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Carta a los estudiantes: Despierten, Nicaragua está a la vuelta

Ustedes tal vez van a decir: “Esto es Nicaragua, es una dictadura y Ortega está loco, esto no puede pasar en El Salvador”. No estén tan seguros, jóvenes. En nuestro país gobierna Nayib Bukele. No sé si califica como loco, pero ciertamente ya ha hecho bastantes cosas locas –y muchos lo califican de ser excesivamente egocéntrico, paranoico y excéntrico. Un hombre que marcha a la cabeza de tropas de asalto a la sede de la Asamblea Legislativa para ocuparla y para imponer que le aprueben un préstamo, igual podrá mandar a ocupar una universidad, si tanto le molesta el espíritu crítico e independiente de esta casa de estudios.

Por Paolo Luers
Periodista

Amigos:

Ustedes están estudiando en alguna universidad privada: medicina, derecho, ingeniería o lo que sea. Imagínense que algún día van a la universidad y encuentran el portón cerrado y el campus ocupado por policías y soldados. No dejan entrar a nadie. Se enteran de que las autoridades de su universidad han sido removidas por orden de la fiscalía, igual que sus profesores. El gobierno ha confiscado -o sea, expropiado, o más bien robado- la universidad, con todos sus bienes, edificios, libros y cuentas bancarias.

Tú estás a la mitad del último año, pagaste todas las cuotas y sólo te faltan unos pocos meses y los exámenes para graduarte. Te quedan pocas opciones: esperar que el gobierno logre contratar nuevos profesores, que a saber qué calificaciones tienen; que el gobierno decida qué va a pasar con tus cuotas pagadas; y que finalmente vuelva a habilitar la universidad, las clases, los trámites, los exámenes. Todo esto, si el gobierno decide rehabilitar la universidad, en vez de convertirla en, digamos, escuela militar... Y si es que algún día puedan seguir estudiando en la misma universidad, que ya no se llamaría UCA, sería en un ambiente en el cual ya no existe la libertad de expresión y la diversidad de pensamientos. Porque de esto se trata con las confiscación de universidades.

Tu otra opción sería buscar otra universidad, que todavía funciona y esté dispuesta de inscribirte; solicitar que te reconozcan todas clases y exámenes (si es que logras sacar tus expedientes de la universidad militarizada...); pagar nuevamente la cuota – y con suerte te podrás graduar.

Tu tercera opción es decidir que en tu país ya no hay futuro, dado que ya están robándose universidades, y ver cómo puedes ir al extranjero – y tal vez, en unos años, lograr graduarte. O si no, trabajar para Uber.

Ustedes van a decirme que es imposible que esto pase, porque sería ilegal. Tienen razón, es ilegal e inconstitucional. Pero están equivocados: Claro que puede pasar. Acaba de pasar en Nicaragua, donde fue expropiada la universidad más prestigiosa, la UCA, universidad jesuita hermana de la UCA salvadoreña, donde muchos de ustedes estudian. Hasta sacaron a los padres jesuitas de su residencia, sin permitirles sacar un solo libro. Unos 6 mil estudiantes de la UCA Managua -muchachos y muchachas con exactamente las mismas aspiraciones académicas y profesionales como ustedes- andan ahora viendo qué hacer con su vida. Y no son los únicos: El gobierno de Ortega y su bruja Rosario ha confiscado en los últimos dos años 26 (¡veintiséis!) universidades privadas. Sus 37 mil estudiantes han sido obligados a emigrar, a buscar cupo en otras universidades, que todavía no han sido asaltadas por el gobierno, o de supeditarse a una educación controlada por el gobierno – en instituciones que ni siquiera gozan de la precaria autonomía de la Universidad Nacional de Nicaragua.

Ustedes tal vez van a decir: “Esto es Nicaragua, es una dictadura y Ortega está loco, esto no puede pasar en El Salvador”. No estén tan seguros, jóvenes. En nuestro país gobierna Nayib Bukele. No sé si califica como loco, pero ciertamente ya ha hecho bastantes cosas locas –y muchos lo califican de ser excesivamente egocéntrico, paranoico y excéntrico. Un hombre que marcha a la cabeza de tropas de asalto a la sede de la Asamblea Legislativa para ocuparla y para imponer que le aprueben un préstamo, igual podrá mandar a ocupar una universidad, si tanto le molesta el espíritu crítico e independiente de esta casa de estudios.

El hombre mandó a remover en una noche, de un solo golpe y sin ningún debido proceso, a la Sala de lo Constitucional, porque le estaba haciendo estorbo en su afán de tomar el control total del Estado, y al Fiscal General de la República, porque estaba investigando casos de corrupción en su gobierno. ¿Tienen alguna duda que será capaz de remover a las autoridades de una universidad privada?

Ustedes dirán: Pero esto sería inconstitucional. Y el presidente de la República les diría: “¿¡Y qué!?” Y tendría razón: Luego de ocupar militarmente la Asamblea; luego de remover a todos los magistrados, jueces y fiscales, que no sean fiel a él; luego de lanzarse a la reelección presidencial, aunque la Constitución la prohíbe, ¿ustedes creen que la Constitución es un obstáculo?

Sean realistas, jóvenes, y no se dejen engañar. Si este presidente logra su reelección, el país ya no será seguro para nadie que no esté dispuesto de dejarse lavar el coco y callarse para siempre.

Saludos,

Paolo Lüers

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