Por Uno de los personajes de la Transfiguración de Cristo es el Profeta Elías, quien se apareció junto a Moisés en el monte Tabor ante la mirada atónita de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, testigos privilegiados del glorioso acontecimiento. “Y en el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: ‘Este es mi Hijo amado; escúchenlo’ ”, refiriéndose a Jesús.
La fiesta del profeta Elías se celebra el 19 de julio.
Los profetas aparecen en el período en el que en Judá, el reino meridional, la vida transcurriría sin complicaciones importantes. Asa y Josefat reinaron pacíficamente de acuerdo con la fe de Jehová.
El diccionario define así la palabra ‘profeta’: “1. Poseedor del don de la profecía. 2. Hombre que por señales o cálculos hechos previamente, con conjetura, predice acontecimientos futuros”.
Como el profeta tiene que ver con la predicción, leamos lo que al respecto escribió el escritor y político italiano Nicolás Maquiavelo (1469-1527 ): “ Yo no sabré dar la razón, pero es un hecho investigado por la historia antigua y moderna, que nunca acontecen grandes desgracias a una ciudad, que antes no haya sido predicho por algunos videntes, o anunciadas por revelaciones, prodigios u otras señales del Cielo”.
Pues bien, volviendo al Profeta Elías, “como profeta, además se recuerda a Abab, gracias a Elías, el delgado servidor de Dios, con ojos de halcón, enemigo acérrimo de Baal. Elías inicia una larga serie de predicadores , cuyos actos o palabras aún brillan como fuego en las páginas de La Biblia”, se lee en la “Nueva Enciclopedia Temática”. Tomo 8. Editorial CUMBRE, México, 1976.
Se sabe que Elías odiaba al indolente Ahab y a su mujer Jezabel, que era muy ambiciosa, astuta, protectora del culto monstruoso de Baal, que exigía sacrificios de niños y era oficiado por sacerdotes gesticulares que se herían a sí mismos con cuchillos en medio del ritual.
Elías tenía conocimiento de que un solo creyente sincero del verdadero Dios podía más que el montón de estos endemoniados. Y en una ocasión memorable los avergonzó ante el público.
La Biblia reseña la prueba del poder de Dios cuando respondió a las oraciones de Elías y envió fuego del cielo sobre su ofrenda y luego la ansiada lluvia, dejando en descrédito a los 450 sacerdote de Baal, que fueron aniquilados de inmediato.
También se le recuerda por el pasaje en que muestra la misericordia de Dios ante la viuda de Sarepta, que estaba resignada a morir junto a su hijo por la sequía y la hambruna.
El profeta Elías se salvó de la hostilidad de Jezabel y de Ahab, y vivió para ver al monarca muerto, traído después de un cruel combate.
Eliseo, discípulo y sucesor de Elías, fue más diplomático y suave en sus métodos, pero no menos devoto del culto de Jehová.
Para lograr sus fines, Eliseo apoyó a Jehú en una revolución contra el sucesor de Ahab . Esta revolución suprimió, al menos momentáneamente, el culto de Baal en Israel. Ni Elías ni Eliseo escribieron sus mensajes, pues su historia fue escrita por otros: estudiantes o escribas.
Una de las frases célebres de Eliseo, viéndose en peligro ante el ejército sirio, fue: “Son más los que están con nosotros que los que están contra nosotros”.
Maestro, sicólogo, gramático.
Aclaración: En mi artículo sobre Carlos Alberto Montaner escribí “loza” en vez de “losa”, cuando digo “Sobre la loza que guarda su última morada”, por lo correcto: “…sobre la losa…”. Pido disculpas.