Las celebridades siempre son asociadas a la fama y el dinero, sin embargo eso no las exime de atravesar dolorosas situaciones como el resto de la gente. Tal como es el caso del exitoso productor y comediante mexicano, Jorge Ortiz de Pinedo quien recientemente habló sobre una tragedia que marcó su vida.
Más de 30 años han pasado de aquel fatídico hecho en el que Ortiz perdió a su madre y hermana. Ambas se abordaron un avión que de Atenas se dirigía a Egipto, pero nunca llegaron a su destino.
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El comediante relató que fue un regalo que le hizo a ambas. Desafortunadamente el viaje turístico se convirtió en tragedia. La madre y hermana fueron víctimas de un acto terrorista cuando secuestraron el avión 648 del Egypt Air, en el que ellas iban.
Según detalló de Pinedo, en entrevista con Matilde Obregón, los terroristas ordenaron a los pilotos redireccionar el vuelo a Libia.
"Los guardias trataron de defender el avión, se arma una balacera y ventanas se rompen. Los secuestradores querían ir a Libia. Luego de no ser recibidos en ningún aeropuerto, en la noche se aterrizó en Malta en donde nadie quiso darles gas para continuar el viaje", contó.
Aunque las autoridades intentaron negociar, la situación se complicó y fracasaron. Los secuestradores quienes habían aceptado liberar a las mujeres árabes, se percataron que una judía se infiltró entre ellas por lo que reaccionaron de forma violenta acabando con la vida de la mujer. En respuesta el comando egipcio trató de entrar al avión usando bombas, eso desató una balacera y un incendio.
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"Los terroristas respondieron con bombas. De los 90 y tantos pasajeros, 80 murieron, entre ellos mi madre y mi hermana. Cuando yo me enteré estaba haciendo una obra de teatro, cuando me dan la noticia yo empiezo a hablar a Tv Azteca pero la noticia aún era muy vaga", dijo Jorge.
Lo más terrible, recuerda el mexicano, fue cuando tuvo qu eir a reconocer los cuerpos de su madre y hermana. La escena era demoledora, las víctimas habían muerto calcinadas, otras tenían impactos de balas y unas murieron asfixiadas.
“Esto se convierte en un infierno. De los noventa y tantos pasajeros, 80 murieron, entre ellas mi madre y mi hermana. Es algo que no se lo deseo a nadie. No lo puedo describir. Aunque lo pueda contar no lo puedo comprender (...) la vida tiene que seguir, recordarlos como eran de verdad y por ellos y por los que se quedan, seguir viviendo y seguir amando”, concluyó.