Sólo quien ha tenido cáncer o familiares con esa enfermedad entiende las dimensiones de lo complicado que es volver a una vida “normal”. Que Mariana Salazar volviera a competir en una Copa del Mundo apenas al año de su diagnóstico, y cuando aún está en tratamiento, no sólo sorprende, sino que inspira para aquellos que viven momentos duros. Hoy, ya está lista para el Panamericano de Downhill 2023, en Cusco, Perú, del 12 al 15 de octubre. Esto nos contó:
Mariana Salazar volvió a competir tras dejar atrás el cáncer
¿Cómo está su situación, y qué implica competir en el Panamericano?
Como no tenía planeado subirme este año a la bicicleta, no tenía calendario. He ido viviendo el día a día, y pues mi sueño se hizo realidad, subirme a la bici, y poder competir en una Copa del Mundo un año después de la noticia del cáncer. Hablé con la Federación y el INDES, y me apoyan para que pueda ir al Panamericano. Es una competencia que para mí significa muchísimo porque es ahí donde mi carrera deportiva, donde todo comenzó.
Me llena de mucha alegría poder representar a mi país en una competencia de ese nivel, es un gran orgullo. No voy a mentir, no me siento al 100%, sigo bajo tratamiento de hormonoterapia, que me cansa muchísimo, me crea dolores musculares, articulares, y un montón más, pero he estado entrenando, llevando un buen ritmo de entreno y descanso para poder dar lo mejor de mí. Voy súper motivada, creo que puedo lograr hacer algo bien si mi condición física de ese momento está buena, porque tengo altos y bajos, pero voy con todo.
¿Qué sintió al no poder representar al país en San Salvador ’23 por el cáncer?
Cuando me enteré de la fecha de los Juegos Centroamericanos y Caribe me dije ‘tal vez puedo’. Los días, las semanas pasaron y estaba demasiado débil. Además, tenía exámenes muy importantes esa semana, era imposible ir. No fue mi decisión, así que fue relativamente fácil aceptarla, no tenía opción; estaba triste, quería compartir y vivir el momento tan chivo y alegre en mi país.
"Nunca me imaginé poder competir, andar en bici tan pronto. He ido poco a poco probando. Claro, hay cansancio, dolor, pero la felicidad era más fuerte, aunque hay días que tengo que aceptar que no puedo"
Mariana Salazar, ciclista
¿Cómo han sido las sensaciones físicas y emocionales tras volver?
Todos los tratamientos han impactado súper fuerte en mi cuerpo y mi mente. Terminé la radioterapia apenas en junio y, desde ese momento, estoy bajo hormonoterapia, que son pastillas que tengo que tomar por 5 años; lastimosamente tienen una lista bastante larga de efectos secundarios que no son tan fáciles de vivir. Dicho esto, pues sí, mi condición física es bastante variable, hay días que me siento bien, logro entrenar, hacer intensidades, pero hay días que no puedo ni siquiera salir de la casa, caminar. Así que ha sido bastante complicado.
En general, me siento bien, logro entrenar casi a diario. Lo único que debo tener mucho cuidado con la recuperación, así que estoy súper atenta a cómo mi cuerpo reacciona. Si tengo un poco de cansancio, debo parar, alimentarme súper bien, hidratarme, y hacer muchísimo trabajo de respiración porque lo que más me ha estado costando es subir la intensidad cardiaca. En una bajada de Downhill puedo hacer súper bien un pasaje de 30 segundos, o tal vez un minuto, pero el hecho de tener que mantener ese ritmo de 3 a 5 minutos, de verdad me cuesta muchísimo, hasta tengo mareos. Nomás llego a una zona de intensidad 4 o 5, siento que mi rendimiento baja enormemente, dolores musculares, como que si ya no puedo controlar mi cuerpo.
¿Cuál es su diagnóstico actual?
Tuve ya el primer control hace dos meses, no ven nada anormal, pero es pronto decir que todo está bien; normalmente son dos años para poder confirmar que todo esto quedó atrás.
¿Ha recibido ayuda de otro tipo?
