Octubre es el mes dedicado a crear conciencia entre las mujeres de la necesidad de cuidar sus cuerpos, hacerse revisiones médicas en lo posible, aprender a detectar señales de incipientes problemas, vigilar su peso…
Recientemente publicamos una columna del cirujano oncólogo Dr. Rodman López, que revela que el cáncer de mama es el más frecuente en El Salvador. “Los salvadoreños compartimos nuestra vida cotidiana con cerca de unas 4,000 mujeres que padecen cáncer de mama o son sobrevivientes a la enfermedad…”, alertaba.
Pero el cuadro completo implica que los salvadoreños convivimos todos los días con más de veinte mil personas que padecen cáncer o son sobrevivientes de cáncer que necesitan atención, según el especialista.
“Recuerden: El cáncer es un asesino, ¡mata! y a nuestro país lo esta afectando importantemente”, advertía por su parte el cirujano colorrectal Dr. Carlos Emilio Álvarez.
Siendo el mes de la salud, también deben las familias estar alertas sobre lo que toca a sus miembros, desde incipientes problemas de alcoholismo o consumo de drogas, hasta lo referente a la higiene y limpieza en el hogar, pues el desorden afecta la calidad de vida e inclusive perjudica a vecinos y al mismo vecindario.
Hace muchos años en escuelas y colegios se impartían las materias de higiene, moral y cívica, hasta que un par de perversos italianos anularon todas esas valiosas enseñanzas para agruparlas en “sociales”, restando fuerza a esas disciplinas, lo que explica el desparpajo que afecta a muchos salvadoreños y a nuestra sociedad, de que la mayoría de gente en esta tierra creen que “moral” es lo que les beneficia o gusta, “inmoral” lo que les afecta, cayendo en un envilecedor relativismo.
Una persona debe estar pendiente de su salud, pero asimismo observar señales de problemas en el hogar y la parentela más cercana y sus compañeros de trabajo, amigos, vecinos, a lo que se agrega la necesidad que todo cuerpo tiene de hacer ejercicio, de mantener buen peso, de comer sano, de levantarse siempre de la mesa con algo de hambre, de no hartarse hasta reventar.
Un buen amigo, dentista, tuvo problemas en su espalda que le obligaron a pasar un par de semanas en tratamiento, lo que casi evidentemente fueron causados por su enorme barriga.
Nadie puede estar bien y esperar vivir largos años si todo el tiempo, las veinticuatro horas del día, tiene que arrastrar el equivalente de dos o más de las mochilas que carga un legionario en combate.
Los principios morales y la decencia son lo esencial de la civilización
Desde la antigüedad se nos dice “mens sana in corpore sano”, mente sana en cuerpo sano, lo que vale en ambas direcciones: un cuerpo sano contribuye a tener una mente limpia, honesta, propositiva, como asimismo una mente sana es esencial para el bienestar corpóreo.
No encaja en esto, sin embargo, que pueda haber personas sanas de cuerpo y alma en entornos viciados, violentos, depravados, por lo que deben hacerse todos los esfuerzos para que el ambiente de comunidades y vecindarios sean asímismo constructivos y protectores en lo posible de sus miembros.
La decencia, los principios morales, el buen trato entre las personas son lo esencial de pueblos civilizados y del progreso.