En las comunidades La Bolsa, Las Palmeras, la Ivu y la Militar, todas de Puerto El Triunfo, sus habitantes viven con dos temores: un jefe militar capturado a inicios de abril de este año por delitos sexuales no está preso, afirman, y temen que arrecien los operativos y haya más capturas arbitrarias que incluya a mujeres que se atrevieron a denunciar al oficial.
A principios de abril de este año, el capitán de corbeta (equivalente a mayor en el Ejército y Fuerza Aérea), José Edid Cortez Henríquez, fue capturado en el marco de la “Operación Valentina”, en la cual arrestaron a 232 agresores sexuales, según informó la Fiscalía General de la República (FGR) y el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, en sus redes sociales.
Cortez Henríquez ha dejado una estela de malos recuerdos y una buena cantidad de personas capturadas bajo el régimen de excepción pero que, según sus familiares, fueron arrestos arbitrarios, algunos de los cuales, simplemente por capricho del militar al no conseguir, supuestamente, sus pretensiones sexuales con algunas mujeres.
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El Diario de Hoy hizo una indagación en varias comunidades de Puerto El Triunfo, sobre las acusaciones por las que Cortez Henríquez fue arrestado y, supuestamente, se mantiene bajo proceso judicial. En las tres comunidades mencionadas abundan los testimonios de víctimas o familiares de personas afectadas por el jefe militar.
La Bolsa es una comunidad de casas apretujadas unas contra otras y de angostos pasillos sucios, en vez de pasajes o calles. Muchas de las viviendas están hechas de láminas viejas con pisos de tierra y, en algunas, los muebles son objetos reciclados, como por ejemplo, un cajón de refrigerador puede ser una mesa.
Algunas champas de esta comunidad están a escasos cinco metros del nivel máximo del agua cuando la marea está alta. Quienes viven en estas casas deben respirar un olor a podrido cuando el agua se retira, es decir, cuando baja la marea.
Las Palmeras y La Militar son lotificaciones con calles más anchas pero de tierra y con muchos charcos debido a que no cuentan con sistema de alcantarillado.
En esas comunidades hay vestigios de grafitis de la pandilla 18. Sus habitantes aseguran que antes del régimen, esa agrupación criminal era la que controlaba. Por estar a poca distancia, el lugar podría llamarse el patio trasero de la capitanía de la Marina Nacional y el puesto de la Policía Nacional Civil (PNC).
En esas tres comunidades, sobre todo, muchas personas no tienen buenos recuerdos del capitán Cortez Henríquez.
Allí la gente habla en voz baja de él y sus desmanes contra gente que no tenía ninguna vinculación con pandillas, cuyo “delito” fue vivir en territorio controlado por un grupo criminal.
"Aquí hay bastantes muchachas a las que acosó"
En esas comunidades abundan los casos de mujeres asegura haber sido acosadas por Cortez Henríquez. De acuerdo a vecinos de esa comunidad, algunas cedieron a los caprichos sexuales del militar, otras que se resistieron fueron capturadas bajo cargos de colaborar con pandilleros, y la osadía de otras la pagaron sus maridos, al parecer, apresados por el capitán.
“Aquí ese capitán hizo y deshizo. Allí enfrente de la iglesia evangélica (de La Bolsa) vivían tres muchachas que tenían tatuajes pero no eran pandilleras. El capitán les exigía favores sexuales pero quizá no logró nada y ahora están presas”, afirmó un lugareño.
El Diario de Hoy quiso comprobrar la detención de dos de esas mujeres, sin embargo, la familia se negó a hablar del caso.
Y es que en La Bolsa, como en Las Palmeras y La Militar persiste el temor de que los militares tomen venganza por las denuncias que dos mujeres se atrevieron a hacer.
Habitantes de esas comunidades aseguran que Cortez Henríquez no está preso. Eso aumenta el temor.
Fuentes militares de El Diario de Hoy, que hablaron a condición del anonimato, indicaron que Cortez Henríquez está “arrestado” en una instalación militar de la cual suele salir cuando quiere.
El Diario de Hoy quiso conocer la situación jurídica del jefe militar, para lo cual acudió al Juzgado de Paz de Puerto El Triunfo, sin embargo, negaron cualquier información alegando que el proceso judicial tiene reserva total.
Otro tanto se hizo ante la Fiscalía General de la República para corroborar si el militar estaba detenido, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
“Aquí hay bastantes muchachas a las que acosó. Los esposos de algunas se los llevó presos porque ellas no quisieron hacerle caso”, afirmó una vecina de La Bolsa.
“Había muchachas de 13, 14 años que él se las llevaba para donde quería, pero aunque las encuentre no le van a decir nada porque tienen miedo. Aquí se dice que él anda libre y por eso la gente tiene miedo”, detalló la misma fuente.
“Muchachas de 13 años las metía a donde quería; y no solo él sino todos los que estaban con él actuaban así. Gracias a Dios a todos los cambiaron”, afirmó una mujer de la tercera edad.
“Aquí no solo el capitán era así. El jefe de la policía también extorsionaba con dinero o cosas materiales y acosaba sexualmente. Amenazaba a las víctimas que si no le daban lo que pedía se iba a llevar a los maridos. Era un señor chele, alto, ojos claros”, explicó un vecino de Las Palmeras.
“El señor (militar) era bien hipócrita. Dios le bendiga, le decía a uno como saludo cuando se lo encontraba, pero era el mismo diablo”, añadió el informante.
“En donde sí hubo más muchachas víctimas de él es en la (colonia) Militar. Allí de 13, 14 y 15 hay muchas, pero le va a ser difícil que acepten por el mismo miedo”, indicó una anciana cuyo hijo, a quien describe como pescador y como el único que le ayudaba económicamente, está preso bajo el régimen.
“Esto no hubiera pasado si hubieras cedido”
A Cortez Henríquez lo denunció una mujer de la colonia Las Palmeras. Fue por esa denuncia que lo capturaron. Eso afirman varios lugareños. De no haber sido denunciado el chantaje sexual aún continuaría.
En la colonia Las Palmeras y Militar, la gente se atreve a hablar un poco más del acoso que sufrían sus hijas o nietas.
El caso de Johana, de 13 años, es tan solo uno. Esta adolescente fue capturada en junio de 2022, por no aceptar - supuestamente - las pretensiones sexuales del militar.
Por ser menor de edad recuperó pronto su libertad, según refiere una de sus familiares, para quien el hecho de que haya sido liberada es una prueba de que no tenía vínculos con pandillas, como falsamente lo hizo ver el militar.
Pero, como varias víctimas de acoso sexual por parte del militar, Johana ya no vive en Las Palmeras. Se mudó otro lugar, por temor.
Karla V. es otro caso. Ella aún está detenida porque, a diferencia de Johana, recién había cumplido los 18 años. Lo afirman algunos de sus vecinos.
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De la misma colonia Las Palmeras, dos mujeres jóvenes decidieron emigrar para México, según refieren familiares, debido al acoso sexual constante del militar y al temor de que las capturara en represalia a su resistencia.
Lisset es otro caso. Su marido lleva más de un año encarcelado sin ser pandillero, asegura.
Lisset afirmó que su compañero de vida está detenido desde principios de junio de 2022, debido a que ella se negó a tener relaciones con Cortez Henríquez.
“Si hubieras cedido esto no hubiera pasado”, afirma Lisset que le manifestó el capitán el día que llegó a arrestar a su compañero de vida.
- Las identidades de las entrevistadas fueron cambiadas para preservar su seguridad, a pesar de que algunas dijeron que no importaba que se les identificara con sus propios nombres y apellidos.