene de servir a los salvadoreños y latinoamericanos.