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Carta a quienes se creen el cuento de la "guerra contra la corrupción"

No me vengan con el cuento que hasta ahora descubrieron qué clase de pícaro es Juan Pablo Durán. Ellos lo pusieron donde se manejaba el dinero sucio. Les era útil, hasta que se volvió desechable

Por Paolo Luers
Periodista

Amigos:

Cada día se vuelve más absurda y hipócrita la "guerra contra la corrupción", puesta en escena por el régimen Bukele. El último acto de este espectáculo se llama: La caída del villano dispensable. Es la historia de Juan Pablo Durán.

Era evidente que esta "guerra contra la corrupción" no podía ser creíble si sólo era contra la corrupción del pasado. La gente —incluyendo los votantes de Nuevas Ideas— asume que igual existe corrupción en el gobierno actual. Tal vez no tengan claro o no quieren reconocer que hoy la corrupción es peor y más sistemática que antes, pero sienten que existe. El olor a podrido lo indica. Entonces, necesitan sacrificar a alguna de su propia gente. Obviamente a nadie del círculo interno del poder, sino a figuras más periféricas. Por ejemplo, la ‘novia de Soyapango’ y el diputado Erick García. O sea, ladrones de poca monta.

Y luego les toca a algunos "compañeros de viaje", que les han sido útiles, precisamente por su voluntad de hacer el trabajo sucio, pero de repente son desechables. Ejemplo: Alejandro Muyshondt. Y ahora Juan Pablo Durán.

Y ahí realmente se hace evidente lo hipócrita que son. A Alejandro lo trajeron al gobierno, no solo sabiendo que era un loco peligroso, sino porque necesitaban a un loco peligroso para el trabajo sucio. Y luego lo eliminan, como si hasta en ese momento se hubieran dado cuenta quién es.

Y así con Durán. Lo trajeron al gobierno precisamente porque sabían que es bueno para los negocios chucos. Necesitaban a alguien como él para manejar las barbaridades, que hicieron con Bandesal y sus multimillonarios fidecomisos. ¿Quién mejor que un comprobado operador en zonas grises como Juan Pablo Durán para convertir estos fondos para la implementación del Bitcoin y para la recuperación económica luego de la pandemia en la caja de operaciones negras del gobierno? Para administrar un banco como Bandesal no se puede escoger a un banquero escrupuloso.

Cuando lo instalaron en la presidencia de Bandesal, bien sabían quién era Durán. Si no fuera alumno sobresaliente de la escuela de negocios de Enrique Rais, nunca lo hubieran contratado ni Funes, para ponerlo al frente de la Lotería Nacional, ni Bukele, para ponerlo al frente de BANDESAL. Además, ambos presidentes consideraban conveniente tener en su gobierno a alguien de confianza de Raís – y Durán era el más indicado. En el caso del gobierno actual, vino en dupla con Carolina Recinos.

Ante estas "cualidades" de Durán, ni a Funes ni a Bukele les robaban el sueño los antecedentes que tenía Durán de abusador de mujeres, que tuvieron la mala suerte de trabajar con él. Cuando era jefe de la bancada del PDC, el partido lo terminó desbancando y expulsando –no porque haya tratado de hacer un golpe de Estado a Rodolfo Parker, sino porque había abusado de una empleada de la fracción.

Por la misma razón tuvo que despedirlo Funes –no por los fraudes que había cometido en la Lotería Nacional, donde milagrosamente ganaron jugosos premios personas vinculadas a Durán, sino otra vez por abuso sexual de una empleada. Ya nadie habló de que Durán había logrado algo teóricamente imposible: entregar una empresa de lotería, que tenía monopolio, con un déficit de 1 millón de dólares.

Así que no me vengan con el cuento que hasta ahora descubrieron qué clase de pícaro es Juan Pablo Durán. Ellos lo pusieron donde se manejaba el dinero sucio. Les era útil, hasta que se volvió desechable – tal vez porque había usado con demasiada desfachatez para su propio beneficio los mecanismos creados para generar fondos secretos del gobierno. Nunca lo vamos a saber. Y de repente dijeron: Si necesitamos sacrificar a otro peón para que vean que la ‘guerra contra la corrupción’ va pareja contra todos, el candidato ideal es Juan Pablo Durán, porque nadie va a dudar de las acusaciones que le hagamos.

No se coman cuentos.

Saludos,

Paolo Lüers

KEYWORDS

Corrupción Dictadura Las Cartas De Paolo Lüers Opinión

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