La buena noche en el estadio tecleño se combinó bien con el partidazo entre emplumados y albos, a pesar de que no apareció el gol. Un punto para cada uno que mantiene la distancia entre los dos, además de que los migueleños siguen líderes y los albos, invictos, después de nueve jornadas.
Mientras en lo administrativo pareció una decisión acertada traerse la localía del Barraza, a Las Delicias, por el buen número de aficionados; era de esperar si en lo deportivo sería igual.
En Santa Rosa, la lluvia suspendió el Limeño vs. FAS
Al terreno de juego se acomodaron mejores los albos, que esta vez salieron de rosa. Aunque los migueleños jugaban por tercera vez en este escenario, luego de los dos compromisos de Copa Centroamericana, parecía un terreno desconocido y les costó, tanto controlar la pelota como para pasarla.
La dinámica del partido fue pareja, muy pausada por las constantes faltas que se cometieron y que increíblemente, en la primera parte, solo se convirtieron en dos amonestaciones: a Juan Carlos Portillo, por los albos, y Carlos Pimienta. Le quedó grande el partido al central Elmer Martínez, a pesar de ser uno de los experimentados en el arbitraje de esta categoría.
El duelo fue muy estratégico, con un planteamiento 4-3-3 que planteó Ernesto Corti, con tres jugadores de marca en el centro. Mientras Milton Meléndez mantuvo su tradicional 4-2-3-1. Se detectaron algunas marcas personales, por ejemplo a Dixon Rivas y Santos Ortiz, los carrileros, además de Carlos Salazar, el goleado. En el otro lado, Michel Mercado y Marvin Monterroza mantuvieron una sombra.
Era el encuentro de los ex, comenzando con Alex Larín, quien el torneo pasado vestía con los colores de los paquidermos y fue dado de baja. También lo fue para el colombiano Duvier Riascos, quien llegó de cambio, y enfrento a los aliancistas, para quien llegó, fue campeón y máximo goleador en el torneo Apertura 2021.
El primer tiempo terminó empatado a cero, pero con los paquidermos un poco más insistente, con el tiro de media distancia, que una vez exigió al portero Víctor García, a quien también dos veces intentaron sorprender con el disparo desde fuera del área.
Por su parte, Mario González mostró muy buena seguridad en los balones aéreos, luego de tiros libres que se convirtieron en centros, por parte de Larín, de donde derivó las aproximaciones aguiluchas.
Cerrados
A la segunda parte, los dos equipos entraron con el mismo once que iniciaron. Aunque al inicio esto mantuvo la misma dinámica (pareja) fue mejorando poco a poco, al mismo tiempo que los equipos decidieron arriesgar más adelante.
Sin embargo, las ocasiones claras a gol fueron escasas. La mejor, la tuvo Dixon Rivas, con un cabezazo que se fue sobre la portería (56').
Los aficionados se mostraban más emocionados, nerviosos, ansiosos. A estas alturas ya se sabían los resultados de los demás compromisos y hacían números para saber que representaría en la tabla.
A los 68', tras un tiro de esquina, Jacobo fue a buscar el cabezazo. La pelota, entre el manotazo de García y el poste, quedó suelta y sin ningún rematador paquidermo. La respuesta de los migueleños llegó a los 76', después de un tiro libre, que Dixon Rivas remató, definió, pero en posición adelantada y por ello fue anulada la anotación, que muchos celebraron.
Llamativamente, los cambios aparecieron a partir de los 75 minutos, cada equipo buscando oxigenar ciertas áreas, pero sin modificar el planteamiento, con el que proponían y controlaban al rival.
Al final, el invitado especial no llegó. El gol fue lo único que hizo falta en un partido que cumplió con las expectativas. Pero también el empate se puede considerar un resultado justo. Ahora, los dos tendrán un breve descanso para planificar el siguiente partido. Los aliancistas regresando a Sonsonate para recibir al Metapán y los migueleños deberán visitar a FAS, en el Quiteño.