Con la presentación de “La Cenicienta”, la Compañía Ballet El Salvador rindió un homenaje de ensueño a la recordada maestra Alcira Alonso, quien falleció el pasado 26 de julio, a los 95 años.
Fue en la función del viernes 19 de agosto, en el Teatro Nacional de San Salvador, que se dieron cita decenas de personas, entre ellos varios invitados especiales, para disfrutar del vistoso espectáculo y honrar la memoria de la reconocida bailarina argentina que por más de seis décadas hizo de El Salvador su segunda patria.
Previo al espectáculo, basado en el cuento clásico de Charles Perrault, el embajador de Argentina en El Salvador, Rubén Ruffi, dedicó unas sentidas palabras a su compatriota. En su discurso, el diplomático destacó muchas de las cualidades de la maestra y enalteció su valioso legado artístico.
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“Dos terceras partes de la vida de la maestra Alonso estuvieron íntimamente relacionadas con El Salvador. Si hablamos de estudio, si hablamos de la Escuela, de la Fundación, del cuerpo de ballet, de la Escuela Municipal, del Ballet Folclórico siempre tenemos un hilo conductor, que es la pasión de la maestra Alonso hacia la formación de nuevas generaciones de artistas, de maestros y bailarines”, expresó Ruffi ante el público.
En su discurso, y haciendo gala de su sensibilidad artística, el embajador también hizo una analogía entre el personaje de la Cenicienta con la vida de la recordada bailarina, así como la del “Hada del destino” con el país que la abrazó desde que llegó en 1961.
“El Salvador es el Hada Madrina de Alcira y le cumplió dos deseos: el primero fue su compañero de vida, el amor de su vida, también una persona muy comprometida con el arte, como fue don Enrique Salaverría”, expresó el diplomático. “La segunda cuestión que esta tierra le dio a Alcira fue, también como el Hada de los Deseos, un espacio para construir el legado de amor hacia la danza, la pasión hacia la formación y la enseñanza y le permitió ser la única coreógrafa en El Salvador en presentar ballets completos”, añadió.
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Por su parte la ministra de cultura de El Salvador, Mariemm Pleitez, exaltó las cualidades de Alonso.
“Si hay un lugar donde un artista debe ser recordado es en el escenario. Creo que este es el mejor espacio para celebrar la vida de quien fue una gran bailarina, visionaria, tenaz, exigente, constante y persistente que dedicó su vida a formar nuevos talentos en el país y que nos llenó de espectáculos de primer nivel”, comento la titular del Ministerio de Cultura.
Tras el acto protocolario, donde también se hicieron entrega de reconocimientos a los invitados especiales y al director artístico, Orlando López; dio inicio el colorido espectáculo que tuvo como protagonista a la bailarina Mónica Navarro, quien fue acompañada por otros bailarines, entre ellos Lucía Figueroa, en el rol de la madrastra, así como de Marta Castellón y Marcela Meléndez que interpretaron a las fastidiosas, pero también graciosas hermanastras.
En la presentación hubo un derroche de colorido, danza, magia y de nostalgia; en ella, los bailarines recrearon la fantástica historia e hicieron volar la imaginación de los espectadores, quienes se mostraron emocionados y atentos en cada momento.
Esta puesta en escena de “La Cenicienta”, cuya última función será hoy domingo, se basa en la versión que la maestra hizo por primera vez tras su regreso de Australia en los 70 y posteriormente en una producción completa.
Al concluir la función, el director artístico pidió a la concurrencia que aplaudieran durante un minuto para que la gran maestra de la danza clásica los escuchara desde el cielo.