Sí, ha sido muy difícil el post tratamiento, psicológicamente y todo eso, sí tengo ayuda, porque sufrí varias crisis de pánico incontrolables, momentos muy complicados, y también he tenido una ayuda energética, me hacen masajes para liberar tensión. El resto del tiempo trato de tener una mentalidad muy positiva, de seguir luchando, levantándome y buscando la manera de hacer lo que me gusta. Ya empecé a trabajar, lo hago desde junio, 20 o 30 horas a la semana, y entreno, y la verdad que me hace un bien, ayuda muchísimo.
¿Qué ha sido lo más duro?
No entro mucho en detalles, se me quiebra un poco la voz porque sí es bastante, emociones encontradas, pero siempre mi luz es estar positiva.
¿Qué mensaje le da a los cuscatlecos?
Primero, estar atento a su cuerpo, a escucharlo porque a veces dejamos todo p ara después, y es nuestra salud. La actividad física para mí es el mejor medicamento, es lo que me ha salvado mental y físicamente, porque me ayuda a drenar y a sacar todos los medicamentos, y mentalmente me ha hecho un bien impresionante.
Mi consejo es entrar en una rutina de movimiento, no quedarse encerrado, porque el peor enemigo es la soledad. Los invito a levantarse de cama, probar dar al menos 5 pasos, respirar en la naturaleza, eso llena de fuerzas. Hace meses, soñaba con poder volver a montar bici, sobrevivir al cáncer era obviamente lo más importante. Hoy ya no sólo es una realidad la bici, sino que ya compitió y ahora va a representar al país…
“No voy a mentir, no me siento al 100%, sigo bajo tratamiento, pero he estado entrenando para dar lo mejor de mí. Creo poder lograr hacer algo bueno"
Mariana Salazar, ciclista
¿Cuáles son los sueños futuros?
Nunca me imaginé poder competir, andar en bicicleta tan pronto, para mí también fue como sorpresa. Hubo unas semanas en las que me empecé a sentir bien, y dije ‘quiero probar’. Lo hice y me sentí bien, tuve buenas sensaciones, claro cansancio y todo, pero la emoción, la felicidad de poder practicar era mucho más fuerte que todos los dolores y todo el cansancio. Así he ido, poco a poco. Hay días que no puedo andar en bici, y tengo que aceptarlo.
Y hay otros días que intento, y me dijo, ‘si te sentís mal, parás, sin estrés, sin presión’. Así fue como he ido poco a poco, probando de todo, correr, nada, hacer downhill.
Sus metas para el Panamericano…
Es bastante difícil ponerme una meta, o imaginarme algo en este momento porque no sé cómo voy a reaccionar, cómo mi cuerpo se va a sentir en esa pista. Es una pista muy alta, creo que la partida está como a 4 mil metros de altitud. Voy a descubrir poco a poco cómo mi cuerpo reacciona. Pero he hecho pruebas, he entrenado, así que me siento relativamente fuerte comparada a cómo estuve a principio de año bajo los tratamientos. Voy con mente de competidora, con ganas de subirme al podio, o quien sabe, tal vez poder ganar otro oro panamericano. Pero tengo que aceptar que no voy en las condiciones.
Aún más difícil poder pensar en un futuro, porque de verdad lo que he hecho este tiempo es el día a día, y aunque es difícil tengo que aceptar no poder planear mi carrera deportiva, simplemente trato ahora de no pensar, sino de disfrutar cada entreno, cada competencia, y ver poco a poco cómo va todo fluyendo.
¿Se ve como inspiración para otros?
Nunca me he visto como una persona que pueda inspirar a los demás. Pero sí me ha llenado muchísimo el corazón saber que he podido motivar o inspirar a personas a través de mi carrera deportiva, o a veces mi personalidad, no sé. Bueno, he recibido muchísimos mensajes que me han ayudado a sobrepasar todas mis etapas, de caídas, de enfermedades, de problemas de la vida en general. Y el hecho de sentir ese apoyo de los demás también ayuda muchísimo a crecer y a sobrepasar todas estas etapas.