Los precios a junio de este año de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se mantienen hasta un 29% más altos que en junio de 2021, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística y Censos (ONEC).
Eso sin contar que el salario que recibe la mayoría de los salvadoreños no es suficiente para cubrir el alto costo que tiene la vida, algo dado por indicadores como la inflación o el precio de la CBA.
Y los alimentos mantienen sus altos precios pese a que la inflación ha venido disminuyendo, pues por primera vez desde agosto de 2021, la tasa de inflación interanual cayó a un porcentaje por debajo del 4% en junio, la más baja en dos años.
Es de aclarar que el índice general de inflación está compuesto por varios bienes y servicios, por lo que si algunos bajan también el índice general baja, aunque el de los alimentos continúe alto.
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Según la ONEC, hasta junio, mes en el que se ha registrado la menor tasa de inflación en dos años, la CBA para el sector urbano sobrepasó los $250 por primera vez desde que se tienen registros (2001), mientras que para el sector rural también se mantiene a un costo alto, en $189.
Estas cifras, en general, arrojan que la CBA tanto para las familias del campo como para las de la ciudad ha tenido fuertes aumentos desde 2021, año en el que se disparó la inflación y, en resumen, el aumento equivale a un costo de 23% más alto (+ $47.04) para el área urbana y 29.1% (+ $42.58) para el área rural.
El director ejecutivo del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), Danilo Pérez, señaló recientemente que los aumentos que ha tenido la CBA “han generado en este momento una pérdida del poder adquisitivo de la población salvadoreña”, y que “absolutamente nada indica que los precios vayan a bajar, sino, al contrario podrían mantenerse o incrementar”.
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Varios factores
Economistas consultados recientemente por El Diario de Hoy explicaron cuáles son los motivos por los que la inflación en los alimentos no ha sido paralela al índice general, algo que puede atribuirse a distintos factores que entran en juego.
Por ejemplo, el economista y exvicepresidente del BCR, Otto Boris Rodríguez, señala que una de las principales razones es “la baja capacidad de producción interna (de alimentos), algo que se evidencia con la actividad económica del sector”, a la vez que apunta que “es parte del resultado de una inadecuada política agropecuaria, sin mayor estrategia de reactivación del sector, afectada por las limitaciones de recursos que enfrenta el gobierno”.
Similar opinión tuvo la economista Tatiana Marroquín, quien subrayó que “al momento de analizar la inflación de los alimentos hay que revisar otros componentes que podrían estar afectando, como puede ser el alza en el costo de transporte de mercancías”, pues El Salvador compra (importa) mucho alimento en la región.